La guerra de divisas no saldrá a cuenta
Acusar a China de manipular el yuan podría dar a Trump una victoria simbólica, o solamente pírrica
La guerra monetaria de Donald Trump con China supondrá como mucho una victoria simbólica. El presidente electo de EE UU ha acusado a Pekín de mantener el yuan artificialmente bajo, aunque parece estar haciendo lo contrario. La esperanza es que Trump se autodeclare ganador sin pegar un tiro. El riesgo es que la línea dura de Pekín reaccione con medidas reales.
Durante su campaña, el magnate prometió repetidamente declarar a China “manipulador de divisas”. Es menos drástico de lo que parece. El apelativo requiere que los funcionarios del Tesoro pidan negociar el tipo de cambio; pero China se puede negar. Y si Trump quiere imponer aranceles a las importaciones de Pekín, puede hacerlo de todos modos.
El riesgo es que el gobierno chino quite el control a los tecnócratas, que están manteniendo baja la moneda
Sin embargo, para mantener la promesa de Trump, los funcionarios del Tesoro tendrían que cambiar la definición de manipulación monetaria. Para ser catalogado así, un país debe tener un importante superávit comercial bilateral con EE UU, superávit por cuenta corriente, e intervenir de forma persistente en su tipo de cambio.
En octubre, China solo cumplió el primer criterio. Su superávit por cuenta corriente como porcentaje del PIB está disminuyendo. Y las intervenciones de Pekín no han mantenido bajo el yuan, sino que lo han apuntalado. Las reservas de divisas de China se redujeron en 550.000 millones de euros en los primeros ocho meses del año, para evitar que la moneda se depreciara demasiado rápido, y han caído otros 128.000 millones desde agosto. Hasta ahora, los tecnócratas del Banco Popular de China han estado devaluando el yuan en línea con las monedas de otros socios comerciales. Como es probable que la Reserva Federal aumente los tipos en 2017, es probable que la moneda china siga perdiendo terreno frente al dólar.
El riesgo es que el gobierno chino quite el control a los tecnócratas. Si dejaran de intervenir en la moneda, probablemente el yuan se desplomaría y el déficit comercial de EEUU se dispararía. La victoria simbólica de Trump se habría vuelto pírrica.