Hay margen para perfeccionar la función de los consejeros
La remuneración a los ejecutivos debe ligarse al desempeño, medido con criterios no manipulables
La crisis financiera ha sacado a la luz infinidad de casos en los que la labor de los consejeros en las empresas no se ajustaba a lo que los accionistas le habían encomendado, ya fueren ejecutivos o independientes, con negligencias flagrantes en la aprobación de determinadas decisiones en el consejo, como en la pasividad de toda suerte de actuaciones de los gestores. En los papeles está reciente la tinta de denuncias de la actuación del consejo en la gestión empresarial, tanto en sociedades industriales como financieras, y no es equivocado apostar a que en el futuro los accionistas seguirán encontrando motivos de censura en los consejos cada vez que surja una crisis que dañe sus intereses. Pero la labor de los reguladores es perfeccionar la normativa para que todos los miembros del consejo mejoren el desempeño de su función, donde existe un recorrido normativo significativo. El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Sebastián Albella, citaba ayer en el V Foro Anual del Consejero varias cuestiones que admiten inexcusable mejora.
Recordó que está preparando varias modificaciones para mejorar el informe de retribución de los consejos, tanto en lo referente a los criterios utilizados para determinar la remuneración anual como en la introducción de nuevos estándares de transparencia, entre los que deberían extenderse explicaciones más detalladas de las decisiones adoptadas, siempre preservando los considerados secretos industriales.
Para acercarse a las modificaciones que ya en economías anglosajonas se ha convertido en moneda común, en el caso de los consejeros ejecutivos debería ligarse en la medida de lo posible la remuneración al desempeño de la empresa en el largo plazo, y cuantificable con criterios objetivos y no manipulables por el mercado en el caso de las compañías cotizadas. Ello eliminaría, por ejemplo, los premios a la gestión no vinculados al desempeño, muy extendidos en las empresas y que han desatado innumerables iniciativas judiciales por parte de los accionistas perjudicados en la gestión de determinadas empresas fallidas.