Europa necesita más inversión pública y salarios e intereses más elevados
La expectativa de que Donald Trump consiga que el Congreso (de mayoría republicana) apruebe reducciones de impuestos y financie su ambicioso programa de infraestructuras ha propiciado, entre otros factores, la revalorización del dólar. Menores ingresos y mayor gasto/inversión aumentarán la deuda de EEUU. Si además tenemos en cuenta que EEUU sigue creciendo alrededor del 2% y ha conseguido el pleno empleo (tasa de paro por debajo de 5%), la Reserva Federal se espera que aumente los tipos de interés por lo menos dos veces en 2017. Una mayor deuda significa que los tipos de interés deberán subir para captar la necesaria financiación que cubra la diferencia entre los menguantes ingresos y el creciente gasto. Un mercado laboral sin casi desempleo también ejercerá presión al alza sobre los salarios, lo cual comportará aumento de costes y del precio del producto final. Eso significa mayor inflación.
En el otro lado del Atlántico, Alemania acaba de registrar un superávit por cuenta corriente récord de 300.000 millones de dólares, muy superior al de cualquier país, incluso China. Yo fui partidario de una política de ajustes, austeridad y reformas estructurales para atajar y superar la crisis del euro en 2008-2012, lo cual no fue una postura popular. Los ajustes, austeridad y algunas reformas estructurales consiguieron su objetivo.
Ahora debemos plantearnos la conveniencia de continuar con una política monetaria tan expansiva, que contrasta con el corsé del pacto de estabilidad y crecimiento y los límites que fija sobre los déficits y la deuda.
Mantener los tipos de interés cerca de 0 en la eurozona favorece la exportaciones. Pero penaliza el ahorro y fomenta el consumo no productivo. Por otra parte, los países del norte de Europa tienen margen para aumentar sus salarios, y también aumentar sus inversiones productivas. Los criterios de convergencia para adoptar el euro y el posterior pacto de estabilidad y crecimiento fijan el objetivo del 3% como una guía. Evidentemente hay que tener las finanzas públicas saneadas. Pero el objetivo del 3% no debe ser una obsesión. Ni tan siquiera el tratado de Maastricht lo establecía así.
Grecia ya ha sufrido suficiente austeridad. Nunca se recuperará si no se hacen concesiones y se perdona parte de la deuda acumulada. Alemania celebra elecciones generales el 24 de septiembre. Por mucha obsesión que tengan algunas instituciones alemanas (Bundesbank, los halcones) con el fanstasma de la inflación, deben apostar por un incremento de sus inversiones y salarios más altos. Al fin y al cabo, es algo que los votantes alemanes deberían apreciar y premiar. Mario Dragui debe reducir sus comprar de deuda soberana en los mercados secundarios, permitiendo que los tipos de interés aumenten gradualmente. Europa necesita ahora mayor inversión pública, salarios más elevados y tipos de interés ligeramente superiores.