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Banca

La AEB pide homogeneizar la regulación hipotecaria europea

Roldán ve a la UE más dependiente de la banca tras el 'brexit' La AEB cree que Nueva York es la plaza más beneficiada de que Londres deje Europa

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán.
El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán.EFE
Juande Portillo

Mientras el Gobierno ultima una reforma hipotecaria para adaptar la legislación española a la europea y fortalecer la protección del consumidor ante los últimos escándalos financieros o los varapalos de la justicia comunitaria, la patronal de los bancos españoles clama por impulsar una legislación única en esta materia para toda la Unión Europea.

Así lo ha pedido este miércoles el presidente de Asociación Española de Banca (AEB) y exresponsable de regulación del Banco de España, José María Roldán, en el XXIV Encuentro del Sector Financiero, que organizan Deloitte, ABC y Sociedad de Tasación.

Roldán dejaba así atrás el tradicional discurso del sector –que banqueros como el consejero delegado de Sabadell, Jaime Guardiola, sí repitieron este miércoles– de que la legislación hipotecaria española ha permitido lograr uno de los mayores niveles de propietarios de vivienda de toda Europa o de que cualquier cambio en la ley podría encarecer el crédito y poner en riesgo el acceso a la vivienda.

El representante de los bancos españoles argumentó que “una buena idea, que en parte quedó interrumpida después de la crisis y que ahora ha sido retomada, es la de crear un mercado único de servicios financieros minoristas”, con leyes comunes, lo que él ve “indispensable”.

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Roldán, de hecho, reivindicó que en lugar de directivas, que luego los países deben transponer, la UE debe impulsar reglamentos comunitarios que aseguren una rápida armonización de las normativas de cada estado. Un campo claro en el que actuar, defendió, es “el crédito hipotecario, el producto bancario más relevante por volumen, plazo y por permanecer en los balances de los bancos durante periodos prolongados de tiempo”.

“Un reglamento comunitario en materia hipotecaria supondría homogeneizar la parte más sustancial de los balances bancarios en la eurozona y permitiría, obviamente, avanzar en la construcción de la Unión Bancaria y, en particular, en la integración de los mercados financieros minoristas”, sostuvo Roldán.

De hecho, el presidente de la AEB considera que eliminar estas “barreras regulatorias” permitiría fomentar entre las entidades comunitarias “fusiones transfronterizas, que darían lugar a la existencia de bancos paneuropeos”.

Más allá, aunque Roldán no lo mencionó expresamente, una regulación hipotecaria común para toda Europa aportaría seguridad jurídica y ahorraría a España los sonrojos que viene sufriendo ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

Este ha fallado en varias ocasiones contra la legislación española, como cuando exigió que se puedan suspender desahucios al detectar cláusulas abusivas, o por prácticas bancarias como las cláusulas suelo opacas.

La reforma hipotecaria

Horas antes, en el mismo foro, el ministro de Economía, Luis de Guindos, advertía que la inseguridad jurídica no es un asunto generado por la legislación o el Gobierno sino que la han provocado otros factores como el goteo de sentencias judiciales “que afirmaban que había cláusulas opacas y, por lo tanto, nulas”.

En este sentido, el ministro defendió la reforma hipotecaria que está preparando y que introducirá “un contrato de hipoteca estándar muy simple claro acertado y que permita, al generalidad de su utilización, eliminar la posibilidad de que haya puntos de opacidad en el contrato, algo que favorecerá al cliente, pero también a las entidades financieras que no querrán tener sorpresas en el futuro”.

El riesgo reputacional

Sorpresas que, según coincidieron en señalar en el mismo foro los responsables de cumplimiento normativo de Santander, BBVA y CaixaBank, hacen el riesgo reputacional tan grave como el puramente financiero o de negocio.

Con la protección al consumidor entre las nuevas prioridades de los supervisores, admitieron, la banca se centra ahora en simplificar sus productos y garantizar que se adecuan a los clientes para prevenir nuevos episodios de litigiosidad como el las preferentes o distintas cláusulas hipotecarias.

Los retos de la banca

Más allá de su malograda imagen, el presidente de la AEB identificó como riesgos para la banca la debilidad de la economía global, los tipos de interés en mínimos históricos, el reto de la digitalización, la creciente regulación –que instó a reducir pasado lo más duro de la crisis-, y las tensiones geopolíticas derivadas de la victoria de Trump, el convulso calendario electoral europeo y el auge de los nacionalismos.

Centrándose en el brexit, Roldán aventuró que Nueva York, y no otra capital europea, será la plaza financiera más beneficiada del divorcio con la City de Londres y que la pérdida de este acceso a los mercados supondrá que, "si la Unión Europea ya sufría una excesiva dependencia de la financiación bancaria, una vez que el brexit se materialice, la dependencia de la economía real de la financiación bancaria amenaza con ser aún mayor".

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