Por qué Hermès factura 5.000 millones de euros
Comenzó fabricando arneses, hoy es un imperio, con 973 millones de beneficio, que da empleo a 12.244 personas
Fue en 1837 cuando Thierry Hermès, nacido en Prusia, abrió una guarnicionería en París para fabricar los mejores arneses. “Tenía que ser diseño de calidad, elaborado con los mejores materiales y que fuera duradero”, recordó ayer en Madrid uno de sus descendientes, Guillaume De Seynes, vicepresidente ejecutivo de Hermès, encargado de los procesos de manufactura de la maison, reconocible por el logotipo de un carruaje con un caballo. De Seynes participó en una jornada de debate, organizada por Círculo Fortuny, asociación del sector del lujo que preside Carlos Falcó, sobre la evolución de la artesanía a una marca emblemática de la excelencia, en colaboración con Banco Santander.
La siguiente generación añadió las sillas de montar, además de haber encontrado su sitio, en el número 24 de Rue du Faubourg Saint-Honoré. Y la tercera fue liderada por Emile-Maurice Hermès, “un visionario, que empezó a utilizar diferentes cosidos de sillas, fabricó el primer bolso de la compañía, una línea clásica a la que decidió introducirle una cremallera”, recordó De Seynes. El invento de las cremalleras fue vendido a otras casas de moda parisinas. También agregó un punto de creatividad a la colección, con pañuelos, relojes...
Cada generación fue aportando su granito de arena. Emile-Maurice Hermès tuvo tres hijas y fueron los maridos de estas los que se incorporaron a trabajar en la compañía. “Uno de ellos fue Robert Dumas, mi abuelo, que se dedicaba a la creatividad y que fue el que creó el bolso Kelly”, recordó. Precisamente, este diseño, conocido porque comenzó a llevarlo la princesa de Mónaco Grace Kelly, sigue siendo un icono y uno de los bolsos más vendidos de Hermès. “También desarrolló el negocio de la seda y de las corbatas, iban creando cosas diferentes, aunque eran cautelosos en cuanto a la expansión de la marca”, señaló el directivo, quien también recordó el fracaso que tuvo la firma cuando quiso asentarse en EE UU, donde entró en los años sesenta.
Otro de los grandes hitos de la casa fue la creación de otro bolso mítico, el Birkin, otro bestseller, que dio a conocer Jane Birkin, creado bajo el mandato de Jean Louis Dumas-Hermès, que lideró la empresa hasta 2006, y fue el artífice “del crucial desarrollo de la marca en el mundo internacional, que comenzó por Japón, además de un gran comunicador”, detalló De Seynes. El siguiente gran hito se produjo en 2003 cuando se nombró a Patrick Thomas responsable de la firma hasta su retirada en 2014. “No era miembro de la familia y se convirtió en consejero delegado. Hoy tenemos a tres directivos de la familia y a cinco que no lo son”.
A pesar de que Hermés cotiza en Bolsa, la familia controla hoy dos tercios de las acciones. Facturó 5.000 millones de euros en 2015, tuvo un beneficio neto de 973 millones de euros y da empleo a más de 12.244 personas. “No tenemos deudas, producimos más del 70% de nuestro catálogo, que se compone de 50.000 referencias diferentes, que renovamos dos veces al año”. Otro de los secretos es que cada tienda, de las 307 que tienen repartidas en todo el mundo, elige los productos que desea despachar en ella. “No imponemos nada, de manera que los clientes que viajan pueden conocer cosas diferentes de las que se venden en su país de origen”, señaló De Seynes, que resumió el secreto de Hermés en “la calidad, la visión y la coherencia a largo plazo”. Siguen siendo fieles al deseo de su antepasado: “nos determina la calidad y la creatividad”, aunque también la innovación. “Fuimos los primeros, en 2001, en empezar a vender en internet”. Y resisten a las ofertas de compra por parte de potentes grupos empresariales del sector del lujo.
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