La OPEP tropieza con Trump en su intento por recortar la producción de crudo
El cártel ultima extender nueve meses los límites a la extracción de petróleo Los presupuestos de EE UU prevén poner a la venta la mitad de las reservas de emergencia
El mercado del petróleo esperaba ya pocas sorpresas antes de la reunión de la OPEP de este jueves. Arabia Saudí había pactado con Rusia la extensión de los recortes de crudo durante nueve meses más, a lo que después se sumó el resto de miembros. Sin embargo, Donald Trump hizo cundir ayer el nerviosismo. El proyecto de presupuestos para 2018 del presidente prevé vender la mitad de las reservas de crudo de emergencia (aquellas que EE UU conserva para casos de emergencia), al tiempo que pretende comenzar a explotar los yacimientos de la Reserva Nacional del Ártico. El anuncio rompió con una tendencia de seis jornadas de alzas en el Brent, que llegó a caer ayer hasta un 1% para después cerrar con alzas de más del 0,5%.
Poco a poco los inversores comenzaron a digerir los planes de Trump y limitaron su efecto al corto plazo. Sin embargo, empezaron a vislumbrar una corrección del rally del 4% que el Brent registra desde que el 15 de mayo se firmase el pacto entre Rusia y Arabia Saudí. Y es que, en estas dos semanas, los inversores han ido conociendo a cuentagotas la mayoría de los detalles de lo que se firmará mañana. El ministro de Energía de Arabia Saudí, Khalid Al-Falih, había asegurado este fin de semana que existía unanimidad entre todos los asistentes para extender los recortes nueve meses más. Incluso Iraq, el más reticente a que lleguen a 2018, también ha terminado por claudicar. Las dudas se mantienen solo en si estas limitaciones aumentarán su intensidad y en la posibilidad de que se sume algún nuevo país ausente en el primer acuerdo de noviembre.
El Brent acecha los 55 dólares y agota buena parte del recorrido que le veían los analistas antes de conocerse estos acuerdos. BlackRock se apunta a que el mercado descuenta ya buena parte del efecto de la cumbre. Algo que acentúa Daniel Lacalle, director de inversiones de Tressis Gestión. Considera que los inversores no valoran todavía el riesgo de "engaño" de los países de la OPEP. La posibilidad de que los países del cartel incumplan sus compromisos.
En el trasfondo está la pérdida de influencia de la OPEP para acomodar la oferta de crudo a la demanda existente. Prueba de ello es que, en los seis meses que distan desde la última cumbre del cártel, el Brent no ha conseguido llegar a los 60 dólares que se fijaron como objetivo. Para ello el principal enemigo ha sido Estados Unidos. Con la llegada de Trump a la Casa Blanca y el petróleo por encima de los 40 dólares, el país ha recurrido de nuevo al fracking. Al tiempo, desde noviembre ha aumentado el número de plataformas petrolíferas en 300, según Julius Baer. Lacalle apunta a que las perforaciones en EE UU han mitigado en un 50% el impacto de los recortes de la OPEP en el primer semestre. Así, juzga la incidencia de esta agrupación en el mercado como "muy baja" y afirma que se va a limitar a ser un mero "estabilizador".
La revelación de ayer no hizo sino avivar ese fuego. El plan de Trump busca sacar al mercado de petróleo en torno a la mitad de los 688 millones de barriles que la Casa Blanca atesora en cámaras subterráneas en Louisiana y Texas desde la crisis de los años 70. Espera así ingresar unos 16.600 millones de dólares. Pretende también abrir una espita discutida por los ecologistas y defendida por los republicanos en Alaska: permitir las prospecciones en la Reserva Nacional del Ártico para ingresar 100.000 millones de dólares en 2022. Con esto busca compensar el aumento del déficit público en unos presupuestos que rebajan sustancialmente los impuestos y aumentan determinadas partidas de gasto público como infraestructuras.
El primer obstáculo que encontrará Trump en la tramitación de esta partida de los presupuestos será su aprobación en el Senado. La segunda, cómo responderá la OPEP a este reto. "EE UU debe demostrar que son eficientes en costes y ser rentables", apunta Sonia Ruiz de Garibay, de GVC Gaesco. Explica que la medida no tendrá un impacto en el mercado del crudo a corto plazo y que las caídas se deben a ligeras correcciones. A largo plazo, recuerda que frente a los temores de la OPEP, la Agencia Internacional de la Energía prevé que aumente en los próximos años .