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Enoturismo

Riojas de Álava con nombre propio

En el corazón de la Rioja Alavesa, en un entorno privilegiado, de suelos excepcionales, cobijados por la sierra de Cantabria, se producen algunos de los mejores vinos de nuestro país, que reivindican su propia denominación de origen. Son los vinos de pago, y no crea que es tanto por lo que cuestan, sino por su ligazón a la tierra. Una apuesta, la de la viticultura de máxima calidad, irrenunciable en el origen y trayectoria de Bodegas Luis Alegre.

Con la fiesta de la vendimia de esta región a la vuelta de la esquina, es una buena excusa para hacer una escapada al precioso pueblo medieval de Laguardia, sede social de esta bodega familiar con casi 50 años de historia, y acercarse al vecino Samaniego –a solo 10 km de distancia–, que este año, como sede de la XXIII edición de la fiesta del vino, celebrará el acto central, el domingo 18 de septiembre.

La carretera de Navaridas nos conduce directamente a la bodega y a sus fincas, una magnífica combinación de viñedos viejos donde se elaboran sus mejores crianzas junto con los vinos de finca y de autor –como Parcela nº 5, La Reñana, Pontac o Koden– y otros viñedos que, aunque no son propiedad de la bodega, “están minuciosamente controlados por un equipo de ingenieros agrónomos”, explica Alejandro Simó, director gerente y un apasionado de la viticultura. A todos, añade, “se les aplica una viticultura avanzada y, sobre todo, personalizada, donde la intervención humana difiere entre las distintas fincas en función de factores como los suelos, el microclima o los portainjertos”.

El verde de las viñas contrasta con el ocre de la tierra y el gris, en el horizonte, de la roca pelada y calcárea de la sierra, que durante miles de años generaron unos suelos calizos que, junto con un microclima idóneo, es el caldo de cultivo perfecto para dotar a los vinos de una personalidad única.

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Simó nos desvela que “históricamente, los grandes caldos del mundo se han creado bajo la influencia de este tipo de suelos”. Es el caso de los grandes Burdeos, los Champagne o los Borgoña. Otra ventaja que les hace singulares es que en Laguardia se da un complejo lagunar de carácter salino.

Como la mayoría de las bodegas de la zona, Luis Alegre organiza catas, previa reserva. Un modo “práctico y lúdico de conocer y diferenciar los vinos”. ¿Cómo reconocer el mejor? “Lo importante es que un vino te guste. Lo demás, adivinar determinadas características, vendrá poco a poco”, dice Simó.

Tradición y vanguardia forman parte de la filosofía de Luis Alegre. Las tres fincas más destacadas propiedad de la bodega son la Reñana, la Parcela nº 5 de Riohondillo y Portiles; en todas se producen “vinos de alta o muy alta gama. Lo que se traduce en producciones limitadas y unos procesos de selección exigentes orientados a la calidad”.

Los grandes vinos de la bodega, los de finca –o de pago–, tienen un peculiar proceso de elaboración. En primer lugar pasan por la mesa de selección móvil, que se puede trasladar al propio viñedo y de la que ellos son pioneros. Esta mesa evita que las uvas sanas entren en contacto con las que no alcanzan el nivel requerido por la bodega. Después fermentan en pequeños depósitos de madera y acero inoxidable durante 6-8 días. Pasado ese tiempo, el vino realiza su segunda fermentación, maloláctica, en barrica de roble de distintos bosques.

La moderna bodega, diseñada por el arquitecto Joaquín Aracil, consta de cuatro plantas circulares, dos de ellas subterráneas. Como dato curioso, en la inferior se ubica la sala de barricas con una colección de unas 1.600 unidades de las casas de mayor prestigio mundial. En la última planta y con grandes vistas a la sierra está el magnífico restaurante panorámico. Disfrútelo.

La bodega, diseñada por el arquitecto Joaquín Aracil.
La bodega, diseñada por el arquitecto Joaquín Aracil.

Personalidad y vanguardia como señas de identidad

Luis Alegre fundó en 1968 su propia bodega con el objetivo de crear vinos de alta calidad con personalidad propia. En la actualidad, la capacidad de la bodega es de 600.000 litros y la de producción se eleva a un millón. Luis Alegre posee 52 hectáreas de viñedos propios y otras 40 de viñedos controlados, en los que el 90% de las variedades de uva plantadas es tempranillo y el 10%, graciano, mazuelo, garnacha y viura. En la bodega solo se utilizan barricas de roble; de ellas, 700 unidades son de roble francés y otras 700, de roble americano, con una edad media de cuatro años. Actualmente, el 50% de su producción se exporta, siendo Estados Unidos, Suiza y Alemania sus principales mercados.

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