Los analistas técnicos ven al Ibex en 10.000 puntos a corto plazo
Los bancos se han convertido en el baluarte de la Bolsa y, si continúan el ‘rally’, los analistas ven al selectivo en los 10.000 puntos a corto plazo
Solo han sido necesarias cinco sesiones para recuperar casi todo lo perdido en 2016. La ayuda del sector bancario, el principal favorecido por las subidas de tipos a largo plazo, ha sido crucial El Ibex 35 cerró la semana pasada con un alza del 1,75% y derribó el nivel de los 9.500 que se le estaba resistiendo.
Los analistas técnicos de Noesis creen, con la vista puesta en el corto plazo, que el próximo destino es un número redondo: los 10.000 puntos. Si bien, antes deberá enfrentarse a un nivel intermedio alrededor de lo 9.700 puntos. Desde Unicorp Patrimonio, de Unicaja, señalan que “el escenario más probable para el Ibex sería un movimiento de nuevo en el rango entre 9.500 y 11.200 puntos”, aunque condicionan la subida a que el sector financiero continúe tirando. “Recortes a la base [del canal alcista, en el entorno de los 9.000 puntos] serían una clara oportunidad de compra”, añaden.
Los expertos del bróker apuntan que “el Ibex se encuentra en un canal alcista iniciado tras el brexit” y revelan que el techo para los próximos meses está por encima de los 10.500 puntos.
Desde Renta 4, marcan los soportes clave entre los 7.500 y los 8.200 puntos y las resistencias, entre los 9.600 y los 10.500. Para el Euro Stoxx 50, los niveles por abajo serían los 2.700 puntos y por arriba, la horquilla entre los 3.700 y los 3.900. En el Standard & Poor’s 500, la resistencia está alrededor de los 2.300.
Los bancos han sido el motor del índice español en las pocas sesiones de 2017 y serán ellos los que decidan la amplitud de la escalada. Banco Popular lidera las alzas del Ibex con un 10%, mientras que Bankia se anota un 6,1%; CaixaBank, un 5,4%;Sabadell, un 5%, Santander, un 4,4%, Bankinter, un 2,9%; y BBVA, un 2,4%. Fuera del selectivo, Liberbank remonta un 6,5%.
Las firmas de análisis ya apuntaban en sus previsiones para 2017 que la renta variable iba a ser la estrella del año. Las promesas de una política fiscal expansiva de la mano de Donald Trump, que comenzará a gobernar Estados Unidos el 20 de enero, y el previsible fin de la austeridad a ultranza en la zona euro han sido la gasolina de las Bolsas y han llevado los precios de la renta fija, que se mueven a la inversa que los intereses, a una espiral bajista.
La rentabilidad del bono español a 10 años ha subido al 1,5%, desde el mínimo del 0,9% del pasado septiembre. En esto influyeron dos acontecimientos: la publicación de las actas de la Fed, alertando de la posibilidad de una subida de los tipos más rápida de la prevista, y la recuperación de la inflación en la zona euro. Respecto a esto último, los analistas creen que la mejora responde al efecto de la subida de los precios del petróleo, a punto de tocar los 60 dólares por barril de Brent. Mientras, los expertos auguran la igualdad entre el euro y el dólar, después de que la moneda única llegara a tocar los 1,034 dólares el 3 de enero.