Urge legislación en redes eléctricas más inteligentes
La normativa europea se centra en facilitar el acceso a terceros agentes y no en el desarrollo de las instalaciones
El despliegue en España de la red eléctrica está sujeto aún a ciertas limitaciones para dotarla de una mayor inteligencia y autonomía que redunde en beneficio de los usuarios, haciéndoles verdaderos protagonistas de su gestión y no meros espectadores pasivos, optimizando sus costes del consumo.
Las empresas ven en la digitalización una tendencia que puede impulsarlas. No conciben desarrollar la red de electricidad –cada vez más interconectada– con parámetros tradicionales, sino que desean hacerla crecer con equipos más inteligentes que actúen no solo en base a magnitudes eléctricas, sino también económicas y medioambientales.
La legislación europea, sin embargo, se centra más en facilitar el acceso a terceros agentes en el mercado eléctrico (servicios energéticos, gestión de la demanda, etc.) y no tanto en el propio desarrollo de las instalaciones eléctricas. Por esta razón, los fabricantes deL sector piden que se incentiven las inversiones en la red eléctrica para adoptar las tecnologías smart. Si no se impulsan estas inversiones se corre el riesgo de que las infraestructuras queden obsoletas y no se aproveche el potencial de mejora de suministro, la calidad del servicio y su eficiencia.
Tanto es así que muchos fabricantes temen que España se quede atrás debido a la falta de regulación y todo lo que esto implicaría en la competitividad de sus empresas, generación de empleo de calidad, así como en su capacidad de exportar tecnología. Si no existe este entorno favorable de regulación, aparece una gran incertidumbre en las compañías eléctricas y en los fabricantes, ya que el I+D no se desarrolla.
La falta de visión en el ámbito de las smartgrids supone un freno a las mejoras en el sector eléctrico. Tiene que haber una voluntad política, además de una concienciación de los ciudadanos para que se produzca este cambio.
"España tiene un nivel tecnológico muy alto y se encuentra a la vanguardia de países europeos"
En España, compañías como Endesa, Gas Natural Fenosa, Hidrocantábrico, Iberdrola, REE o Viesgo han ido dotando de mayor inteligencia a sus redes, destacando, desde el punto de vista del consumidor, el despliegue masivo de contadores inteligentes. Y con todo ello, los fabricantes han invertido en innovación para desarrollar productos y soluciones, lo que les ha convertido en jugadores de primera en el mercado internacional. Y esto lo han tenido que hacer con unos procesos industriales bien afinados. Los volúmenes son fuertes y, por tanto, los precios y los costes, realmente ajustados. Con ello, las empresas hemos conseguido generar, o al menos mantener, el empleo a pesar de la difícil situación económica por la que hemos pasado.
Uno de los principales retos del sector se basa en el desarrollo e implementación de infraestructuras de recarga públicas de oportunidad, principalmente de puntos de carga rápida que complementen las autonomías de los vehículos eléctricos –hoy en día rondan de media entre 200 y 300 km. Con un despliegue estratégico de bienes de equipo eléctricos de 50 kW capaces de recargar hasta el 80% de las baterías en 20 minutos, permitirán derribar las barreras de la ansiedad de autonomía en trayectos de largo recorrido.
El actual Plan Nacional de Ciudades Inteligentes aprobado en julio de 2015, por una parte, facilita la creación de plataformas digitales, reuniones para definir las ciudades, pero, por otra, no incluye ninguna directriz sobre qué redes de servicio hay que actuar (de gas, de electricidad, etc. ). En el Plan Nacional no existe un mapa de actuación claro ni se establecen resultados tangibles para el ciudadano.
En todo este contexto, la Unión Europea está trabajando en un nuevo mercado digital único y en las directivas europeas de Smart Grid M/490 y M/441. Este hecho supone que un nuevo marco regulativo exterior va a llegar a España e implicará una actuación en la materialización de estas directivas.
España tiene un nivel tecnológico muy alto y se encuentra a la vanguardia de países europeos. Si bien el efecto de la falta de inversión en la red podría suponer una ralentización de este liderazgo. Es fundamental realizar desarrollos tecnológicos para los clientes españoles y apostar por el I+D para salir a competir en mercados exteriores.
Lo que está pasando actualmente es que se está desplegando toda la telegestión y después de eso, los fabricantes están a la expectativa de ver hacia dónde se dirige la innovación porque no hay una estrategia energética a largo plazo.
Mar Duque es directora general de la Asociación de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctrico (Afbel).