La empresa familiar exige menos impuestos y más flexibilidad al futuro Ejecutivo
El 75% de estas compañías ha mejorado su facturación este año El 61% ha aumentado plantilla en los últimos doce meses
El adelanto de los pagos fraccionados en el impuesto de Sociedades insuflará oxígeno a las arcas públicas en forma de 8.000 millones para cuadrar unas cuentas escrutadas al milímetro desde la Comisión Europea. Una decisión que ha escocido a las empresas, que consideran que ese no es el camino para acelerar la recuperación económica. Es una de las conclusiones que se extrae de la última edición del barómetro europeo de la empresa familiar, en el que han participado 959 firmas europeas (288 españolas), cuyas respuestas se recogieron entre mayo y junio de este año, antes incluso de que el Ejecutivo en funciones anunciara las nuevas subidas de impuestos.
Elaborado por KPMG, en colaboración con las asociaciones territoriales del Instituto de la Empresa Familiar, el estudio apunta en la dirección contraria. “Para seguir progresando, los propietarios y directivos de las empresas familiares creen que una rebaja de impuestos, menores contribuciones a la Seguridad Social y mayor flexibilidad en los acuerdos laborales impulsarían las perspectivas de crecimiento de su negocio”, apunta Juan José Cano, socio responsable de Mercados y Empresa Familiar de KPMG en España. El 37% de los encuestados reclama impuestos más bajos, el 36% pide una rebaja de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social y el 29% exige acuerdos laborales más sencillos o más flexibles. Entre las propuestas de estas compañías también figura la reducción de la burocracia, exigida por el 21%, una normativa fiscal más simple (reclamada por un 17%), un mayor acceso a la financiación (15%) y un mejor desarrollo de infraestructuras (12%).
Estas peticiones tratan de eliminar los obstáculos que, a juicio de estas compañías, pueden truncar los buenos datos de facturación y empleo logrados este ejercicio. El barómetro refleja los mejores resultados desde que se empezó a elaborar este estudio. El 75% de las empresas encuestadas revela que su facturación ha crecido este año, un porcentaje muy superior al 70% registrado en 2015, al 56% de 2014 y al 26% de 2013. También se ha producido un avance sustancial en materia de empleo. El 61% de las compañías en España ha incrementado su plantilla, también por encima de las cifras de 2015 (54%), de 2014 (46%) y de 2013 (25%). Solo hay un 7% de los encuestados que prevé despedir personal, lejos del 13% de 2014 o del 37% de 2013.
Pero la mayor preocupación que tienen las empresas familiares, además por segundo año consecutivo, es la incertidumbre política y el impacto que puede tener en sus cuentas de resultados. El 55% de los encuestados expresa su inseguridad ante el nuevo panorama que se ha abierto en Europa con acontecimientos como la salida del Reino Unido de la UE o la situación de bloqueo político que podría conducir a unas terceras elecciones a final de año si no hay finalmente acuerdo entre los distintos partidos políticos. Un escenario que seguramente será objeto de valoraciones durante el decimonoveno congreso del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que se celebra el lunes y el martes en A Coruña, y en el que participaran Felipe Vy el presidente en funciones, Mariano Rajoy.
El 84% de las compañías prevé nuevas inversiones
Siete de cada diez empresas familiares en España han elevado su facturación en los últimos doce meses y eso les permitirá encarar una política de inversiones para los siguientes doce meses ligada al crecimiento. El barómetro revela que el 84% de las firmas incluye alguna inversión en su plan estratégico, mientras que tan solo el 10% prevé desinversiones. Unos porcentajes superiores a las respuestas dadas por la media de empresas en la UE, con un 73% de las firmas que augura nuevas inversiones y solo un 9% que planifica desinversiones.
¿A qué van a destinar esas inversiones? Las empresas familiares europeas y españolas coinciden en que lo prioritario es dedicar más fondos a la actividad principal (con un 78% de las respuestas), seguido de la innovación (52%) e internacionalización (47%). Los porcentajes para las empresas en España y en la UEen los tres casos son iguales, aunque difieren en la cuarta prioridad (contratación y formación). El 47% de las empresas europeas confiesa que aportará más fondos para estos dos apartados, mientras que el porcentaje en las españolas se limita al 31%.
Otro dato llamativo del barómetro es que, al igual que sucedió en 2015, la financiación ha dejado de ser un problema en el quehacer diario de estas compañías, gracias a las facilidades de liquidez que ha encontrado la banca en el Banco Central Europeo. El 84% de los encuestados confiesa no haber encontrado dificultades para lograr financiación, bien a través de entidades bancarias o mediante fondos propios.
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