España pierde el diferencial positivo de inflación tres años después
El primer impacto de este alza de precios se traducirá en un menor poder adquisitivo para empresas y hogares.
La economía española volvió a crecer en el cuarto trimestre de 2013, con un avance del 0,2%, tras seis años seguidos de crisis. Uno de los factores que resultó determinante para el despegue del PIB, que acumuló posteriormente 12 trimestres consecutivos de crecimiento, fue la bajada de precios. Uno de los mayores desequilibrios que acumulaba tradicionalmente España era el exceso de inflación respecto a sus vecinos europeos, en gran medida por un incremento mayor de los salarios. Esa espiral de precios y salarios altos se rompió a mediados de 2013 y provocó que en septiembre de ese año el diferencial de precios con respecto a la unión monetaria volviera a ser positivo. Y así se ha mantenido durante 37 meses, gracias en primer lugar a la moderación salarial (los sueldos en convenio solo subieron un 0,5% de media en 2013 y en 2014) y en segunda instancia al desplome del precio del petróleo, que tocó mínimos a principios de 2016 y que arrastró a la baja la inflación española.
Funcas prevé que las subidas de precios tocarán techo en febrero, con un alza del 2%
El INE constató ayer que ese período de más de tres años con precios bajos ha tocado a su fin. La inflación subió siete décimas en octubre y encadenó dos meses consecutivos al alza, algo que no sucedía desde julio de 2015. Los dos primeros efectos del repunte de la inflación serán la merma de poder adquisitivo a los hogares y de competitividad a las empresas en su salida a mercados exteriores. El mayor consumo de los hogares y el repunte de las exportaciones se habían basado en ese escenario de precios bajos.
El Ejecutivo y los expertos auguran que ese repunte no será coyuntural y que se asentará en los próximos meses. En su primera rueda de prensa como secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido pronosticó que la tasa en diciembre será del 1 %, “si bien la media del año seguirá siendo negativa, por tercer año consecutivo”. Confirmó que el diferencial vuelve a ser nulo, aunque negó que la competitividad se vaya a ver dañada. “La economía española está viviendo una fase de crecimiento robusto, compatible con una inflación reducida. Esto no erosiona el poder adquisitivo de las familias y facilita la toma de decisiones por parte de consumidores y empresas”, apuntó.
Una visión diferente a la de la Fundación de las Cajas de Ahorro que prevé que los precios subirán con fuerza en los próximos meses y tocarán techo en febrero de 2017, con un crecimiento del 2%. La media anual este año será de tres décimas negativas, pero la de 2017 ascenderá a 1,4 puntos. Ese repunte de los precios tendrá un impacto directo en el consumo de los hogares, el principal motor de la economía española, y en el sector exterior. En 2016, Funcas prevé que el año cerrará con un avance del 3,3% de la demanda interna (gasto de los hogares e inversión empresarial), mientras que el año que viene el avance se moderará al 2,2. Por su parte, las exportaciones frenarán su ritmo de crecimiento desde el 5,1% previsto para este año hasta el 4,2% de 2017, mientras que las importaciones también aumentarán menos, desde el 5,8% de este año al 4,9% de 2017. En esa misma línea, CEOE alertó de la desaparición del diferencial de inflación positivo de España respecto a la zona euro, por lo que indicó que cualquier deterioro de la competitividad tendrá efecto sobre la recuperación de la economía española y pidió mantener la moderación salarial.
El 77% del IPC está en positivo
Al margen de las previsiones oficiales y privadas, los datos de octubre revelan que la tendencia deflacionista ha tocado a su fin. El petróleo, principal elemento que impulsaba a la baja los precios, se ha estabilizado y ya recoge subidas en tasa anual. El barril de Brent, de referencia en Europa, cotizó en octubre a una media de 46,74 euros, cuando un año antes lo hacía a 44 euros, lo que supone un incremento del 6,1%.
Si el análisis se realiza entre las doce partidas de la cesta de consumo en los hogares que analiza mensualmente el INE, las conclusiones son similares. Nueve de los doce productos estaban en octubre ya en positivo y los que más peso tienen dentro de la cesta están creciendo mayoritariamente. Si se suman todos los que han visto aumentados sus precios en los últimos doce meses, el 77% de los productos del IPC están en positivo en octubre.
El más importante es el de alimentos y bebidas, con un peso del 18,74%, que ha crecido en tasa anual tres décimas en octubre. El segundo en el escalafón es el de la vivienda, con un peso del 12,55%, en el que todavía se registra un retroceso del 0,4% por el fuerte peso del crudo. En tercer lugar aparece hoteles, cafés y restaurantes, en el que el tirón del turismo extranjero y nacional les ha permitido subir los precios. Entre octubre de 2016 y 2015 han crecido un 1,2%.