Cómo el capital chino salvó al juez de la Liga
El Espanyol se enfrenta al Barcelona en la penúltima jornada
El FC Barcelona puede proclamarse campeón de Liga este fin de semana, a falta de una jornada para su final. Para ello deben darse varios condicionantes: que el Atlético pierda, que el Real Madrid no gane su partido y que los culés se impongan en su estadio al vecino, el RCD Espanyol. Un club al que le falta un punto para asegurarse la permanencia y que desde enero está controlado por capital chino. En concreto, el del empresario Chen Yansheng, dueño y presidente de la empresa Rastar.
La institución blanquiazul tenía entonces una deuda neta de 133 millones de euros, cerca de 90 a satisfacer en menos de un año y 40 pendientes con Hacienda. Yansheng adquirió el 56% de las acciones, con una inversión cercana a los 50 millones de euros, para su adquisición y la reestructuración de la deuda del club. “La situación financiera que tenía el club era insostenible, con créditos, con deudas pendientes de pagar y también vencidas”, afirma Ramon Robert, consejero delegado del Espanyol, hombre fuerte de Yansheng en el día a día de la gestión. Junto a él, la nueva junta directiva nombró como vicepresidente a Carlos García Pont, profesor de IESE. “Los gestores anteriores han hecho milagros. El saneamiento financiero era necesario para dotar de sensatez al proyecto”, explica este último.
Pese a lo que suele suceder en casos de multimillonarios que adquieren clubes de fútbol, el del Espanyol decidió no acometer ninguna “locura”, como afirma Robert, pese a que en enero el club atravesaba una grave crisis de resultados, situado en posiciones de descenso. “Nadie va a poner cientos de millones encima de la mesa para salir a por estrellas. Está demostrado que de esta manera no se construyen equipos”, analiza Carlos García Pont. “En lugar de eso, se dijo: vamos a arreglar financieramente el club, porque si no, cualquier mejora será imposible. El objetivo este año ha sido de transición, consolidar al equipo, pese a haber identificado cuáles eran sus problemas”, añade Robert.
El principal cargo ejecutivo del Espanyol explica que los problemas financieros que ahogaban al club están arreglados o, al menos, ya no suponen una amenaza al futuro inmediato de la institución. “La deuda se ha fusionado en un único crédito. Con esto, el propietario asegura que nadie nos va a presionar, que no hay peligro de bajar a Segunda... Y que, una vez organizado esto, nos dediquemos a gestionar. No que les pidamos dinero cada dos meses, sino que lo generemos, con la seguridad de que irá a reforzar la parte deportiva”.
Una política que, reconocen ambos directivos, puede chocar con el pensamiento de los aficionados. Carlos García Pont deja claro que “esto es una empresa de fútbol, y este está en el centro. Pero con una sensatez económica y deportiva, que aporte valor a todo el mundo: a los accionistas, a los socios, a los aficionados actuales y futuros...”. “A veces tenemos la idea de que si hablamos de empresa no podemos hablar de fútbol”, ahonda Ramon Robert. “Es una empresa que gestiona sentimientos. Pero si solo haces funcionar lo deportivo, es imposible que tenga futuro. La única manera de tener viabilidad deportiva es a través de la viabilidad económica”, añade.
Yansheng parece haberlo tenido claro, como también el respetar la identidad del club, una de las grandes preocupaciones de los aficionados pericos. “Sabe que está comprando una pasión. En todos los actos, ha demostrado el mayor respeto por la institución. Una de las cosas que me atrajeron al proyecto es el respeto de Rastar al Espanyol, como una tradición de 116 años de historia”, resume García Pont.