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Unión Europea

Así es el ‘brexit’ que quieren el poder económico y la City

Las empresas piden un acuerdo de libre comercio sin apenas aranceles El sector financiero no espera un éxodo masivo de compañías con sede en Londres a otras capitales

La primera ministra del Reino Unido, Theresa May.
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May.EFE

Ante el anuncio de Reino Unido de que activará formalmente en los próximos días su solicitud para salir de la Unión Europea, al Ejecutivo de la conservadora Theresa May no dejan de llegarle presiones del mundo económico. Tanto la poderosa Confederación de la Industria Británica (CBI, por sus siglas en inglés), como la asociación nacional de las Cámaras de Comercio (BCC) ven prioritario que se reconozca el estatus de los europeos en el Reino Unido y que el sistema migratorio tras el brexit sea abierto con los continentales.

“Para nosotros es lo principal. Hay muchos sectores de la economía británica que dependen de los trabajadores europeos, entre ellos la agricultura, la hostelería o la tecnología”, explicó a Efe la portavoz de Asuntos Internacionales de la BCC, Anastassia Beliakoba. “Muchas empresas nos comentan que sin acceso a esa fuerza laboral de alta y baja cualificación, simplemente se derrumbarían”, explicó. No en vano, May anunció en enero que se decantaba por lo que los expertos denominan un brexit duro, ya que entonces explicó que su intención era sacar al Reino Unido completamente de la UE, incluido el mercado único y de la unión aduanera, en respuesta al referéndum del pasado 23 de junio, cuando un 52% de los británicos votó a favor de abandonar el club. La CBI, que agrupa a 190.000 empresas, y la BCC, que representa a otras 75.000, quieren que May logre el mejor acuerdo de libre comercio posible con la UE, “con ningún o pocos aranceles”, apuntó Beliakoba.

Ambas organizaciones subrayaron que es clave conocer cuanto antes cuáles serán las futuras exigencias aduaneras para que las firmas puedan prepararse, e insistieron en que el Ejecutivo debe negociar un acuerdo “para toda la economía”, y no favorecer a ningún sector. A más largo plazo, las compañías admitieron que querrán “claridad” sobre los estándares de fabricación de sus productos, para que puedan seguir vendiéndose en el mercado europeo.

Por su parte, el sector financiero, representado por el distrito londinense de la City, sí desea un acuerdo preferencial para sus servicios, que contribuyen un 12% al PIB británico. “Queremos enviar al Gobierno y a los Veintisiete el mensaje de que deben ver la City como un activo para toda Europa, pues se trata de un centro financiero global como Nueva York o Singapur, sin rival en el continente”, aseguró Jeremy Browne, enviado especial ante la UE de la City of London Corporation, el ayuntamiento del distrito. “Es de interés común llegar a un acuerdo que permita a la City seguir sirviendo a la economía europea”, explicó Browne, quien advirtió que cualquier actitud “vengativa” por parte de Bruselas sería “perjudicial para ambas partes”.

Aunque aspiran al mejor de los acuerdos, las empresas de la City ya se han hecho a la idea de que perderán los derechos de pasaporte, que permiten a las multinacionales financieras operar en toda la UE sin tener que pedir licencias específicas. Muchos expertos no creen que la pérdida de esos derechos vaya a conllevar un éxodo de firmas con sede en Londres. “La mayoría tiene intención de mantener su núcleo aquí y llevar a otras ciudades solo las operaciones adscritas al mercado único”, explicó Browne. El mayor temor del sector empresarial es que concluyan los dos años de negociaciones sin acuerdo, lo que implicaría pasar a depender de las burocráticas normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

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