Formato Verde vende I +D en contenedores urbanos
La empresa orensana fabrica y comercializa un tipo de envase de residuos altamente sofisticado
La manida frase de que las crisis pueden ser una oportunidad no puede ser más cierta para la empresa orensana Formato Verde. Creada en 2001 como comercializadora de contenedores de reciclaje, tuvo su desarrollo en el sector y cuatro años después se lanzó a la fabricación de contenedores soterrados. Como cualquier compañía, iba escalando posiciones, aumentando sus pedidos, quemando mercados. Siete años después, en 2008, se lanzaba a la exportación.
Pero la crisis económica laminó por completo toda perspectiva de presente y de futuro. “Debido a la elevada exposición a una sola gama de productos, cayó nuestra facturación de una manera drástica”, cuenta el CEO y director comercial de la firma, Marcos Rodríguez. Hubo que reinventarse y así, en 2012, la empresa se refundó y se orientó a la I +D, a fabricar productos con valor añadido. Se diversificaron y también se internacionalizaron.
Son más resistentes, silenciosos y ayudan a identificar al usuario, así como a los residuos que deben depositarse en cada uno
Actualmente ganan concursos públicos y premios internacionales de diseño industrial, como el Platinum, en la categoría de mobiliario urbano, de los Design Award de 2013 por su gama de contenedores Bin.
Para el año que está a la vuelta de la esquina, Formato Verde espera duplicar su facturación por tercer año consecutivo, “a tenor de los pedidos que ya tenemos cerrados”.
Producto innovador
El Bin es producto de una política empresarial que, entre 2012 y 2015, ha dirigido más del 50% de su inversión a la I+D. “Esto supone más de un millón de euros con fondos propios destinados a este tipo de inversiones”, asegura Rodríguez.
El futuro del reciclaje en España
“El pago por aportación” es la respuesta contundente de Marcos Rodríguez cuándo se le pregunta por el futuro de los contenedores de reciclaje. “Es decir, que quien menos residuos genere o más recicle menos pague”, añade. Aunque todavía no existe una solución con absoluta fiabilidad, lo normal es que se implante paulatinamente la identificación del ciudadano y el control del residuo depositado, tecnología englobadora sobre la que ya están investigando en el parque empresarial de Pereiro de Aguiar.
Rodríguez cree que los proyectos futuros “tendrán que englobar beneficios para los ayuntamientos”, como la disminución de los costes de recogida, y los de tratamiento, a través del aumento de los niveles actuales de reciclado.
El resultado más reciente es el contenedor Clip Bin que reúne “la máxima integración en el entorno, la homogeneización de los distintos modelos según los condicionantes de cada camión de recogida, la mejor experiencia para el usuario, la minimización de las barreras visuales y la identificación del usuario mediante una tarjeta personal con el objetivo futuro de aplicar el pago por aportación, lo que permitirá mejorar las tasas de reciclaje de residuos”, según lo definen en su empresa de nacimiento.
Semejante descripción realiza la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano de Gijón (Emulsa) para justificar la renovación, durante los próximos cinco años, de los 5.000 contenedores de la ciudad con los modelos Clip Bin.
Estos son más resistentes para soportar las condiciones de la calle, más silenciosos gracias al polietileno con el que están fabricados; son estancos, seguros y tienen una estética más parecida a la doméstica, explican desde la empresa municipal. Todo ello ha llevado a Formato Verde a llevarse el concurso público de la ciudad asturiana por el que ganará 5,7 millones de euros.
Hay cinco versiones, una por cada tipo de residuo: basura general, papel, vidrio, envases y materia orgánica. A lo largo de 2016, Formato Verde ha llevado envases de residuos urbanos por toda España y es posible encontrar contenedores suyos (no Clip Bin) en Getxo y Santurtzi (Vizcaya), Ibiza, Alicante, Soutomaior (Pontevedra), Mislata (Valencia) y Pozuelo de Alarcón (Madrid).
Salida al exterior
La internacionalización les ha hecho exportar a mercados europeos como Francia, a la ciudad de Amiens, pero también a países del Golfo Pérsico, como Omán, donde se han colocado en la localidad de Muscat, o en Arabia Saudí.
Francia, Omán o Arabia Saudí, entre sus principales mercados de exportación
El responsable de la empresa explica que la propia naturaleza del producto les obliga a recurrir a mercados muy diferentes y a diversificar sus ventas a escala mundial. “Nuestro mercado tiene la particularidad de que los ayuntamientos cambian los contenedores, de media, una vez cada diez años. Eso nos obliga a tener presencia fuera de España y a estar preparados para que cuando llegue ese momento poder contar con la opción más competitiva”.
El futuro es amplio y la competencia muy fuerte, porque en este sector lo normal es que los fabricantes sean multinacionales con años de antigüedad. “Nuestro sector exige grandes inversiones en moldes para fabricar nuestros productos y el crecimiento con fondos propios ralentiza el desarrollo de la compañía. Aún así, hemos sido capaces de convertirnos en líderes en España en producción de contenedores de carga lateral”, señala el directivo de la empresa de Pereiro de Aguiar (Ourense).