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Escándalo de blanqueo de capitales

Panamá liquida la filial de Banca Privada de Andorra

Panamá subraya que la decisión de liquidar la firma se toman ante el silencio administrativo de las autoridades andorranas

Clientes de Banca Privada d'Andorra (BPA).
Clientes de Banca Privada d'Andorra (BPA).Efe
Juande Portillo

Banca Privada de Andorra (BPA), que en su día fue uno de los símbolos de la expansión internacional del sector financiero del país pirenaico y acabó convertida en la imagen de las peores prácticas del ramo, después de que Estados Unidos le acusara de blanquear el dinero de redes internacionales del crimen, acaba de perder uno de sus brazos más largos, el que cruzaba el Océano Atlántico y le situaba en Panamá.

Así lo comunicó el lunes por la noche la superintendencia de Bancos de Panamá, al determinar la liquidación administrativa de Banca Privada de D´Andorra (Panamá) S.A, con carácter inmediato ante la falta de otra salida para la unidad.

Panamá, de hecho, subraya que la decisión de liquidar la firma se toman ante el silencio administrativo de las autoridades andorranas, responsables de BPA tras su intervención en marzo de 2015, acerca del interés mostrado por un comprador que había mostrado su interés.

En concreto, la autoridad panameña informó de que “la oferta vinculante presentada por el potencial comprador” sobre la filial de BPA “vencía el 28 de noviembre de 2016, por lo que éste, a falta de una respuesta formal de aceptación por parte de la Agencia Estatal de Resolución de Entidades Bancarias (AREB)”, el FROB andorrano, dio por cancelada su oferta el pasado 7 de diciembre.

Ante esta situación, y “en uso de sus facultades legales”, la Superintendencia de Bancos de Panamá “decidió cursar nota a las autoridades supervisoras de Andorra” con el objetivo de “recibir aclaraciones y explicaciones respecto a los fondos y valores” que restaban en BPA Panamá.

AREB informó el 25 de enero a Panamá de que el proceso de traslado de activos líquidos de la filial transatlántica de BPA, “que estaban colocados en una institución bancaria en Suiza”, exigiría un plazo adicional lo que restaba opciones de llevar a cabo un proceso ordenado, según las autoridades centroamericanas.

Ante esta situación, Panamá decidió iniciar la liquidación forzosa de la filial panameña de BPA y ordenó mantener suspendidas todas las operaciones bancarias de la firma que, asevera, cuenta con “un balance con suficientes activos para pagar a todos los depositantes y acreedores”.

La versión andorrana

En un comunicado emitido a última hora del martes, AREB replicó que aunque se recibieron pujas de dos posterores por la filial panameña de BPA, en la fase final uno de los interesados terminó retirando su oferta. Ante el “efecto negativo que la falta de competencia podía comportar”, el único candidato presentó una puja un 65% inferior a la que oferta indicativa que había presentado inicialmente.

Al comunicarle que a puja era insuficiente, el postor duplicó la cuantía ofrecida pero reclamó acceso inmediato a todos los activos. AREB concluyó que la puja seguía siendo excesivamente baja y pidió tiempo para liberar las carteras atrapadas en Suiza (ver despiece). La falta de otra oferta en firme, asegura Andorra, es lo que ha obligado a liquidar la filial de BPA.

Este, y no otro, es el motivo por el que finalmente no fue adjudicad a un tercero la filial panameña de BPA, explican desde el FROB andorrano, restando peso al comunicado de Panamá que parece culpar directamente a Andorra de que no se lograra dar otra salida a la entidad que la liquidación forzosa.

La conexión Andorra-Panamá

La liquidación de la filial centroamericana del banco andorrano hay que enmarcarla en el hecho de que BPA era la conexión andorrana de la presunta trama de evasión de impuestos articulada desde el bufete panameño Mossack Fonseca.

Según revelaron los conocidos como “papeles de Panamá”, y adelantó este diario, la gestora de activos creada en 2006 por el bufete, Mossfon Asset Management o Mamsa, que realizó más de 4.700 transacciones entre 2007 y 2015 por valor de al menos 1.200 millones de dólares (1.050 millones de euros), trabajó con varias entidades entre las que se encuentra BPA.

El escándalo que rodea BPA sigue en manos de los tribunales donde una docena de causas aún dilucidan los presuntos servicios de blanqueo de capitales que la entidad andorrana prestó a mafias rusas o chinas, entre otras.

Rumores y un "hecho aislado"

Panamá, por su parte, asegura que la decisión de liquidar BPA es un “hecho aislado” circunscrito a la situación específica de BPA y sin afectación a otras entidades del país. El país ha nombrado un liquidador y recomienda “atender sólo las comunicaciones oficiales emitidas por esta institución y hacer caso omiso a cualquier rumor infundado que pueda encontrarse circulando o sea publicado en las redes sociales u otros medios”.

“Recordamos que quien divulgue noticias falsas que pongan en peligro la economía nacional o el crédito público incurre en hecho punible, según lo dispuesto en el Artículo 260 del Código Penal”, advierten las autoridades del país.

500 millones atrapados

El negocio fuera de sospecha de BPA fue vendido, tras la intervención de la entidad por parte de Andorra, al fondo J.C. Flowers, que ha heredado la cartera de clientes y la operativa de la extinta entidad bajo la marca Vall Banc.

La nueva entidad permitió a 28.000 clientes de BPA recuperar el acceso a su dinero, que habían perdido tras la intervención pública de la firma en marzo de 2015, si bien han padecido ciertas restricciones –como límites en la retirada de efectivo- durante los primeros meses para evitar una masiva fuga de clientes.

El banco, finalmente, ha comenzado a operar con normalidad en las últimas semanas, levantando estas las limitaciones impuestas. Sin embargo, unos 500 millones de euros asociados a inversiones en renta variable han quedado bloqueados en Credit Suisse, según confirman fuentes conocedoras de la situación.

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