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Make Canada Great Again

El vecino de EE UU podría aprovecharse de la restricción migratoria de Trump

Funcionarios canadienses especializados en inmigración, esperando a refugiados sirios en Montreal.
Funcionarios canadienses especializados en inmigración, esperando a refugiados sirios en Montreal.REUTERS

Puede que el nacionalismo económico de Donald Trump tenga un beneficiario improbable: Canadá. El presidente de EE UU ha elogiado el sistema de inmigración del país vecino, al tiempo que ha impuesto nuevas restricciones a los visados de los trabajadores muy calificados. El talento podría optar por el norte, más acogedor.

En su primer discurso ante el Congreso, en febrero, Trump dijo que el sistema canadiense garantiza la autonomía financiera de los extranjeros, y al basarse en el mérito es mejor que apostar por la mano de obra poco cualificada. Da puntos por el nivel de educación, hablar inglés o francés, la experiencia laboral y otros factores. El sistema ha aumentado el número de extranjeros que entran en Canadá –lo contrario de lo que pretende Trump. Los residentes nacidos en el extranjero representan el 20% de la población canadiense, frente al 13% de EE UU, según el censo de 2013.

El plan de Ottawa incluye una campaña para atraer a los titulares de visados estadounidenses H-1B

A pesar de este interés, la Administración Trump parece más bien decidida a limitar el espacio para los trabajadores muy cualificados. A partir de abril, suspenderá durante al menos medio año el proceso exprés –que dura 15 días en lugar de unos meses– para los que solicitan visados H-1B en tecnología y otros sectores.

Las políticas de Trump podrían exacerbar la escasez de mano de obra en una sociedad envejecida. Unos 8,2 millones de baby boomers dejarán la fuerza laboral de aquí a 2035, según el Pew Research Center. Los inmigrantes en edad de trabajar podrían compensar casi el 60% de esas pérdidas, si consiguen entrar.

Canadá podría aprovecharlo. Su Gobierno ha anunciado que en junio lanzará un programa para facilitar un acceso más rápido a los mejores talentos extranjeros. La iniciativa establece un tiempo estándar de dos semanas para procesar los permisos, y disminuye los requisitos para los empleos de corta duración. También incluye una campaña para atraer a los titulares de visados estadounidenses H-1B.

El capital riesgo Y Combinator ha dicho hace poco que se entrevistará con startups de Vancouver y experimentará la participación remota en sus programas. Puede que las compañías de EEUU salgan perjudicadas.

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