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Entrevista

Cordeiro: “En 20 años se necesitará ciberseguridad en el cerebro”

José Luis Cordeiro, cofundador de la Universidad de la Singularidad, habla sobre cómo seremos en el futuro

Pablo Monge
Pablo Sempere

Las palabras de José Luis Cordeiro, nacido en Venezuela hace 54 años y licenciado en Ingeniería Mecánica por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), abren la puerta a un futuro que se antoja inaudito. Sin embargo, cuenta con importantes patrocinadores de la talla de Google, la NASA y otras empresas de Sillicon Valley, que financian la Singularity University, de la que es profesor y cofundador. Cordeiro sostiene, entre otros aspectos, que el ser humano podrá alcanzar, allá por 2045, la inmortalidad, dando paso a una era de humanos aumentados.

¿Cómo puede acabarse con la muerte?

Deteniendo el envejecimiento, que es una enfermedad curable. Esto es posible hacerlo con un tratamiento de telomerasa, que es una enzima formada por un complejo proteína-ácido ribonucleico presente en células de la línea germinal, en tejidos fetales y en ciertas células madre. Las células madre y las células germinales no envejecen si tienen un sustrato en el que vivir. Mueren porque antes muere el cuerpo en el que habitan. Esto es, por ejemplo, lo que hace el cáncer. Esta enfermedad cesa cuando el cuerpo fallece, si no, continuaría. Son la prueba de que la inmortalidad sí existe en la naturaleza.

Explique el tratamiento.

Se basa en crear telomerasa en el cuerpo del paciente, para extender de nuevo los telómeros dañados. Hace un año comenzamos el primer tratamiento en un humano, una mujer estadounidense de 45 años que ha tenido que irse a un país latinoamericano, porque esto en EE UU está prohibido. En este año que acaba de entrar presentaremos los primeros resultados para demostrar que es más joven.

"Google está trabajando para convertirse en la tercera mitad del cerebro del ser humano. Cuando tengamos internet conectado, hablaremos por telepatía”

Pero el cuerpo y los órganos envejecen y se deterioran poco a poco.

Por eso cualquiera de estos procesos deben ir acompañados de los cambios que está trayendo la revolución tecnológica, médica y robótica. Ya es muy barato y fácil secuenciar el genoma humano, y la medicina ya está pasando de ser curativa a ser predictiva, porque cualquier persona va a poder conocer su predisposición genética. La medicina no es más que un problema de informática.

¿Qué papel jugará la robótica?

El pasado mes de octubre tuvieron lugar en Suiza las primeras olimpiadas para cyborgs, organizadas por la escuela Politécnica Federal de Zúrich. Participaron deportistas con implantes biónicos, unas prótesis que imitan la función original fielmente e incluso pueden llegar a superarla. ¿Por qué digo esto? Porque un ser humano es muy barato. Somos un poquito de agua, un poco de nitrógeno, algo de potasio, una pizca de carbono... En materia prima no costamos ni 100 euros. Y como somos baratos, somos fáciles de mantener, más aún con esta tecnología que ya existe y va a seguir desarrollándose de forma exponencial.

¿Qué supondría todo esto?

Desarrollaremos nuevos sentidos. Por ejemplo, el ojo humano es muy inferior al de otros animales. Con la tecnología adecuada se podrá aumentar el alcance de la vista, o la visión en la oscuridad. Cada vez nos mezclamos más con la tecnología. Primero vinieron las gafas, luego los relojes, más tarde los smartphones, y en poco tiempo la tendremos dentro de nosotros. Google es el mejor ejemplo. Esta empresa está trabajando para convertirse en la tercera mitad del cerebro. Hoy el cerebro humano está dividido en dos mitades; Google quiere ser la tercera, para que tengamos, entre otros avances, conexiones directas a internet.

También se desarrollarían entonces nuevas capacidades.

"Con humanos aumentados, males como el alzhéimer o el párkinson serían impensables"

Acabaremos, entre otras cosas, con el acto de hablar. Si lo pensamos, hablar es una acción muy primitiva. Tenemos miles de ideas en la cabeza que solo podemos transmitir si las decimos palabra por palabra. Todo lo que quiero decir está en mi cerebro, pero tardo en explicarlo porque he de ir poco a poco. Con conexiones directas a internet, nos comunicaremos telepáticamente, como se hace hoy con el bluetooth. Hoy los humanos procesamos todo en hercios; con un cerebro aumentado llegaremos a hacerlo en gigahercios, de la misma forma que se generarán nuevas emociones y sentimientos. Ahora tenemos un cerebro muy pequeño y estamos restringidos por la biología.

Si surgen nuevas capacidades, ¿aparecen también nuevos riegos?

Con humanos aumentados, males como el alzheimer o el párkinson serían impensables. Pero de igual manera que eso se acabaría, aparecerían enfermedades que ahora son impensables. Cuando los cerebros sean de banda ancha, los humanos necesitaremos ciberseguridad en ellos para que no entren virus, ni se sustraiga información.

¿El fin de la muerte no traería más problemas de sobrepoblación?

Antes de nada, no todas las personas querrán subirse al carro. Por otro lado, yo creo que cuanta más gente haya mejor. La humanidad ha avanzado tanto porque cada vez hay más gente, y hay más cerebros, que es la estructura con mayor potencial que existe en el universo. Los cerebros han traído, por ejemplo, el arreglo atómico de la materia y la nanotecnología, algo que va a posibilitar que de aquí a 15 años, y relacionado con el asunto de la sobrepoblación, por algo menos de un euro pueda producirse un kilo de cualquier alimento.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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