PSOE: la huida hacia delante
El varapalo al PSOE en las elecciones autonómicas vascas y gallegas ha precipitado el conflicto entre la ejecutiva de Pedro Sánchez y buena parte del aparato del partido, con los barones regionales al frente. En un intento de reforzar su posición, Sánchez anuncia primarias para el 23 de octubre y un congreso en diciembre. Propuesta que dirigentes como Lambán y Page descartaban hace pocos días porque sería “inconsecuente” y “arbitraria”.
Nada habría que objetar a que los partidos resuelvan sus diferencias en congresos o en votaciones de la militancia, si no fuera por lo perverso del calendario que quiere imponer Sánchez. El plazo para constituir Gobierno concluye el 30 de octubre, apenas una semana después de su pretendida reelección. Resulta evidente que los intereses generales del país –que va camino de cumplir un año de parálisis institucional– se supeditan no solo a los intereses del partido, sino a los de su secretario general. Acortando los plazos, Sánchez busca reforzar su estrategia del “no es no”, que solo lleva a un callejón sin salida, así como impedir que cobre forma una alternativa a su desgastada candidatura. El liderazgo no se demuestra escudándose en la militancia, sino convenciendo a la sociedad de una visión para el país. Visión que, por desgracia, ni se adivina.