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Fiscalidad

La CE acusa a Apple de montar sedes ficticias para eludir impuestos

La compañía desvía beneficios hacia filiales inactivas a través de Irlanda Dublín y Apple aseguran que el entramado es perfectamente legal

Logotipo de Apple.
Logotipo de Apple.EFE

El pulso de la Comisión Europea contra Irlanda y Apple vivió ayer un nuevo asalto, después de que Bruselas declarase ilegales el pasado 30 de agosto los acuerdos fiscales entre Dublín y la multinacional informática y exigiese el pago de impuestos atrasados por un valor estimado de 13.000 millones de euro.

El organismo europeo publicó ayer la versión no confidencial de ese dictamen, en el que acusa al Gobierno irlandés pactar con Apple un tratamiento fiscal muy favorable para dos filiales que la compañía estadounidense utiliza para librarse de más del 99% de los impuestos que debería pagar en el Viejo Continente.

El documento de la CE incluye un resumen de las actas de los consejos de administración de las dos filiales. Las actas cubren el período entre diciembre de 2008 y septiembre de 2011. Y, según la Comisión, son una de las pruebas de que el único fin de ambas compañías, Apple Sales International y Apple Operations Europe, es trasladar fuera de Europa los multimillonarios beneficios que la empresa estadounidense obtiene en el mercado comunitario.

En 2014, por ejemplo, Apple obtuvo más de 16.000 millones de euros de beneficios en el Viejo Continente, pero gracias a sus acuerdos con Dublín, sólo pago impuestos sobre 50.000 millones, con una factura de 9,9 millones con el fisco irlandés. El resto, 15.950 millones de euros, se marcharon de Europa sin pagar un sólo euro.

13.000 millones de euros en impuestos ha evitado Apple gracias a sus acuerdos con Dublín, según la CE.

El Gobierno irlandés y Apple aseguran que las dos firmas juegan un papel esencial en la operación de la compañía y que la mayor parte de su gestión se realiza desde EE UU, por lo que su facturación no tiene que pagar impuestos en Europa.

Dublín, además, difundió ayer el argumentario con el que intentará demostrar ante el Tribunal de Justicia europea que la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, se ha extralimitado y está invadiendo la soberanía fiscal nacional con la normativa europea sobre ayudas de Estado.

Pero la Comisión, que investiga el caso desde 2013, asegura que las supuestas filiales de Apple “no realizan, ni parecen en condiciones de realizar, ninguna tarea activa ni esencial con respecto a Investigación y desarrollo o a la gestión de la propiedad intelectual de Apple”.

7,6 milones de euros en impuestos pagó Aple en Irladna por un beneficio de 50 millones. Y evitó declarar unos beneficiios reales de 15.950 millones.

Las actas, añade la CE, muestran que los consejos de administración de las dos firmas “se dedican esencialmente a decisiones de gestión financiera, como recibir o pagar dividendos”. La propia estructura muestra la endeblez de las compañías. El consejo de una de ellas se compone de tres directores. Y ninguno de ellos percibió ninguna remuneración entre 2004 y 2014 porque, al mismo tiempo, trabajaban en la central de Apple, lo que parece ser su verdadero empleo.

Apple, en un alarde creatividad acorde con su reputación, resta importancia a las tareas baladíes que recogen las actas y asegura que los consejos de las dos empresas realizaban sus tareas “en una miríada de formas”, según recoge el documento de la CE. Pero Bruselas añade que la compañía no ha podido concretar ninguna de ellas, por lo que la CE considera que no está justificado que se computen la mayor parte de los beneficios europeos en dos empresas aparentemente ficticias. Los jueces tendrán la última palabra.

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