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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Los valores de la democracia de EEUU

Sería un alivio que el país se reafirme en sus valores frente a experimentos arriesgados

Seguidores de Hillary Clinton en un acto de campaña.
Seguidores de Hillary Clinton en un acto de campaña.

Estados Unidos no es solo la primera potencia mundial, desde un punto de vista político, económico y militar, por mucho que el empuje chino pueda amenazar en un plazo no tan lejano su primacía financiera. Además es un referente democrático desde la fundación de la nación. Con todos los aciertos y errores cometidos por sus gobernantes en 240 años, el país norteamericano ha simbolizado una serie de valores:las libertades civiles y el liberalismo económico, la tierra de las oportunidades, el multiculturalismo integrador, la creatividad cultural. Cabe lamentar que en demasiadas ocasiones la política exterior de Washington dejara de lado sus propios principios, pero no hace falta recordar que EE UU salvó al mundo del totalitarismo en guerras devastadoras y durante la guerra fría. Su liderazgo no se basa solo en la fuerza.

Las elecciones presidenciales que se celebran hoy martes ponen en cuestión esa trayectoria histórica, aunque la fortaleza de sus instituciones quizás pudiera resistir una presidencia populista. Un sistema político abierto y competitivo ha dado lugar al fenómeno Donald Trump, un antisistema al frente de un partido, el Republicano, que siempre formó parte del sistema. La carrera de este magnate demagogo y zafio, capaz de llegar a la recta final de las presidenciales con opciones, indica el ascenso a escala planetaria del populismo. En el fondo está la tentación de dar soluciones simples (proteccionismo, expulsión de inmigrantes, muro con México) a problemas complejos. Los mensajes de “nosotros contra ellos” se abren paso ante la pérdida de credibilidad en las instituciones que se precipitó desde la crisis de 2008. El empobrecimiento de la clase media y la falta de perspectivas de los jóvenes han llevado a un desarraigo con el modelo político y económico.

Frente a Trump, la candidata demócrata Hillary Clinton llega a las elecciones con una ventaja en los sondeos que no llega a ser concluyente. Nadie puede decir que Clinton esté poco preparada para el cargo, pero la ex secretaria de Estado y ex primera dama se resiente de esa marea de rechazo al establishment. El mundo financiero y de los negocios apuesta por ella, como ha demostrado el comportamiento de los mercados estos días, al son que marcaban las encuestas. Porque al menos no se espera de ella que dé pasos atrás en un mundo cada vez más abierto. Yporque Trump, sin un programa económico coherente, solo ofrece incertidumbres, el factor del que huyen los inversores.

Sería un alivio que EE UU se reafirme en sus valores frente a experimentos arriesgados. Pase lo que pase este martes, el mundo debe tomar nota de los factores que han hecho posible un candidato como Trump y tantos otros en el resto del mundo. Será tarea para los nuevos líderes trabajar para restablecer el consenso social en torno a las li

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