¿Podrían los autónomos cotizar según sus ingresos?
"Es cierto que los trabajadores autónomos cotizan poco --el 86% por la base mínima-- y que hay que intentar que coticen más para que mejoren sus prestaciones futuras”, admitía hoy el presidente de la Federación de Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, en la comisión del Pacto de Toledo que estudia la reforma de las pensiones.
Si bien hasta aquí las coincidencias con la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), cuyo secretario general Eduardo Abad, también ha comparecido hoy en esta comisión. Abad coincidió en la necesidad de que este colectivo pague más a la Seguridad Social, dado el déficit anual actual de unos 1.400 millones de euros, que acumula ya unos números rojos de casi 7.000 millones desde 2008.
Pero ambas asociaciones –las más representativas– discrepan de cómo hacerlo. UPTA defiende que los autónomos deben dejar de poder escoger sus bases de cotización y, como alternativa, se deberían establecer unos “tramos progresivos de cotización de acuerdo con los ingresos reales, estableciendo unas bases diferenciadas de acuerdo con los tramos de ingresos”. Para ello consideran que debería articularse “un referente de ingresos de acuerdo con los efectivos del ejercicio anterior”.
Además, prevén que aquellos autónomos que coticen por debajo de 9.000 euros anuales (límite del salario mínimo) queden exentos de pagar las cotizaciones, hasta que no lo superen. Si bien deberían registrarse para su control por parte de las Administraciones.
Y, en el otro extremo, para los autónomos que más ganan, duplicar la cotización mínima de aquellos que cobran más de 60.000 euros anuales. Con todo, se conseguirían según UPTA alrededor de 1.400 millones adicionales más, para costear los futuros déficit que genere este Régimen de la Seguridad Social.
Sin embargo, desde ATA ven inviable esta propuesta de UPTA. Lorenzo Amor admitió ayer que la posibilidad de que los autónomos coticen según sus ingresos reales es “una vieja aspiración, un deseo, casi una utopía”. Es más, admitió que también desde ATA se defendió esta reforma hace años pero “después de una reflexión interna, que produjo tensiones dentro de la organización (...) nos dimos cuenta de que era una propuesta irrealizable”. Según argumentó Amor, la propia Agencia Tributaria confirmó a ATA que no era viable “porque los ingresos reales de los autónomos son variables en temporadas, meses y días”.
De hecho, Amor defendió que los autónomos deben seguir pudiendo elegir libremente su base de cotización. “Sería un error intentar adecuar sus cotizaciones a lo que, por ejemplo, ingresaron hace dos años, que son los datos que tiene en su poder Hacienda”, dijo el presidente de ATA. Es más, aseguró que la Administración solo tiene datos (de hace dos años) de solo un millón de autónomos de los tres millones que hay cotizando.
En concreto, ATA asegura que se desconocen los datos de 300.000 autónomos colaboradores que no tienen obligación de declarar ingresos. También se encuentran en esta situación otros 350.000 adscritos al régimen de módulos, cuyos ingresos son desconocidos porque pagan impuestos según parámetros fijados por la ley. Y a ellos se suman más de 500.000 autónomos que se dan de alta cada año y cuyos ingresos no se conocen hasta pasados como mínimo 18 meses. Finalmente, de otro millón de autónomos societarios se conoce la facturación de sus empresas pero no sus ingresos.
Por ello, ATA defendió, tal y como ya hizo la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, que se aplique la "pedagogía" a los autónomos para que aumenten voluntariamente sus aportaciones al sistema, y mejoren así sus pensiones futuras.
Desde UPTA, sin embargo, están convencidos de que técnicamente es posible averiguar todos los ingresos de los autónomos, “si hay voluntad de cruzar los datos convenientemente”.
Pero pese a esta importante discrepancia sobre la reforma que necesita el Régimen de autónomos de la Seguridad Social, tanto ATA como UPTA sí coinciden en la necesidad de crear nuevas ayudas al mantenimiento de los negocios de los autónomos en lugar de centrar todos los esfuerzos de ayudas y subvenciones en las tarifas planas para actividades de nuevo inicio.