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Hollywood se plantea reescribir el guion ante la pujanza del ‘streaming’

El estancamiento de la venta de entradas obliga a los estudios a cambiar su modelo de negocio

A Hollywood podría convenirle remodelar su fórmula. Las ventas de entradas apenas crecieron el año pasado. Dos de los estudios más grandes están cambiando de jefe en medio de importantes desafíos. Y Netflix está obligando a los ejecutivos del cine a poner las películas disponibles a demanda cada vez más pronto. La ciudad de los oropeles está bajo asedio.

La industria vendió en el mundo menos de 37.000 millones euros en entradas el año pasado, un 1% más que en 2015. En EE UU y Canadá la subida fue del 2%, y el número de espectadores parece haberse estabilizado después de años de caída. La verdadera sorpresa fue China, sin embargo, donde cayeron un 1%, hasta los 6.200 millones de euros, después de subir un 49% en 2015. Incluso en términos de moneda local, el crecimiento fue de solo el 4%.

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Estas cifras inyectan una buena dosis de cinéma vérité en la máquina de mitos. Cada vez es más difícil sacar a la gente de sus sofás. Netflix y Amazon, entre otros, han hecho más fácil quedarse en casa dándose atracones de series aclamadas por la crítica. Al tiempo, Netflix está presionando para cerrar la ventana de lanzamiento: el tiempo que pasa entre que una película se estrena en salas y se ofrece a demanda. Generalmente el retraso es de unos tres meses, pero la empresa de Reed Hastings ha empezado a comprar películas y lanzarlas de inmediato, incluida la secuela de Tigre y dragón, el año pasado.

El desprecio de Netflix por la tradición –no necesita cadenas de cines– puede que acabe induciendo a los estudios a seguir su ejemplo después de años dando rodeos. Warner Bros, Universal y Twentieth Century Fox, entre otros, están valorándolo, según el Wall Street Journal.

También hay agitación a nivel interno. Paramount, que anunció pérdidas de casi 470 millones de euros el año pasado, acaba de nombrar CEO al ex jefe de Fox Jim Gianopulos. Sony sigue buscando un sustituto para Michael Lynton, que se marchó a Snap. Entre las dos empresas solo colocaron una película entre las 25 más taquilleras de EE UU y Canadá en 2016. El modelo de negocio está cambiando y los finales felices son más difíciles de encontrar.

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