El mercado prevé un mínimo gesto de Draghi y un anuncio de calado ya en septiembre
Los expertos esperan una visión más neutral de la economía en la reunión de mañana El BCE insistirá en que los precios siguen sin repuntar con solidez
La reunión del consejo de gobierno del BCE y la posterior rueda de prensa de su presidente, Mario Draghi, volverán a acaparar mañana la atención de los inversores. El mercado aguarda expectante para leer entre líneas en el discurso de Draghi y para intentar anticipar en qué momento el BCE comenzará a rebajar su programa de compras de deuda, a lo que la institución está abocada el año que viene ante la escasez que para entonces se prevé de bonos soberanos disponibles para la compra.
El calendario y el ritmo con que el BCE aborde una reducción de compras que se da por segura es la principal inquietud de los inversores en deuda y si bien no se prevén novedades de calado para la cita de mañana, sí se espera un cambio de tono con el que ir preparando el terreno. Así, el BCE mantendrá los tipos de interés a cero, la facilidad de depósito en el -0,4% y el volumen de compras en los 60.000 millones de euros al mes hasta fin de año. Pero en su discurso se eliminarán referencias que hasta ahora eran habituales, como la existencia de riesgos a la baja en la economía de la zona euro o la posibilidad de unos tipos de interés aún más bajos si fuera necesario. Esta es la expectativa mayoritaria sobre la reunión entre los inversores y las firmas de análisis, que esperan de forma generalizada que el BCE sí anuncie ya en septiembre la reducción gradual de sus compras de deuda a partir de 2018.
“El BCE no necesita cambiar esta semana sus perspectivas de futuro y el único cambio podría ser el reconocimiento de que el balance de riesgos de la economía real se ha modificado a neutral, desde negativo”, señalan en Bank of America Merrill Lynch. En Deutsche Bank coinciden en esperar que el BCE abandone las referencias a los riesgos a la baja de la economía de la zona euro gracias al crecimiento pero no esperan cambios en las perspectivas de inflación de la institución.
Después de todo, la evolución de los precios es la gran referencia, por encima de los datos de crecimiento, que sigue el BCE en su toma de decisiones, con el mandato supremo de aproximar la inflación de la zona euro al 2%. Y hacerlo de forma sostenida, duradera y generalizada, una circunstancia que aún no se da. De hecho, la inflación de la zona se ha moderado desde el 1,9% de abril al 1,4% de mayo, según el dato preliminar. Draghi ya señaló recientemente que persiste la necesidad de una “cantidad extraordinaria de estímulos monetarios”.
Para Axa IM, la inflación subyacente –que no considera los precios de la energía ni de los alimentos frescos– permanece retraída y solo remontará levemente al 1,1% este año y al 1,2% en 2018. David Simner, gestor de fondos de Fidelity de renta fija europea, advierte que la inflación descenderá a medida que se diluya el efecto de la comparativa interanual por el alza del petróleo, a lo que se suma el efecto de la revalorización del euro, que juega en contra del alza de precios.
Los expertos esperan por tanto poco de la reunión de mañana más allá de un mensaje sobre la economía más neutral. La previsión general es que las compras se reduzcan de forma gradual a lo largo de 2018, en principio a 40.000 millones de euros al mes durante el primer semestre y haya una primera subida de la facilidad de depósito ya a finales de año o en 2019.