Santander sacude el mapa bancario español y eleva el listón en limpieza del ladrillo
La distancia sobre CaixaBank se amplía al equivalente de Unicaja y Bankinter juntos Las provisiones sobre Popular sitúan al banco en cabeza de cobertura de activos tóxicos
La venta de Popular a Santander, forzada por las autoridades bancarias españolas y europeas, crea un nuevo gigante en el mercado bancario español que superará a CaixaBank como líder en el sector. Algo que ha conseguido el Banco Santander por un precio teórico de un euro (por todas las acciones) pero que en realidad supondrá una ampliación de capital de 7.000 millones para poder digerir el ingente volumen de activos tóxicos del Popular, de más de 35.000 millones de euros.
Es la primera gran operación de Santander en España desde la compra de Banesto, después de haberse resistido durante los años de la crisis a absorber ninguna de las cajas de ahorros intervenidas por el FROB. Se trata, además, de un gran salto cualitativo respecto a BBVA y CaixaBank, que ya habían mostrado interés por Popular con anterioridad, aunque en los tiempos en que estaba presidido por Ángel Ron, quien se negó a una fusión que supusiera la pérdida de poder sobre el banco.
La entidad que preside Ana Patricia Botín da un golpe sobre la mesa y se convierte en líder indiscutible en España, al tiempo que refuerza de forma notable su presencia en Portugal, país por el que CaixaBank apostó recientemente con la compra de BPI. La absorción de Popular es, según explica el banco que preside Ana Patricia Botín, “una oportunidad única de consolidación doméstica en España y Portugal”, con “un sólido encaje estratégico y de negocio en un momento atractivo del ciclo”.
Santander se convertirá en un banco con un volumen de activos en balance en España por 465.702 millones de euros, desbancando a CaixaBank del primer puesto, con 337.384 millones de euros. El nuevo grupo resultante de la unión de Popular y Santander tendrá 4.660 oficinas en España y más de 33.500 trabajadores. Su salto en tamaño en el mercado español modifica de hecho el equilibrio de fuerzas que surgió de la crisis, tras la que CaixaBank se consolidó como la mayor entidad por tamaño con la compra de Banca Cívica, Banco de Valencia y la red minorista de Barclays. BBVA figuraba en segunda posición, con activos Por más de 337.000 millones de euros, gracias al impulso logrado con las compras de Unnim y Catalunya Bank. Santander, que se abstuvo de realizar compras de entidades nacionalizadas, había quedado en tercera posición, desde donde ahora da el salto al primer puesto. Junto a Popular, el tamaño del balance de Santander será superior en casi 130.000 millones de euros respecto a la segunda entidad, CaixaBank. Una distancia que equivale al tamaño de Bankinter y Unicaja juntos.
En la parte negativa, Santander se hace cargo de una carga tóxica que en el conjunto de su balance ascenderá a 23.000 millones de euros en términos netos, una vez descontando el ingente volumen de provisiones que implica la absorción. De hecho, Santander hará provisiones adicionales de 7.200 millones de euros en Popular. A sus 10.700 millones de euros de activos improductivos netos, entre activos adjudicados y morosos inmobiliarios, se suman los 12.300 millones de euros que incorpora de Popular, de los que 6.200 millones son activos adjudicados y 6.100 millones créditos morosos. En términos brutos, sin contar con el esfuerzo extra en provisiones que realizará Santander, la carga tóxica de Popular ronda los 36.000 millones de euros, una cuantía próxima los 40.000 millones que gestiona Sareb, el banco malo.
La absorción de Banco Popular es un auténtico desafío en términos de saneamiento, pero el banco ha decidido abordarlo marcando también distancia con sus rivales y poniendo un nuevo listón en los niveles de cobertura de los activos tóxicos. Tras las provisiones adicionales sobre los activos tóxicos de Popular, los niveles de cobertura quedarán en el 52%, por encima de la media de los competidores, afirma la entidad. Santander destinará provisiones adicionales por 4.700 millones de euros a los activos inmobiliarios, donde la cobertura subirá al 65%. Solo adjudicados de suelo requerirán provisiones extra por 2.700 millones de euros, tras lo que la cobertura quedará en el 85%. Los créditos morosos del sector inmobiliarios requerirán otros 2.500 millones de provisiones adicionales, que elevarán la tasa de cobertura al 76%.
A su favor, Santander cuenta con el menor volumen de activos tóxicos en proporción a sus activos de entre los principales bancos españoles, con la excepción de Bankinter, que apenas se adentró en el negocio inmobiliario. Así, con datos a cierre del primer trimestre, el peso de los denominados activos improductivos en España –créditos morosos más inmuebles adjudicados– equivalía en Santander al 2,4% de sus activos totales, por debajo del 3,3% de BBVA o del 4% de Bankia, entidad que también apareció en las quinielas para una hipotética compra de Banco Popular.
En el ánimo de Santander está también devolver a España su condición de motor de los beneficios del grupo, ahora en tercera posición, un objetivo al que podría contribuir, aunque muy en el largo plazo, la compra de Popular. Así, España aportó el 15% del beneficio atribuido a marzo –descontando la división inmobiliaria–, por detrás del 17% de Reino Unido y del 26% de Brasil.
Liderazgo en pymes
Con la absorción de Popular, Santander pasa a tener una cuota de mercado en España cercana al 20%: del 19,5% en crédito, que salta desde el 12,3%, y del 18,8% en recursos de clientes, desde el 13,1% de la entidad que preside Botín. La operación convierte además a Santander en líder en el negocio con pymes, la actividad más preciada de Popular. El banco pasará tener el 24,8% de un mercado que hasta ahora dominaba el propio Popular, con una cuota del 13,8%. CaixaBank queda en tercer puesto con una cuota del 12,7% y es segunda en cuota de mercado en crédito (15%) y recursos de clientes (16,7%).
El perfil de la cartera de créditos de Santander en España cambia significativamente con Popular. El peso de las pymes pasa del 19% al 25%y el del crédito a empresas e instituciones se reduce del 39% al 31%.
Con Popular, Santander refuerza especialmente su cuota de mercado en sucursales en Madrid, donde pasa a tener el 22,8% y en Galicia, con el 28,9% debido a la compra que en su día realizó Popular de Banco Pastor.
La absorción de Popular también permite a Santander reforzarse en Portugal: pasa al segundo puesto en créditos, con una cuota del 17,5%, y del cuarto al tercero en depósitos, con el 15,5%