Recuperar la inversión sin disparar el gasto en construcción
Las constructoras quieren reactivar la obra local.
El pasado 26 de junio se inauguró uno de los proyectos de ingeniería civil más esperados: la ampliación del Canal de Panamá, tras siete años de su puesta en marcha, a cargo del consorcio Grupo Unidos por el Canal, liderado por Sacyr.
Pese a los conflictos pendientes por el sobrecoste, es una obra emblemática, no solo por su envergadura mundial, sino porque simboliza también el inicio de la conquista exterior española. En su afán por sobrevivir a la crisis y aumentar a la vez su negocio, las grandes constructoras buscaron fuera lo que un mercado interno anémico no ofrecía. Si bien han superado los obstáculos con éxito, colocando a España entre los principales jugadores globales del sector, hoy preocupa ese menor peso doméstico en la cuenta de resultados.
“La consolidación fiscal no puede seguir siendo una excusa que impida resolver el déficit de infraestructuras”, advierte Núñez, de Seopan
Es lógico que el sector desee recuperar la inversión pública después de ocho años de sequía. “La consolidación fiscal no puede seguir siendo una excusa que impida resolver el déficit de dotación de infraestructuras, relacionado con la mejora de la calidad de vida y el fortalecimiento del Estado de bienestar”, advierte Julián Núñez, presidente de la patronal Seopan.
Se trata de obras prioritarias, no de megaproyectos desmedidos como ocurrió en el pasado, en las áreas de tratamiento de agua y residuos, salud, educación, justicia, transporte y mantenimiento del stock existente, detalla un informe sobre la contribución del sector al desarrollo económico y social, elaborado en 2015 por la consultora AT Kearney a petición de la patronal.
La resolución de estas carencias supone una inversión mínima de 38.000 millones de euros anuales en la próxima década, calcula la consultora. Un objetivo que está muy lejos de lograrse, opina Núñez, ya que la ratio de gasto público para el periodo 2016-2017 es la más baja de Europa: representa la tercera parte de la proyectada en Francia, Alemania y Reino Unido. “Lo anterior conlleva el reto de compatibilizar las nuevas inversiones con la corrección del déficit excesivo de las cuentas públicas”, sostiene.
- Un lastre persistente
Las ventas locales disminuyeron en 2015 un 11%; solo en obra civil se desplomaron un 14%. Pero dicho lastre se extiende a este año, con una caída del 18%, prevé la patronal. En el primer trimestre, la licitación pública se redujo un 30% y la contratación, un 53%.
Con todo, la UniónEuropea pronostica para 2016 un alza de la inversión del 2,4% debido a la recuperación de la actividad, hasta los 1.463 millones. Irlanda, Chipre y Países Bajos encabezan este empuje, mientras que España ocupa el sexto lugar, con un aumento del 3,5% (119.000 millones), por detrás de Luxemburgo y Suecia. En 2017, eleva la tasa al 3,1%, el 5% en España.
Entre tanto, el negocio internacional, “la construcción pura”, alcanza ya una cuota del 86% en las 10 mayores constructoras, como ACS, Sacyr, Ferrovial, Acciona, OHL o Abertis, entre otras. El 73% de sus ventas totales viene del exterior. Latinoamérica sigue siendo el principal mercado, pese a la incertidumbre política y económica en países como Brasil o Venezuela. Aunque cobran relevancia Norteamérica, Europa, Oriente Medio y el norte de África.
Entre enero y abril de este año, las licitaciones internacionales en las que participan empresas españolas superan ya los 10.000 millones. En 2015 fueron de 55.000 millones, un 14,5% más que el año anterior, según los últimos datos del Ministerio de Fomento.
España es una referencia mundial en infraestructuras. Entre los proyectos Marca España más innovadores, según Fomento, figuran el AVE entre La Meca y Medina (6.700 millones), con retraso por los sobrecostes que reclaman las empresas españolas al Gobierno de Arabia Saudí.
De hecho, el consorcio liderado por Renfe, y en el que participan 12 firmas, acaba de pactar una prórroga de 14 meses, fijando la fecha de entrega en 2018.
También están la obra turca Marmaray, un túnel ferroviario submarino que une Europa con Asia, concluido en 2015 y en el que participó OHL, o los metros de Riad o Lima, a los que concurren FCC y ACS. Mientras, Acciona trabaja en la primera línea de metro de Quito, participado al 50% con la brasileña Odebrecht, por 1.400 millones, además de en otras obras relevantes de agua en Canadá. Sacyr acaba de adjudicarse la autopista italiana Pedemontana-Veneta por 2.000 millones.
Las tareas en la próxima legislatura
La hoja de ruta para reactivar el sector en España descansa en la ejecución de un plan estratégico de infraestructuras clave en el corto plazo, que anticipe la puesta en marcha de los proyectos que están tanto en fase de planificación como sujetos a sanciones por incumplimiento de las directivas europeas, sugieren desde Seopan. “Es imprescindible resolver las ineficiencias del sistema de contratación pública: modernizar la regulación y el modelo de financiación vigente”, reclama Núñez.
Además, cree necesario abordar el futuro de las concesiones y la armonización entre los modos de transporte, ya que por esta vía, aduce, se podría contener el gasto estructural de un 1,5% anual respecto del PIB, conforme a la meta europea, y fomentar la colaboración público-privada, como promueven las economías más desarrolladas.