Draghi sigue en guardia y aleja la retirada de estímulos
“La recuperación en el crédito es facilitada por un sector bancario más fuerte, pero el ímpetu viene de nuestra política monetaria”, alertó Draghi para pedir prudencia en el análisis de las perspectivas.
Draghi hizo hincapié, al intervenir en un congreso de banca en Fráncfort, en que las medidas que ha aplicado el BCE se transmiten de forma efectiva y apoyan el crecimiento y la inflación.
Estas medidas contribuirán a incrementar la tasa de inflación en más de medio punto porcentual, de media, en 2016 y 2017 y a incrementar el PIB real en más de un punto y medio porcentual de forma acumulada entre 2015 y 2018, según el banquero italiano.
“En otras palabras, la política monetaria sigue siendo un ingrediente clave en el escenario de reflación (vuelta de los precios al nivel anterior de forma artificial) que prevemos para la zona del euro en los próximos años”, según Draghi.
Desde que estalló la crisis financiera global, continuó Draghi, 2016 ha sido el primer año completo en el que el PIB de la zona del euro ha superado los niveles anteriores a la crisis y se ha tardado siete años y medio llegar ahí.
El presidente del BCE citó otros dos factores que obligan a la entidad a estar alerta, además de los riesgos geopolíticos,: la baja rentabilidad de los bancos y la baja inflación.
Draghi consideró necesario seguir alerta pese a la recuperación del crecimiento y el empleo porque la persistente interrupción en la producción mantiene la dinámica de la inflación débil.
La inflación de la zona euro subió en octubre una décima hasta el 0,5 % interanual, el máximo desde hace casi dos años pero muy por debajo del objetivo del BCE, que es una tasa de casi un 2 %, recordó Draghi.
El BCE espera que la inflación subirá los próximos meses pero por factores estadísticos porque el año pasado el precio del petróleo bajó mucho.
“No vemos un fortalecimiento consistente de las dinámicas de los precios subyacentes (los que descuentan los elementos más volátiles como energía y alimentos)”, dijo el BCE.
“Nuestro objetivo es y seguirá siendo una tasa de inflación por debajo pero cercana al 2 % a medio plazo”, dijo el presidente del BCE.
Por ello, añadió Draghi, “estamos comprometidos en perseverar un grado de expansión monetaria muy significativo, que es necesario para asegurar” que la inflación vuelve a este nivel.
Los mercados prevén que el BCE decidirá en diciembre prolongar sus estímulos monetarios más allá de marzo de 2017, durante seis meses más.
El BCE compra mensualmente desde marzo 80.000 millones de euros de deuda pública y privada.
Anteriormente adquirió durante un año bonos por valor de 60.000 millones de euros.
El BCE adquiere deuda pública y privada, sobre todo bonos soberanos, pero también deuda emitida por empresas.
Con estos estímulos monetarios e inyecciones de liquidez, el BCE quiere que los bancos den créditos a las empresas y a los hogares para impulsar el crecimiento y la inflación.
Los bancos se quejan de que tienen problemas de rentabilidad como consecuencia de las medidas que ha adoptado el BCE, que ha dejado el precio del dinero en el 0 % y les cobra un 0,4 % por el exceso de sus reservas.
El presidente de Deutsche Bank, John Cryan, señaló en el congreso que sospecha que los tipos de interés negativos no están diseñados para que los bancos concedan créditos en vez de aparcar el dinero, sino “para que los gobiernos puedan pedir prestado más barato”.
Cryan añadió que la negociación con bonos corporativos ha caído un 75 % desde que el BCE está en el mercado, pero también consideró que el BCE es el único que ha hecho algo para que mejore la situación de la zona del euro.
Deutsche Bank tiene derivados por un valor nominal de unos 46 billones de euros pero el director de Riesgo del primer banco de Alemania, Stuart Lewis, aseguró a comienzos de octubre que los riesgos en la cartera de derivados están asegurados.
El riesgo de verdad es mucho menor, según Lewis.