_
_
_
_
_

Merkel intenta pasar a Bruselas la factura de Trump en la OTAN

Berlín quiere que la Unión de la Defensas se limite a compartir recursos España y Francia reclaman un proyecto más allá de la mera política industrial

Foto de familia durante la cumbre del G7.
Foto de familia durante la cumbre del G7.EFE

La primera gira europea de Donald Trump ha dejado claro a los aliados del Viejo Continente que el presidente de EE UU va en serio con su exigencia de que asuman el coste de su propia defensa. Y Alemania, país que afronta una gran parte de la tremenda factura, maniobra ya para mutualizar a través de la UE un gasto tradicionalmente impopular en el país de Angela Merkel. La canciller alemana se siente tan apremiada que no ha dudado en recurrir a una retórica alarmante para señalar la necesidad de que Europa revise su política exterior y de defensa. 

“Los tiempos en los que podíamos depender completamente de otros, hasta cierto punto han terminado. Es mi experiencia de estos últimos días", señaló la canciller alemana tras los encuentros y encontronazos con Trump en la cumbre de la OTAN del pasado jueves en Bruselas y en la reunión del G-7 del fin de semana en la localidad italiana de Taormina. "Tenemos que luchar por nuestro futuro por nosotros mismos", concluyó la canciller.

El presidente estadounidense también daba su resumen de la gira a través de su canal preferido de comunicación. "Muchos países de la OTAN han aceptado elevar considerablemente sus pagos, como debían hacer", tuiteó Trump poco antes de dejar Sicilia para regresar a EE UU.

Descontando su triunfalismo habitual, parece claro que el magnate neoyorkino ha logrado que Europa o, al menos Berlín, tenga prisa por moverse.

Alemania figura entre los países abroncados por Trump por su escasa contribución a la defensa común. El presupuesto militar de Berlín en 2016 ascendió a 37.500 millones de euros, según los datos de la OTAN. Una cifra que apenas ha aumentado en los últimos años y que en términos proporcionales a la riqueza del país incluso ha bajado.

En 2009 el presupuesto alemán de defensa equivalía al 1,39% de su Producto interior bruto, mientras que el año pasado se quedaba en el 1,2%, muy alejada del objetivo del 2% fijado por la Alianza Atlántica para 2024.

En poco más de un lustro, Alemania deberá elevar su presupuesto en uno 25.000 millones de euros. El incremento se comería de un golpe el superávit fiscal actual, acumulado por Alemania después de años de contención del gasto y de infrafinanciación de partidas esenciales como la de infraestructuras.

La canciller alemana confía en utilizar el proyecto de la Unión de la Defensa, lanzado por Alemania, Francia, Italia y España, para comunitarizar un gasto que, hasta ahora, siempre ha sido nacional. "Berlín quiere ir muy deprisa en la Unión de la Defensa", se admiran fuentes diplomáticas. Una impaciencia que contrasta con el bloqueo alemán de la Unión bancaria y que recuerda, en cambio, a la urgencia con que Alemania trató de comunitarizar (sin éxito) la política de asilo en 2015, mediante cuotas de reparto obligatorias, para hacer frente a la crisis de refugiados sirios. El plan de Merkel se estrelló contra la resistencia de Polonia y Hungría, entre otros socios.

Berlín se enfrenta ahora a otra emergencia, esta vez, de carácter presupuestario y militar. Y quiere amoldar la Unión de la Defensa hacia esas necesidades. Alemania, según fuentes diplomáticas, desea un proyecto de cooperación militar que se limite compartir recursos para racionalizar el gasto y potenciar la industria europea de armamento.

A otros países también les podría convenir comunitarizar parte del gasto, como es el caso de España, que debe multiplicar por dos su presupuesto (10.000 millones de euros en 2016) para cumplir el objetivo de la OTAN. Aun así, ni España ni Francia se conforman con los objetivos presupuestarios y empresariales de la Unión de Defensa auspiciada por Merkel

Madrid y París apuestan por una Unión con capacidad de respuesta militar y de intervención en zonas de conflicto. "Una industria europea de defensa (...) debe ser el final del proceso de construcción de una verdadera defensa europea, no el principio de la historia", señala el Gobierno español en un documento con su posición entregado en Bruselas.

El plan europeo de defensa nació como una de las vías para profundizar la integración en la era post-brexit y evitar que la disgregación del club se acentúe. Pero ha ganado peso con la irrupción de Trump y su empeño que el gasto militar de Europa, cifrado en 227.000 millones de euros por la Comisión Europea, recorte distancias con el de EE UU, que asciende 545.000 millones de euros.

Los socios europeos de la OTAN necesitan incrementar su gasto en unos 80.000 millones de euros y casi un tercio corresponde a Alemania. Esa factura explica, en parte, que el gobierno de Merkel quiera limitar el proyecto de europeo de cooperación en defensa a un capítulo de gasto, postura que choca con París y Madrid.

"Alemania quiere centrarse en la coordinación de capacidades", lamentan fuentes diplomáticas en alusión a la adquisición de material militar. "Francia y España, en cambio, quieren dejar claro que ese no es el único objetivo y que la unión de la defensa debe ocuparse también de las misiones e intervenciones sobre el terreno".

La estrategia de Merkel permitiría comunitarizar parte de la factura de defensa a través del presupuesto de la UE y de sus instituciones. Además de diluirse el capítulo militar del presupuesto nacional, Berlín lograría también su objetivo de sumar como gasto de defensa una parte del presupuesto europeo de cooperación y desarrollo que, según la tesis europea, es una contribución a la defensa y la estabilidad del continente equiparable al gasto en armamento.

La Comisión Europea, presidida por Jean-Claude Juncker, ya ha propuesto la creación de un Fondo Europeo de Defensa, que podría arrancar este año con una cantidad ínfima (25 millones de euros) para ir creciendo hasta los 500 milones de euros anuales. Bruselas también ha propuesto un sistema conjunto de adquisición de armamento que podría llegar a movilizar 5.000 millones de euros.

Como Berlín, la CE enfatiza la necesidad de racionalizar el gasto y aunar los esfuerzos para mitigar la factura que Trump ha pasado a los miembros de la OTAN. "La cooperación es lo que toca, aunque sólo sea por razones presupuestarias", ha señalado Juncker.

El organismo europeo calcula que la falta de coordinación en materia de armamento entre los países de la UE genera un gasto adicional de entre 25.000 y 100.000 millones de euros, que podrían destinarse a un gasto más eficiente en defensa. Bruselas recuerda que en la UE existen 178 sistemas diferentes de armamento, frente a una treintena en EE UU. O que en Europa hay más fabricantes de helicópteros que Gobiernos con capacidad presupuestaria para adquirirlos. "Europa gasta la mitad que EE UU en defensa pero la eficiencia de sus fuerzas armadas es el 15% o 20% de las estadounidenses", ha criticado Juncker. Argumentos todos a favor de que la factura de la OTAN pase de manera más o menos directa por la caja de la UE, como desea Merkel.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Más información

Archivado En

_
_