La mala suerte de estar en la ‘lista Montoro’ por 77 euros
La oposición criticó que la reforma no permi-tiera conocer quiénes se acogieron a la amnistía fiscal de 2012
En España, la tradición medieval obligaba a los morosos a pasearse por las calles de la ciudad subidos encima de un burro y vestidos con túnicas con grandes cruces rojas y con una coroza en la cabeza, para que todo el mundo supiera que no pagaba sus deudas. Durante el paseo, el pueblo podía mofarse del infortunado deudor, insultarle e incluso tirarle toda clase de objetos. El escarnio público debía servir para escarmentar a los morosos y disuadir a los demás ciudadanos de caer en la tentación de convertirse en malos pagadores; aunque en aquella época los deudores más desafortunados acababan linchados por la turba.
Afortunadamente, el emperador Carlos V prohibió esta bárbara costumbre y promulgó una ley que condenaba a la pena de muerte por horca a los morosos insolventes. Su hijo Felipe II suavizó el castigo a los deudores e instauró la prisión por deudas o la condena a galeras. A partir de finales del XVI y durante varios siglos, los morosos fueron condenados a penas de prisión si no saldaban sus deudas. Por consiguiente, en España era lo más normal del mundo que el deudor insolvente fuera a parar a la cárcel, incluso se metía en prisión a los morosos con carácter cautelar, antes de que hubiera condena en firme o comenzara un juicio por impago de deudas. Como muestra, un botón: Cervantes fue encarcelado en 1597 por no poder liquidar a la arcas del Rey unas cantidades que había recaudado en su nombre al quebrar el banco sevillano en el que había depositado el dinero.
En el siglo XX se inventaron las listas de morosos con un triple propósito. Primero, escarmentar a los deudores recalcitrantes haciendo pública su condición; segundo, darles un buen motivo para pagar sus deudas, ya que si querían que sus nombres desaparecieran de la lista negra no les quedaba más remedio; tercero, enviar un aviso a navegantes y prevenir el riesgo de impago, ya que los proveedores pueden consultar el registro antes de otorgar crédito a un moroso empedernido y evitar entrar en riesgo.
"Las listas de morosos buscan escarmentar a los deudores, darles un motivo para pagar y prevenir el impago"
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, emprendió hace unos años una cruzada contra los defraudadores fiscales y morosos del España. En este marco de lucha contra el fraude tributario, consiguió que la Ley 34/2015, de 21 de septiembre, que modificó la Ley General Tributaria, añadiera el artículo 95 bis, referente a la “publicidad de situaciones de incumplimiento relevante de las obligaciones tributarias”. Bajo este eufemismo se esconde la autorización a Hacienda para publicar la lista de morosos con las arcas del Estado; en concreto aquellos que deben más de un millón de euros. Vale la pena señalar que la ley contó con el voto a favor del PP y el rechazo de la oposición, que criticó, en especial, que la reforma no posibilite que se conozca el nombre de quienes se acogieron a la denominada amnistía fiscal en 2012.
El objetivo del ministro fue que esta medida coercitiva sirva para que muchos deudores se pongan al día con Hacienda. Por ese motivo, a este listado se le denomina coloquialmente como la lista Montoro. El 30 de junio ha salido publicada la segunda lista con los nombres de los mayores defraudadores fiscales y morosos. Según este documento, el importe de las deudas y sanciones pendientes de pago a 31 de diciembre de 2015 asciende a más de 15.700 millones. El número total de morosos y defraudadores es de 4.768, un 1,8% menos que en la lista anterior, de los que 336 son personas físicas y 4.432, sociedades.
Sin embargo, el Sindicato de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ha asegurado que el importe de la lista de morosos publicada por la Agencia Tributaria solo es el 30% del total de deuda pendiente de cobro por Hacienda, que asciende a 52.226 millones– suma que equivale a la mitad del primer rescate de Grecia. Además, Gestha declaró que, de acuerdo con el ratio de cobro de estas deudas que el Gobierno ha reconocido, se podrían perder unos 8.834 millones de las deudas de este listado, ya que el 42% de la cantidad adeudada pertenece a sociedades que se encuentran en concurso de acreedores e incluso en proceso de liquidación. De hecho, en los últimos 10 meses, entre el 31 de julio de 2015 y el 1 de junio de 2016, únicamente se han recaudado 312 millones de 1.500 deudores que figuraban en el primer listado, lo que supone apenas el 2% del importe moroso de la primera lista.
Asimismo, Gestha sostiene que con motivo de la publicación anterior, el mero hecho de hacer pública la lista de morosos no consigue por sí solo aumentar los ingresos en concepto de deuda pendiente de cobro, pues incluso la mora ha aumentado en estos seis meses. En consecuencia, parafraseando al gran Keynes, podemos decir que si debes a Hacienda 1.000 euros tienes un grave problema, pero si debes un millón, el problema es de Hacienda para recobrarlo.
"Muchos personajes famosos pasan inadvertidos, ya que solo aparecen los nombres de sus sociedades"
El primer lugar del ranking de la lista Montoro lo ocupa Reyal Urbis, con una deuda que supera los 368 millones, seguida a bastante distancia por Nozar, con 203 millones. Lo que más atención ha despertado han sido los nombres de determinadas personalidades y personajes bien conocidos por el público. Sin embargo, el moroso número uno en el ranking de personas físicas, Agapito García Sánchez, es un desconocido para la sociedad, y si no fuera por su peculiar nombre de pila, hubiera pasado inadvertido, pero con un importe de más de 19 millones de euros ha superado a Dani Pedrosa, que no ha conseguido rebasar la meta de los ocho millones, e incluso ha dejado atrás al mismo Mario Conde, que no ha llegado a los 10 millones.
Vale la pena señalar que bastantes personajes famosos pasan inadvertidos, puesto que solo aparecen los nombres de sus sociedades y requiere un arduo trabajo de investigación relacionarlos. En último lugar del listado hay un ciudadano que ha tenido el infortunio de adeudar 1.000.077 euros, y por esos 77 euros que superan el millón figura en la lista con nombre y apellidos: ¡qué mala suerte!
Pere Brachfield es profesor de EAE Business School.