Más allá de los 27 oros británicos
China ha cedido su puesto en el medallero olímpico a Reino Unido, sin embargo, eso no se puede tomar como referencia en otras competiciones más relevantes como la económica.
Reino Unido recordará 2016 como el año en que ganó 27 medallas de oro y un premio de consolación. Su estrategia ganadora está, en cierto sentido, calcando la de la China: coger a los ganadores y poner tras ellos recursos desproporcionados. Puede que industrialmente también resida ahí su futuro. Fuera de la Unión Europea, el país tendría más alcance apoyando a industrias estratégicas, a la vez que ahuyenta a los compradores extranjeros en ciertos tipos de negocios. Incluso el Banco de Inglaterra está escogiendo ganadores indirectamente, al decir de su nuevo programa de compra de bonos se dirigirá a las empresas que hacen una “contribución importante” a la economía.
El voto de Reino Unido a favor de salir de la UE augura menos influencia en asuntos de importancia mundial
Las analogías olímpicas fallan en algunas áreas. En el mundo económico, la colaboración y no la victoria es lo que infunde respeto. Reino Unido ha sido el mayor receptor de inversión extranjera directa en Europa desde hace años gracias a su apertura. La retórica política apunta ahora hacia otro lado. China no está abierta, aunque sus políticos hablan de alianzas win-win, lo que sugiere que capta el principio.
Mientras tanto, el voto británico a favor de abandonar la Unión Europea en junio augura menos influencia sobre asuntos de importancia mundial, desde el cambio climático a los patrones de migración global y la seguridad. Puede que ni siquiera el éxito deportivo dure: el nuevo gobierno británico dejó de lado la semana pasada posibilidad de frenar la publicidad de comida basura en un fallido programa contra la obesidad.
Para China, caer en el medallero al tercer puesto es un golpe a la confianza de la nación –pero poco más–. Su 4,7% de exportaciones de servicios comerciales, según la Organización Mundial de Comercio, está por detrás del 6,8% de Reino Unido, pero crece un 50% más rápido. A diferencia de los Juegos Olímpicos, la destreza económica no es un juego de suma cero. Al ritmo actual, es más probable que Gran Bretaña sea uno de los perdedores, antes que China.