Técnicas Reunidas puja en Bolivia por un contrato de 2.000 millones
La empresa española de ingeniería Técnicas Reunidas (TR) busca adjudicarse en Bolivia la construcción de una planta de producción de propileno y polipropileno para la que el Gobierno presupuesta una inversión de 2.200 millones de dólares (unos 2.000 millones de euros).
El gerente de TR, el español Luis María Villar, destacó que asistirá a la licitación mostrando como tarjeta de presentación la experiencia acumulada en Bolivia desde 2010 con la construcción de seis obras para el sector de hidrocarburos y la elaboración de dos estudios de ingeniería.
Todas las obras y los estudios realizados por TR sumaron un valor de alrededor de 1.500 millones de dólares, cifra menor al proyecto de la petroquímica, que se construirá en la zona del Chaco, en el departamento de Tarija (sur), fronterizo con Argentina.
Villar subrayó que la empresa ha cumplido con todas las obras construidas para la petrolera boliviana estatal YPFB y las encargadas por privadas como Repsol, también española.
Algunos de los proyectos fueron concretados antes del tiempo pactado, como la unidad de crudos de la refinería de Cochabamba (centro) por la urgencia de producir más gasolina, y la ampliación de una planta de gas en el campo Margarita para Repsol para cumplir con un compromiso de incremento de exportación a Argentina.
“Eso no es algo habitual aquí”, apuntó el ejecutivo español, que estuvo acompañado en la entrevista por el gerente de proyectos de TR en Bolivia, el boliviano Oscar Terceros.
TR competirá con otras once empresas que deben presentar sus ofertas al Gobierno de La Paz el próximo 3 de octubre.
Entre las interesadas figuran compañías de Brasil, Italia, Corea del Sur, Estados Unidos y China.
La planta de propileno y polipropileno será construida cerca de la planta Gran Chaco, de separación de líquidos del gas natural, que dará como producto la materia prima que necesitará la petroquímica y que fue entregada por TR en 2015.
Esa planta costó 688 millones de dólares y es una de las más grandes de su tipo en Suramérica.
La adjudicación del proyecto petroquímico debe hacerse hasta fin de año y la planta debe empezar a funcionar en tres o cuatro años.
Según Villar, la construcción de la planta podría demandar en su momento pico unos 10.000 profesionales y de forma general subir hasta 18.000 o 20.000 en las diferentes etapas del proyecto.
Apuntó que, de ganar la adjudicación, la apuesta de TR es hacer la construcción con el “cien por cien de mano de obra boliviana” que se ha formado durante la construcción de otros proyectos.