Depósitos en divisas: un producto de riesgo no para todos
Hace muchos meses que el euro llegó a sus máximos que superaron los 1,40 dólares por euro. Desde esos momentos han cambiado muchas cosas. Europa sigue estancada, su crecimiento económico es débil. Mientras Estados Unidos, sigue sorprendiendo. A pesar de lo que aventuraban muchos analistas, no ha habido ni desplome bursátil ni mucho menos tampoco una moderada o importante caída del PIB. Es cierto que algunos resultados empresariales no reflejan los datos de hace unos años, pero aun así la economía no se desacelera y los riesgos de calentamiento, los combate la FED con subidas de tipos como los que acaba de aprobar esta semana.
Todo ello tiene muchas implicaciones, especialmente en la divisa y sus movimientos en los tipos de cambio, complejas e imprevisibles. Pero también otras más claras como es la remuneración que los bancos ofrecen a depósitos y cuentas de ahorro. Mientras que en España pocos depósitos a 12 meses superan el 0,2% de rentabilidad, en Estados Unidos son muchos los que ya alcanzan el 1%. Un atractivo que está llevando a que muchos bancos saquen del fondo de su armario unos productos que tenían muy abandonados, los depósitos en divisas, en concreto los depósitos en dólares.
- El peligro de jugar con divisas
La inversión en divisas es uno de los mercados más activos e importantes. Incluso si no operas directamente en ellas y lo haces por ejemplo en fondos de inversión, también las distintas monedas tienen una enorme importancia. Por ejemplo, si inviertes en acciones tecnológicas estadounidenses o en productos del Tesoro de ese país, si el fondo no tiene una cobertura de tipo de cambios, tu inversión crecerá o disminuirá también si el dólar lo hace frente al euro. Con ello encontramos dos tipos de objetivos y políticas de inversión diferente.
Si el objetivo de la inversión es por ejemplo la rentabilidad y las plusvalías que generen acciones estadounidenses, estos productos tendrán cobertura de tipo de interés. Con lo que si las acciones ganan un 8% es lo que ganarás, con independencia de que el dólar suba o baje con respecto al euro. En el lado contrario es si tu objetivo es ganar según se mueva la divisa no tienes cobertura de riesgo de tipo de interés, lo que menos importa es la remuneración del activo, ese alrededor del 2,5% que por ejemplo ofrece un bono de estados unidos a 10 años, si no más como se mueva el billete verde. En esta categoría entra los depósitos en divisas y en dólares.
La forma de contratación es sencilla. En el momento de abrir el depósito se realiza el cambio de euros a dólares, se recibe la remuneración convenida y más alta que en euros. El problema está en el momento que queramos recuperar nuestro dinero en euros, es decir cambiar los dólares. Al hacerlo con el tipo de cambio vigente en ese momento puedes ganar dinero o perderlo, eso es lo que le convierte en producto de riesgo y nunca en sustitutivo de un depósito tradicional, por mucho que se prevea que el dólar vaya a subir en los próximos meses.
- Problemas en Europa, incógnitas en Estados Unidos
La práctica totalidad de los expertos apuestas por una subida del dólar como consecuencia de las diferencias de política monetaria. Estados Unidos seguirá subiendo tipos, Europa los mantendrá al 0% y continuará con programas de compra masiva de Deuda.
Pero todo ello es imprevisible, más con las incógnitas que ofrece el gobierno de Donald Trump, que si bien ha espoleado en sus primeras semanas la Bolsa deja muchas dudas, especialmente si aplica medidas de política comercial como las anunciadas. Algo que puede hacer mucho daño al dólar y con ello perjudicar todas las posiciones en esta divisa.
Por todo ello, recalcar la importancia de considerar los depósitos en divisa como producto de riesgo, nunca compararlo con un producto en euros y si queremos beneficiarnos de ganancias de variación del dólar ser consciente de sus riesgos y destinar el dinero que consideremos asumiendo la posibilidad de pérdidas, pero también de ganancias.