Caja Madrid usó la 'black' como gancho para captar a un directivo
El exresponsable del área de control de Caja Madrid asegura la visa para gastos personales venía en su oferta laboral
Las tarjetas opacas de Caja Madrid, a cuyos 65 usuarios se juzga estos días en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, fueron un gancho laboral para el fichaje de nuevos directivos.
Al menos en un caso, según el testimonio bajo juramento prestado por el exresponsable del área de control de la entidad, Domingo Navalmoral, que ha declarado ante el tribunal que la visa de la que trata la causa “estaba incluida en la oferta de trabajo que me presentó caja Madrid en su día y era parte del paquete retributivo”.
A preguntas de los abogados defensores, Navalmoral ha detallado que la tarjeta para gastos personales estaba incluida en la “oferta firme y por escrito” que se le presentó para ingresar en la entidad.
Navalmoral ha expuesto que la tarjeta se la concedió el director de medios y que se la debió de entregar directamente el responsable de recursos humanos Ángel Cordoba y que él la usó para gastos “particulares” hasta 2005, cuando la devolvió porque cambió el acuerdo retributivo que tenía hasta entonces.
Varios de los letrados han reclamado que la oferta de trabajo mencionada por Navalmoral, que este ha llevado consigo el documento a la sala, sea incorporada como prueba a la causa, en virtud de su calidad de “novedosa y de extraordinaria importancia”.
El Ministerio Fiscal también ha solicitado su incorporación a condición de que también se admita la hoja de gastos de los acusados del mes de febrero de 2009, que no fue aportada inicialmente pero que el responsable de auditoría de Bankia, Iñaki Azaola, propuso entregar el martes tras testificar.
Como ya hiciera entonces con esta última prueba, el tribunal ha rechazado incorporar esta nueva prueba en mitad del proceso judicial, ante lo cuál todas las defensas e bloque han manifestado su protesta ante “la grave indefensión” que puede suponer para los acusados.
Disputa a cuenta de Terceiro
Antes de iniciar la segunda sesión de declaraciones de testigos en la causa que investiga los 12 millones de euros gastados por 65 usuarios de las visas opacas entre 2003 y 2012, las partes han vuelto a mantener un pulso en torno a la citación de un testigo clave.
Se trata de Jaime Terceiro, que precedió a Miguel Blesa como presidente de Caja Madrid, al que algunas defensas señalan como la persona que ideó el sistema de tarejtas en 1988 mientras que la fiscalía entiende que fue Blesa quien modificó el sistema para implantar un modelo de retribución irregular.
Por error de la oficina judicial, según explicó el Ministerio Fiscal el martes, Terceiro ha sido citado para la última sesión prevista de comparecencias de testigos, la del 14 de noviembre. Los abogados defensores alegan, no obstante, que un testigo citado por las acusaciones, en este caso por la Fiscalía Anticorrupción, debe declarar antes que lo hagan los testigos llamados por los procesados a fin de que los acusados puedan utilizar su testimonio para rebatir el que de un testigo de las acusaciones si así lo pueden hacer.
El fiscal Alejandro Luzó aseguró el martes que el retraso en la comparecencia de Terceiro no responde a “una estrategia” de la acusación para guardarse hasta última hora “un as en la manga”, sino que se trata de un mero error. Finalmente, el tribunal ha expuesto que se llamará a Terceiro para que declare lo antes posible, previsiblemente en la tercera sesión prevista para testigos, la del 24 de octubre.
Ante esta resolución, las defensas en bloque han alegado indefensión y han solicitado que conste en acta su protesta. El abogado de Pablo Abejas ha llegado a plantear que este orden mina la “buena fe procesal” y ha advertido que la decisión pude llevar a declarar la “nulidad” de la declaración de Terceiro.
El hecho de que las acusaciones particulares (FROB, Bankia o BFA) y populares (CIC y UGT) hayan intentado mantener la declaración de testigos de las defensas a las que los letrados de los acusados han renunciado, también ha suscitado un pulso entre las partes, si bien el tribunal ha resuelto que solo se mantendrán aquellas comparecencias que mantengan quienes las solicitaran nominalmente.
La tarjeta clonada
Otro de los testigos en declarar este jueves ha sido José María Fernández del Río, otro usuario de las black cuyos delitos habrían prescrito, que ha comparecido para aclarar que su tarjeta fue clonada y que se le cargaron gastos ajenos (16.000 euros en total) cuatro veces superiores a los que él hacía.
“Tengo una tarjeta como todos los españoles y todos los meses me mandan todos los extractos”, ha declarado, contradiciendo a quienes han aseverado que no podían consultar sus gastos, para explicar que cada mes comparaba los justificantes que guardaba con el extracto de gastos y así garantizaba que los gastos le correspondían.
Sin embargo, ha acalrado, la vez que le clonaron la tarjeta fue “un funcionario” de Caja Madrid quien le llamó para avisarle, preguntándole si había hecho compras en Amsterdam y Barcelona, y al constatar que no eran sus cargos le indicó que la propia caja se encargaría de denunciar el fraude.
“Soy persona honrada, honesta y mi patrimonio lo administro con cuidado. No gasto más que lo que tengo que gastar. Me dieron mi tarjeta para gastos, la usé para lo que entendía que tenía que usarla, para moverme, gastos extraordinarios, coger un avión para ir a un consejo… Porque en seis años fui a 290 consejos, a todos ellos”, ha aseverado a preguntas del fiscal Fernández del Río, que asegura que solo usó la visa para gastos relacionados con su condición de consejero.
“No tengo por qué inmiscuirme en la vida y milagros de mis compañeros. En los consejos había temas mas importantes para comentar que el uso de la una tarjeta”, ha contestado a las acusaciones, cuestionado sobre si conocía si otros consejeros le daban un uso personal a sus visas.
Tarjetas emitidas automáticamente
También ha declarado este jueves como testigo Jesús Ángel Rodrigo Fernández, sucesor de Enrique de la Torre como secretario del consejo de administración de Caja Madrid en 2009 y 2010.
“Eran tarjetas que automáticamente se expendían en el momento en que se nombraba un nuevo consejero”, ha declarado el testigo, asegurando que no le consta que nadie diera orden alguna al respecto y que él personalmente apenas entregó tres o cuatro sobres con estas visas a los nuevos consejeros y que en ningún caso les dio instrucción alguna.
Rodrigo Fernánez ha insistido en el carácter automatizado de las tarjetas y en que eran “totalmente tradicionales”, alegando que aunque no conocía las que existían antes de su incorporación a la secretaría (cuando estaba al frente del departamento jurídico), él no tuvo que dar orden alguna para que siguieran emitiéndose y entregándose.
El exsecretario del consejo ha dicho que le pareció que los contratos de estas tarjetas eran estándar, que desconocía el uso que les daban los consejeros, y que en el caso de las visas de los directivos no sabía siquiera de su existencia.
Preguntado por el mail que le envió su antecesor advirtiéndole de la existencia de tarjetas “black a efectos fiscales” y avisándole de que las retribuciones de los consejeros eran material “sensible” para el informe anual, Rodrigo Fernández ha dicho que estuvo de baja en el verano de 2009 por una afección neuronal y que son correos que leyó mucho más tarde y de los que no pidió aclaración.