Sánchez rechaza toda negociación y pide a Rajoy un pacto de derechas
El PP ofrece al PSOE la formación de cuatro mesas para negociar reformas en materia económica, política y social
Después de haber escuchado a los líderes de los dos grandes partidos del país al término de su reunión de esta mañana, quizás las dos cuestiones cruciales que siguen sin resolver sean las siguientes: ¿se presentará Mariano Rajoy al debate de investidura aunque no consiga reunir los apoyos necesarios o volverá a declinar esa posibilidad? y ¿está preparando ya Pedro Sánchez su alternativa de Gobierno con las fuerzas de izquierdas?
Ni preguntando al uno por las intenciones del otro, ni planteando la cuestión de mil y una maneras fueron capaces de aclarar ninguno de los dos extremos. Lo único cierto es que, aunque le pese al presidente del Gobierno en funciones, si hay que atenerse a lo dicho por ambos dirigentes políticos, hoy España está abocada a unas terceras elecciones.
Después de 55 minutos de reunión, solo se mostraron de acuerdo en un asunto: repetir los comicios sería un disparate o, dicho de otro modo: urge formar nuevo Gobierno. Pues bien, ni por esas, ni coincidiendo en el diagnóstico de la situación, parece que, por el momento, haya habido un acercamiento en cuanto a cómo resolver el bloqueo político.
El secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, que inició su comparecencia ante los medios convencido de que ésta tiene que ser la legislatura en la que se recuperen los derechos laborales y sociales perdidos, reconoció que había salido del encuentro con el jefe del Ejecutivo en funciones “más preocupado de lo que entré”. Sánchez explicó que Rajoy no le había confirmado si se presentará a la investidura aunque no obtenga los apoyos que necesita y tampoco le había hablado de fechas posibles para ese debate. Y ese parece ser el principal escollo en la negociación iniciada entre populares y socialistas.
Sánchez recriminó al líder del PP que no haya aclarado aún si aceptará o no someterse a la investidura en cualquier circunstancia, tal y como le ha encargado el Rey; y le recordó que ya han transcurrido 35 días desde las elecciones y “no ha sumado ni un solo apoyo de los 137 escaños que obtuvo en las urnas”. “El señor Rajoy debe ponerse a trabajar ya, lo que no puede ser es que el resto de formaciones le hagamos su trabajo”, apuntó el dirigente del PSOE.
En este sentido, Sánchez no solo le instó a que acelerara las negociaciones para formar Gobierno, sino que le conminó a hacerlo con sus socios naturales, los partidos de centro derecha, entre los cuales incluyó a Ciudadanos. Y pese a las discrepancias que mantiene el PP con la antigua Convergencia por el desafío independentista, Sánchez recordó a Rajoy el reciente acuerdo alcanzado presuntamente con los nacionalistas vascos y catalanes para la configuración de la Mesa del Congreso.
Oposición útil
Hasta aquí el mensaje fue contundente: “no vamos a apoyar aquello que queremos cambiar, por lo que nos hemos presentado a las elecciones”, insistieron desde la calle Ferraz. Sobre las alternativas que se plantean si Rajoy fracasa, Sánchez solo garantizó que hará una oposición útil, entendiendo como tal aquella en la que pueda consensuar con el Gobierno reformas y leyes concretas en cada momento. Eludió, eso sí, anunciar si baraja la opción de intentar otra vez un pacto para un Gobierno de izquierdas. “Si las derechas dicen no, por qué tienen que apoyarle las izquierdas”, se preguntó. “La izquierda vamos a hacer oposición que es lo que nos han dicho los ciudadanos que hagamos”, matizó.
Por su parte, el presidente del Gobierno en funciones admitió su frustación al comprobar que Sánchez “no había sido receptivo” a ninguna de sus propuestas. Así, confirmó que le había planteado un nuevo documento de medidas para consensuar un programa de Gobierno, también le sugirió la posibilidad de pactar los puntos coincidentes del programa electoral del PP con el acuerdo suscrito entre PSOE y Ciudadanos en la anterior legislatura o negociar sobre la base del documento de ocho puntos aprobado por el Comité Federal de los socialistas en diciembre pasado.
Entre las nuevas medidas propuestas, el PP sugiere que se constituyan cuatro mesas o grupos de trabajo para abordar las reformas institucionales, las de política económica, donde se incluiría la apertura de un debate sobre el nuevo sistema de financiación autonómica, una tercera para abordar un pacto por la educación y a favor de la ciencia y una cuarta y última sobre política social.
Rajoy defendió que este planteamiento que realizó al PSOE es “democrático, razonable, representa la voluntad del país, tranquilizaría a los inversores y transmitiría un mensaje de confianza a los ciudadanos y al resto de Europa”. Si todo ello no culmina en un acuerdo, el PP solo ve una alternativa: la celebración de las terceras elecciones en menos de un año, algo que el presidente en funciones calificó de auténtico “disparate” que no mejoraría el crédito internacional de España.
Ante la pregunta de si estaría dispuesto a una investidura fallida que permitiera reblandecer las posiciones de partida de los socialistas de cara a un segundo intento, bromeó: “Podrían reblandecerse antes y nos evitábamos perder el tiempo”. “En esa operación, en la del reblandecimiento, es en la que estoy, y lo otro viene después y hablaremos en otro momento”, subrayó.
Cuestionado sobre si cree que Sánchez podría intentar la investidura si él fracasa en su intento por ser investido presidente, volvió a ironizar: “a mí no me ha dicho nada y creo que a ustedes tampoco”. A este respecto, admitió que los números dan para mucho, “pero un Gobierno de PSOE, Unidos Podemos, ERC y Convergencia no me parece lo mejor para España ni para el PSOE”. Mañana, nueva reunión en el Congreso de Rajoy con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien el lunes se mantuvo firme en que no se moverán de su abstención en la segunda votación. A Rajoy le tocará, por lo tanto, también reblandecer al líder del partido naranja.