El consumo de los hogares toca máximos e impulsa el PIB un 3,2%
España registra un crecimiento trimestral del 0,7% en el cuarto trimestre
La economía española cerró el pasado ejercicio con un crecimiento del PIB del 3,2%, tal y como confirmó el INE. Se trata del segundo año consecutivo en el que el avance de la economía supera la barrera del 3%, algo que no se producía desde 2007. En términos absolutos, el PIB se situó en 1,113 billones de euros, lo que supone regresar a los niveles previos a la crisis (en 2008 fue de 1,116 billones de euros).
En la consecución de estas cifras ha jugado un papel decisivo la recuperación del gasto de los hogares, que ha encadenado seis trimestres consecutivos creciendo por encima del 3%. El pasado ejercicio escaló hasta los 632.320 millones de euros, lo que supone el 57% del producto interior bruto. Es la cifra más elevada de la serie histórica del INE, iniciada en 1995, y refleja el impacto que en el consumo de las familias han tenido varios factores.
En primer lugar, la recuperación del mercado de empleo. En los dos años en los que el PIB superó el 3% se han creado 958.000 puestos de trabajo (495.000 en 2015 y 463.000 en 2016) y la tasa de desempleo ha pasado del 23,7% al 18,63% de la población activa. El objetivo que se ha planteado el Ejecutivo es alcanzar los 20 millones de ocupados al final de la legislatura. El pasado ejercicio se cerró con 17,8 millones de afiliados a la Seguridad Social.
Otro factor que ha sido determinante para el crecimiento del gasto de las familias ha sido la reforma fiscal aprobada por el Ejecutivo en 2015, que provocó que una gran mayoría de los afiliados a la Seguridad Social pagaran menos por IRPF. Solo en 2015, la recaudación por este tributo descendió en 3.822 millones. La caída de los precios también ha jugado un papel decisivo para la recuperación del consumo de los hogares. En los tres últimos ejercicios, la inflación media registró tasas negativas (-0,2%, -0,5% y -0,2% en 2014, 2015 y 2016) y eso sirvió para que los hogares pudieran disponer de una mayor renta para el gasto.
La inversión empresarial, el otro gran componente de la demanda interna, también ha mostrado signos de mejoría, pero no tan elevados como los del consumo de los hogares. 2016 cerró con un valor de 221.996 millones de euros, un 20% del PIB, lo que representa regresar a los niveles de 2011. La inversión en construcción tomó oxígeno y encadenó cuatro años consecutivos de crecimiento hasta cerrar en 110.970 millones, justo la mitad de lo que se registró en 2008. En el otro lado, la inversión en bienes de equipo (materiales de transporte, carretera, ferrovario, buques, material eléctrico….) creció un 5% el pasado ejercicio hasta los 77.313 millones de euros, cerca de los 80.798 millones de los niveles previos a la crisis.
Pero si algo diferencia la evolución de la economía española entre los cinco años en los que el PIB cayó (2009-2013) y los tres en los que ha crecido (2014-2016) es el cambio entre las aportaciones de la demanda interna y de la demanda externa. El crecimiento de las exportaciones sostuvo a la economía española entre 2009 y 2014, en los que la demanda nacional se desplomó. Posteriormente fue el consumo de los hogares el que mantuvo al PIB frente a una demanda externa, que sufrió el repunte de las importaciones. El equilibrio entre ambas fuerzas se ha logrado en 2016. La aportación de la demanda interna pasó en cuatro trimestres de cuatro a 2,2 puntos, mientras que la demanda externa subió de cero a ocho décimas. En la serie histórica del INE, que se inicia en 2000, es la primera vez en la que la demanda interna y la externa aportan crecimiento al PIB. Tradicionalmente, el desplome de una conlleva el repunte de la otra y viceversa.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, calificó como “muy positivo” ese cambio y destacó la “calidad” del repunte del 3,2%, basado tanto en la recuperación del consumo como de las exportaciones. “España tiene un récord histórico en la balanza de pagos por cuenta corriente y el crecimiento económico va acompañado de creación de empleo”, aseguró en una entrevista en RNE, en la que constató que la economía ha entrado con buena inercia en el primer trimestre. “El crecimiento económico en el primer trimestre al menos va a ser similar al de la segunda mitad de 2016 y esto implica que el crecimiento del 2,5% previsto para este año está garantizado”, resaltó.