España pugna por ganar más contratos de Naciones Unidas
Hoy arranca un evento de cuatro días que reúne en Madrid a las agencias de la ONU y noventa firmas españolas
Las empresas españolas tienen una presencia muy importante y creciente en las licitaciones que convocan los organismos multilaterales internacionales, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero cuentan con una participación marginal en las compras de bienes y servicios de las diez principales agencias de Naciones Unidas. Y la diferencia no es baladí. Mientras que los primeros aportan financiación al sector privado para el desarrollo de proyectos, las segundas licitan servicios o adquieren bienes de forma directa. Y el montante de sus adquisiciones no es menor. Esas diez grandes agencias gastan al año en torno a 16.600 millones de euros, de los que las empresas españolas apenas captan 60,4 millones de euros, un 0,36% del total.
Una brecha que trata de corregir el Ejecutivo español con la celebración de la Semana de Naciones Unidas, un encuentro de cuatro días que arranca hoy, en el que se producirá el encuentro de los representantes de las principales agencias de Naciones Unidas con los responsables de las noventa empresas inscritas en el acto. La que mayor volumen de compras acumula es el programa de desarrollo de Naciones Unidas (UNDP, por sus siglas en inglés), que mueve en torno a 3.021 millones de euros, de los que el 75% se centra en la contratación de servicios (gestión administrativa, ingeniería y viaje, hostelería y restauración) para atacar la pobreza, la falta de energía o combatir el SIDA.
El último balance oficial, sin embargo, refleja que las empresas españolas apenas participaron en este instrumento. En el que sí lo hicieron fue en la división de compras (UNPD, por sus siglas en inglés), la segunda agencia más importante, con un volumen de contratación de 2.718 millones de euros. Las compras de este organismo están mucho más diversificadas y van desde combustible, alimentos, bebida y tabaco o vehículos comerciales, en el caso de los bienes, o transporte, logística o construcción en servicios. Las dos partidas más importantes son los servicios aéreos y la compra de petróleo. Un informe elaborado por la Oficina Comercial de España en Nueva York, con datos correspondientes a 2013, revela que los dos mayores contratos obtenidos por España estuvieron ligados a esas dos partidas: Swiftair, con 14,2 millones de euros, y Air Europa, con 12,7 millones.
Buena prueba del margen de mejora son los datos relativos a 2015. En ese ejercicio, la división de compras movió 2.914 millones de euros, de los que tan España solo logró 11,9 millones (un 0,41% del total). Lejos queda de los grandes proveedores de la UNPD, como Emiratos Árabes Unidos (600 millones), EE UU (445 millones), Rusia (218), Italia (123), Panamá (110), Sudán (116) o Dinamarca (104). “Aunque la contratación de empresas españolas con Naciones Unidas se ha doblado desde el año 2007, hay un amplio margen para una mayor presencia de nuestras empresas en las licitaciones que ofrecen los distintos organismos del sistema. Estas jornadas pretenden acercar las oportunidades y los procedimientos de contratación con Naciones Unidas al empresariado español”, apunta Francisco Javier Garzón, consejero delegado del ICEX.
Al igual que sucede con otros organismos multilaterales, la iniciativa también trata de corregir la diferencia entre lo que aporta España a estos organismos y lo que recibe en forma de contratos. “España fue el noveno contribuyente a Naciones Unidas en 2015, pero nuestra importancia como proveedor de Naciones Unidas es todavía poco significativa [según la última memoria de la ONUes el cuadragésimo noveno proveedor]”, remarca Garzón, quién también confirma la distancia que existe con respecto a la posición que ocupa España como exportador de bienes (decimoctavo del mundo) y de servicios (undécimo). El consejero delegado del ICEX destaca que las principales oportunidades se encuentran en tecnologías de la información y comunicación, transportes, infraestructuras, alimentación, sector farmacéutico, financiero o logístico.
Las claves para garantizarse ser proveedor
Existen distintas modalidades para las empresas que decidan optar a los contratos de Naciones Unidas. Depende de la cuantía económica, el bien o el servicio a licitar. Para contratos de hasta 37.000 euros se abren RFQ (solicitudes de presupuesto, por sus siglas en inglés). “Son contratos en los que sabemos exactamente lo que necesitamos y en los que no abrimos oferta pública al querer quitárnoslos pronto de encima”, explica Miguel Álvarez, jefe de la división de adquisiciones Naciones Unidas.
Para contratos de más de 40.000 dólares existen dos modalidades. Por un lado, los ITB (invitaciones a licitar), en los que las condiciones están muy claras. Se utilizan, por ejemplo, para el suministro de cascos o de uniformes, en los que existen buenas oportunidades para las pequeñas y medianas empresas. “En estos contratos es importante no ofrecer más de lo que se pide porque eso encarece el producto. Por ejemplo, que un casco tenga una visera y luces de visión nocturna, si no está en las especificaciones aunque se trate de un producto mejor, lo único que va a servir es para encarecer tu oferta. Se trata de ofrecer un producto que cumpla, pero que no exceda”, aconseja Álvarez.
La segunda modalidad son los RFP (solicitudes de propuesta). En esta tipología todas las ofertas enviadas se analizan con detalle, en las que se valora el detalle económico y el servicio. “Aquí sí que nos merece la pena pagar algo más si la calidad es mejor”, dice Álvarez. “Los informes que acompañen a la oferta deben ofrecer la máxima información posible. Estos deben seguir la misma estructura de los ejemplos que aparecen en nuestra web y para poder completarlos es indispensable leer la letra pequeña”.