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El ‘brexit’ duro agrava el riesgo de crisis en Reino Unido

El PIB del país puede descender un 9,5 % si el Reino Unido abandona el mercado único

Theresa May, primera ministra británica
Theresa May, primera ministra británicaREUTERS

"Brexit significa brexit y haremos de ello un éxito”. Esas fueron las palabras pronunciadas por la primera ministra británica Theresa May a su llegada al número 10 de Downing Street, su residencia oficial, el pasado mes de julio. Un intento de la líder conservadora de calmar a los mercados y a la sociedad británica tras la sorpresa que generó el resultado del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea el 23 de junio.

Sin embargo, tras la tempestad no llegó la calma. La libra esterlina se ha dejado aproximadamente un 15% respecto al euro desde el referéndum y se acerca a la paridad. El Banco de Inglaterra (BoE) se vio obligado a adoptar medidas de urgencia en agosto para paliar el impacto del brexit, como bajar en 25 puntos básicos el tipo de interés, hasta el mínimo histórico del 0,25%. El BoE podría tomar nuevas decisiones mañana jueves. Ese mismo día Theresa May tiene previsto realizar su primera visita oficial a España, donde celebrará un almuerzo con el presidente del Gobierno en funciones Mariano Rajoy, dentro de su gira europea tras el referéndum. En España residen 253.928 británicos, según las cifras del INE en enero de este año. Además, existen numerosas empresas españolas con intereses en Reino Unido, como Santander, Iberdrola o Ferrovial, que podrían verse afectadas por el brexit.

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La apuesta de Theresa May por una salida dura de la UE (hard brexit) –donde el Reino Unido pierda el acceso al mercado único europeo– en la Conferencia política de los Tories hizo sonar las alarmas de los analistas y la sociedad británica. Los planes de May pasan por invocar el artículo 50 del Tratado de la UE en marzo de 2017 y dar así comienzo al proceso de desconexión. La salida se produciría, como muy tarde, en 2019.

“Un brexit duro con la pérdida del único acceso a los mercados podría dañar gravemente la economía y provocar que muchas empresas se trasladaran al mercado de la UE”, señaló David A. Meier, economista del banco privado suizo Julius Baer. Una opinión compartida por el laborista John McDonnell, canciller de Hacienda en la sombra, que publicó en Twitter el siguiente mensaje: “Perder el acceso al mercado único será devastador para el empleo, los salarios y los servicios públicos”. Ambos creen que May intenta presionar para lograr la máxima independencia del Reino Unido en inmigración.

El tesoro británico (equivalente a la Hacienda española) podría perder unos 66.000 millones de libras (72.864 millones de euros) de recaudación fiscal al año si se opta por un brexit duro, según unos documentos internos del Gobierno, a los que ha tenido acceso el diario londinense The Times. El PIB del país puede descender un 9,5 % si el Reino Unido abandona el mercado único. “El Tesoro estima que el PIB caerá entre un 5,4% y un 9,5% dentro de 15 años si dejamos la UE sin acuerdo, con una estimación media del 7,5%”, señala el documento filtrado. Reino Unido dependería entonces de las reglas de la OMC para comerciar con el continente. Este descenso de 66.000 millones de libras en los ingresos fiscales, que supone cerca de una décima parte de los 716.000 millones de libras que espera recaudar este año, llevaría al Gobierno a reducir el gasto público o subir los impuestos.

La posibilidad de que el Gobierno de Theresa May opte por negociar un ‘brexit duro’ con la UE puso el foco sobre el Palacio de Westminster, donde hay una mayoría de parlamentarios que se manifestó a favor de la permanencia de Reino Unido. Algunos diputados conservadores se unieron a los laboristas, los liberales, los nacionalistas escoceses y los verdes, para recalcar que el Parlamento tiene que debatir y votar señalando que, aunque el pueblo británico respaldó el brexit, no eligió abandonar el mercado único europeo. “No hay un mandato para un brexit duro y no creo que haya tampoco una mayoría en el Parlamento”, señaló Ed Miliban, antiguo líder de los laboristas, que consideran que los diputados deben votar sobre la postura del Gobierno antes de que active el artículo 50 del Tratado de Lisboa. El diputado conservador Stephen Phillips aseguró el lunes que se debe tener en cuenta “el punto de vista de la Cámara en relación al asunto más importante que afronta la nación”. Existe una batalla judicial que debe resolver si el Gobierno puede aplicar el artículo 50 o requiere ser aprobado por el Parlamento. El primero de los contenciosos pendientes de sentencia podría llegar al Tribunal Supremo en diciembre, según Bloomberg.

El banco ruso VTB, controlado en un 61% por el Estado, se convirtió ayer en la primera gran entidad europea en anunciar su intención de abandonar sus oficinas en Reino Unido. La entidad busca ahora nuevo centro de operaciones. “Teníamos grandes planes para la oficina de Londres, pero después del brexit los estamos reduciendo progresivamente y buscando otros lugares para llevarlos a cabo”, indicó ayer Herbert Moos, vicepresidente de la entidad, al diario Financial Times.

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