Los resultados en Galicia y Euskadi debilitan la estrategia de Sánchez
Pedro Sánchez sale debilitado de los comicios y su apuesta de un Gobierno alternativo pierde fuerza El Comité Federal de los socialistas del 1 de octubre será clave para el desenlace de la legislatura El PP confía en que mejoraría sus resultados si hubiera unas terceras elecciones
Las elecciones gallegas y vascas han servido para apuntalar los respectivos gobiernos. El PP seguirá mandando con mayoría absoluta en Galicia y el PNV continuará probablemente al frente del Ejecutivo autonómico en el País Vasco, aunque precisará el apoyo de otras formaciones. En clave nacional, el principal damnificado ha sido el PSOE, que ha perdido apoyos en ambos comicios. Podemos, a través de En Marea, ha adelantado en votos a los socialistas en Galicia y, en el País Vasco, la derrota ha sido mayor. El PSOE se ha convertido en el cuarto partido más votado en Euskadi por detrás de PNV, Bildu y Podemos. El principal temor para los socialistas -ver como Podemos les supera por la izquierda- se ha producido.
Está por ver si el resultado de los comicios autonómicos sirve para desbloquear la situación política. Hoy, las terceras elecciones siguen siendo un escenario muy plausible. Aunque la posición de Pedro Sánchez queda debilitada. Los malos resultados se producen cuando el secretario general, que se ha volcado en las elecciones en el País Vasco y Galicia, mantiene una ya indisimulada pugna con todos los presidentes autonómicos de su propia formación con la excepción de la jefa del Ejecutivo de Baleares, Francina Armengol.
El próximo sábado 1 de octubre se celebrará el Comité Federal del PSOE, que todo apunta que será uno de los más tensos. Está por ver hasta qué punto los resultados pueden modificar las intenciones de Sánchez, que en los últimos días ha insistido en su voluntad de intentar formar un Gobierno alternativo. También ha repetido hasta la saciedad que no plantea abstenerse para desencallar la situación y facilitar un Gobierno del PP. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz y los jefes de los ejecutivos de Aragón, Javier Lambán y de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, han mostrado su rechazo a la posibilidad de formar un Gobierno con el apoyo de partidos independentistas. Ferraz defiende un pacto entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, aunque se trata de un mero deseo sin posibilidad de llevar a la práctica.
Núñez Feijóo es el mejor posicionado para suceder a Rajoy tras su nueva mayoría absoluta
La presión para que el PSOE se abstenga para evitar las terceras elecciones se ha redoblado en las últimas semanas y aumentará todavía más tras los resultados electorales. Aun así, salvo el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ninguno de los barones regionales se ha atrevido a defender públicamente la abstención.
Desde el Partido Popular, dejan toda la responsabilidad al PSOE. “No queremos terceras elecciones, pero no está en nuestra mano evitarlas”, señaló la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría el pasado viernes. Génova celebró la victoria de Alberto Núñez Feijóo y confía en que, en caso de repetirse las elecciones, obtendrá más votos. Aunque el triunfo en Galicia también refuerza al presidente de la Xunta, que aparece como el mejor posicionado para suceder a Rajoy. Los altos cargos del partido rechazan de plano la posibilidad de que el presidente del Gobierno en funciones dé un paso atrás para facilitar el desbloqueo y aseguran que, en caso de terceras elecciones, Rajoy volverá a ser el candidato.
Para Génova, también es especialmente significativo que Ciudadanos no haya logrado su objetivo de entrar en el Parlamento vasco y gallego. La lectura del PP es que, en unos terceros comicios, los populares recuperarían el apoyo de votantes que se han pasado a la formación naranja en las dos últimas elecciones generales.
Podemos ha logrado en Galicia -incorporándose a En Marea- y en el País Vasco lo que no consiguió en las generales: adelantar al PSOE. La formación de Pablo Iglesias mantiene oficialmente su intención de formar un Gobierno alternativo con los socialistas y con el apoyo de partidos independentistas. Aun así, la estrategia de fondo de Podemos es convertirse en la fuerza hegemónica en la izquierda. Y quizás tendrá una nueva oportunidad el próximo diciembre, cuando se celebrarán nuevamente elecciones generales si no se logra desbloquear la situación.