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Alta dirección

Empresas ante el reto de subirse a la ola digital

Firmas de sectores tradicionales en pleno cambio cuentan su experiencia

Thinkstock

En el marco de la ya conocida como cuarta revolución industrial hay dos tipos de empresas: las que ya existían antes de la transformación digital y las que surgen a raíz de esta. Unas intentan amoldarse y sobrevivir al cambio. Las otras se esfuerzan por abrirse camino de la nada en un mercado saturado y competitivo. Ninguna, por lo tanto, tiene asegurada la victoria.

“Las organizaciones cambian su comportamiento simplemente porque surgen modelos que antes no existían, debido a que como consumidores nos estamos apalancando en las nuevas tecnologías”, explicó ayer la directora de estrategia fintech del departamento de innovación de Banco Sabadell, Paula Blázquez, en la jornada Transformación digital: cómo mejorar la rentabilidad de tu empresa, organizada por el Club del Emprendimiento hoy en Madrid. El banco ejemplifica el cambio de rumbo de las compañías tradicionales. “Los clientes han cambiado sus hábitos, quieren todo con más rapidez y con más calidad”. No queda más remedio que amoldarse a la nueva tesitura.

Las entidades bancarias, no obstante, cuentan con una ventaja que les permite que la mutación sea más fácil de llevar: “Los bancos seguimos siendo las organizaciones en las que más confían los usuarios para depositar su dinero y sus datos”, prosiguió Blázquez. Por eso, llevar a cabo una transformación de manera exitosa es mucho más sencillo así. ¿Cuál es una de las claves para triunfar?

“Es complicado poder abastecer todas las exigencias que demandan los consumidores en un sector tan grande como el financiero”, recordó. Por eso, una buena solución llega al establecer estrategias comunes entre las compañías tradicionales y las recién nacidas. “Bancos nuevos no aparecen, lo que sí surgen son firmas fintech que se centran en uno de los muchos nichos del sector para ofrecer un servicio especializado y una experiencia de usuario excepcional”. En la alianza entre los grandes bancos y las pequeñas startups financieras está la clave. “De hecho, solo en España hay más de 200 de estas firmas, que suponen más de 250 millones de euros de inversión”.

Pero la transformación digital es mucho más amplia. Otras organizaciones tradicionales, como la prensa escrita, también están sintiendo en sus carnes esta revolución. “Además, es difícil para un modelo de negocio clásico cambiar de golpe la mentalidad, más aún cuando tiene que seguir vendiendo su producto”, señaló el director gerente de CincoDías y El País, José Luis Gómez Mosquera, quien abundó en la necesidad de entender que “esto es un negocio, y como tal tiene que cambiar para adaptarse a las nuevas formas de consumir, hábitos y exigencias del usuario”, explicó poniendo como ejemplo la transformación digital que están viviendo los dos citados periódicos.

Todo pasa, continuó, por saber afrontar el reto: “Hay que mantener lo importante, eliminar lo accesorio y desarrollar constantemente nuevas ideas, teniendo en cuenta que los recursos son limitados y que no podemos hacer todo lo que nos gustaría”. Otro aspecto decisivo es comprender que ninguna decisión se toma ya a diez años vista, “todo va más rápido y nada es permanente”.

A la toma de decisiones se le suma la dificultad añadida de que “no sabemos qué deparará el cambio”, ofreció la subdirectora de economía digital del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, Elena González Miguel: “De hecho, la digitalización generará 1,25 millones de empleos de aquí a solo cuatro años”, recalcó. Por eso, en este mar de incertidumbre en el que no hay nada seguro, es imprescindible tener ciertos puntos interiorizados: “El cambio ha llegado a todos los departamentos de la empresa, por eso es vital que la iniciativa se tome desde lo más alto de la organización”, señaló Mosquera.

También insistió en esta idea la directora de marketing de Páginas Amarillas, Concha Gil: “Si el cambio cultural no va de arriba a abajo es imposible que el modelo cale en la compañía”, recalcó, añadiendo además la necesidad de apostar por la experiencia del cliente, por la democratización de la tecnología y por olvidar el tamaño: “Toda empresa, grande o pequeña, debe digitalizarse”.

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