La falsa prudencia y el engaño. (1)
“Die Moritat von Mackie Messer” (La balada de Mackie Navaja)
“Die Dreigroschenoper” (La ópera de tres peniques)
Música de Kurt Weill
Libretto de Bertold Brecht
Kurt Gerron (Moritantensänger-cantante callejero)
“A los burgueses no les preocupa producir la miseria en otros seres humanos, pero si les preocupa verla“
Bertold Brecht.
Esta es la pieza más famosa de la ópera de Weill, con texto de Brecht, “Die Dreigroschenoper” (La ópera de tres peniques). Esta balada forma parte del breve preludio que antecede al inicio de la obra y la canta un personaje secundario refiriéndose al criminar más peligroso (Mackie Messer) de la época en Londres. El papel lo estrenó un Kurt Gerron (al que oímos en esta grabación de los años 30´s) espléndido que creó un estilo propio en la interpretación de este breve personaje. La forma en la que vibra y alarga las erres es ya una marca de fábrica del personaje, que nadie se ha atrevido a variar.
No obstante, Gerron, en el mismo estreno, tambien dió vida al papel de Brown, policía en jefe de Londres, que era amigo de la juventud del criminal Mackie Messer. Esto último, que no es meramente anecdótico, nos da una pista del espíritu que anima la obra.
“Die Dreigroschenoper”, aunque inspirada en una ópera del s. XVIII de John Gay: “The beggar’s opera” traslada su acción a principios del siglo XX. Berltod Brecht empeñado en un arte comprometido y conceptual, asimiló las tesis de la filosofía marxista y las plasma a lo largo de toda su obra. Retrata como el capitalismo industrial deja al desnudo la crudeza de las contradicciones entre burguesía versus el proletariado, entre el capital y el trabajo, entre explotadores y explotados; y como (subproducto de todas estas contradicciones) emerge la miseria de millones de seres humanos que resultan pauperizados y reducidos a un lumpen o humanos desechables. Todo ello en medio de una exacerbante acumulación de riqueza en unas pocas y ávidas manos, cuya única regla es que para la consecución del fin (la riqueza, "per sé"), no son relevantes los medios. La degradación social es evidente de manera que Brecht satiriza en ella como los mendigos, prostitutas y asesinos se explotan entre sí. Al final y al cabo no es más que una manera de reproducir las prácticas insertas en las relaciones de producción capitalista.
A la vez, la música de Weill, evidencia una visión del arte, o de la música en particular, de perfil popular; surgida de las vivencias sociales en el bajo mundo, en el contexto de la vida cotidiana, y no un arte o una música elitista, propia de las grandes salas de conciertos y de las clases burguesas.
Curiosamente el judío Kurt Gerron, amigo intimo de Brecht al que conoció nada más llegar a Berlin en los años 20`s para estudiar medicina, feroz anticapitalista era considerado por los nazis el ejemplo más palpable del capitalismo judío y de la degradación de la Alemania a la que ellos estaban empeñados en redimir.
Kurt Gerron, famoso actor y exitoso director de cine alemán.
El joven Gerron llegó a Berlin en los años 20 con la intención de estudiar medicina, pero animado por la abigarrada vida nocturna del Berlín de la época, pronto empezó a participar en obras de teatro, como cantante de cabaret y de variedades así como en las mejoras películas de la época. Trabajó junto a una joven Marlene Dietricht en “Der blaue engel” (El ángel azul) de Josef von Sternberg y, como antes señalamos, estrenó el papel de Brown (jefe de policía de Londres) en la premier de 1928 de “Die Dreigroschenoper” (La ópera de tres peniques) de Kurt Weill y Bertold Brecht. Pronto pasó al cine como director cosechando enormes éxitos de taquilla. Una constante en su carrera fue la ridiculización del movimiento nazi, todavía incipiente en la época dorada de Gerron.
Tal era su fama en la Alemania de la época y la enemistad de los nazis, que cuando esto llegaron al poder, su situación se convirtió en insostenible. Máxime cuando en la película de propaganda antisemita de los nazis (que se hace pasar por documental) “Der Ewige Jude” (El judío eterno) de 1940, la imagen de Gerron en sus películas aparece como referente judío en muchos fragmentos. La película fue un empeño personal de Joseph Goebbels y fue dirigida por Fritz Hippler.
La tesis central de la película era que los rasgos raciales judíos, según la doctrina nazi, los caracterizaban como unos parásitos (la imagen de las ratas es abundante) cultural. En contraste con el ideal ario, hombres satisfechos con el trabajo físico, saludables y empeñados en lo que hoy llamaríamos la “creación de valor”, los judíos son retratados con un estilo de vida hedonista, solo interesados únicamente en placer de poseer dinero (viven en casas sucias, infestadas con insectos, incluso cuando pueden pagar por vivir mejor) “per se”. Mientras los hombres arios muestran un interés inusitado por la cultura y el arte, los judíos buscan solo lo grotesco y lo decadente.
Obligado a dejar de trabajar en su película de aquel momento, tuvo ofertas para trabajar en Hollywood pero las rechazó todas, se exilió primero en París por dos años y luego en Viena. Sin embargo, Austria cada vez más estaba bajo el control nazi, y en octubre de 1935, Gerron y su esposa se mudaron a Holanda[1]. Su intención era permanecer en Europa y la idea que anidaba en su cabeza era la falsa sensación de que el movimiento nazi era algo pasajero y todo volvería a su cauce en unos pocos años. No sabían lo que se les venía encima.
Peter Lorre, Ernst Lubitsch (ambos aparecían también en la película “Der Ewige Jude”), Willy Wilder, Enrich Korngold, Max Steiner, encontraron un puesto en Hollywood y lograron salvarse de la tragedia en Europa.
La entrada de las tropas nazis en Holanda supuso el final del viaje sin fin de Gerron por toda Europa huyendo de los que antaño eran diana preferida de sus críticas mordaces. Fue recluido en el campo de concentración de Terezin (Theresienstadt, en la actual República checa) y murió asesinado en Auschwitz en 1944.
Terezin, el “Jardín del Edén” en medio del infierno.
El ghetto de Terezin fue establecido por los nazis en octubre de 1941 en la ciudad, cuartel y fortaleza del mismo nombre, a unos 60 kilómetros de Praga. Un mes más tarde, el 24 de noviembre de 1941, llega a Terezin el primer contingente de judíos deportados de Praga y alrededores. Ya en el verano del 1942, empiezan a llegar miles de judíos alemanes. Más tarde fueron llegando judíos de otros países, entre ellos de Holanda y Dinamarca. De entre estos últimos países llega Gerron.
La mayoría de los reclusos de Terezin eran intelectuales, músicos, actores, dramaturgos, … artistas en general. Allí estuvieron también el compositor Viktor Ullmann, que creó durante su estancia en el campo, la ópera "Der Kaiser von Atlantis, oder Die Tod-Verweigerung (El emperador de la Atlántida, o El rechazo de la muerte) un feroz y grotesco retrato de un tirano, en el que muchos vieron una caricatura del dictador nazi (y por eso se prohibió su representación en Terezin) o el caso de otro músico como Hans Krása que reescribió (no le dejaron llevar la partitura al campo) la ópera infantil "Brundibar" ("El abejorro") para su representación en Terezin. Poco después, Hans Krása y la mayoría de los niños que intervenían en la ópera fueron asesinados en Auschwitz. Pero también, y eso es lo más cruel, había soldados condecorados por el ejército alemán por demostraciones de valor durante la primera guerra mundial.
Entre 1941 y 1945 fueron deportados a Terezin unos 140.000 judíos. De ellos, 33.000 fallecieron en el mismo campo a causa de epidemias de tifus e inanición. Otros 88.000 fueron trasladados a otros campos de extermino (principalmente Auschwitz y Treblinka) en donde mayoritariamente fallecerían: de los enviados a Auschwitz regresaron con vida tan solo unos 3.000 prisioneros. El día 9 de mayo de 1945, fecha de la liberación, en Terezin habían quedado unos 12.000. Los últimos judíos abandonaron Terezin el 17 de agosto de 1945.
En 1944, desde los máximos dirigentes del partido nazi en la zona le pidieron (o mejor dicho le coaccionaron) para que hiciera una película propagandística para mostrar unas condiciones humanas que difícilmente se daban en Terezin. Con esta película los nazis pretendían contrarrestar los rumores que en distintas cancillerías aliadas había sobre la verdadera condición de vida de los judíos en Alemania.
El primer intento de los nazis para elaborar una película propagandística sobre Terezin fue un rotundo fracaso por lo que decidieron tener a un excelente profesional para esa tarea y ese no pudo ser más que el propio Kurt Gerron, director de probada valía.
La película de Gerron se iba a titular “Theresienstadt. Ein Dokumentarfilm aus dem jüdischen Siedlungsgebiet” o “Der Führer schenkt den Juden eine Stadt” (“Terezin, documental de la zona de asentamiento judío” o “El Führer regala una ciudad a los judíos”, pero supuestamente no llegó a completarse y la película se terminó, editó y recortó sin la presencia del director.
Las SS estuvieron presentes en todo momento de la filmación de la película. Controlaban los diálogos entre los actores, el personal y el director. Gerron y los otros trabajadores nunca recibieron una copia del guion ni se les permitía ver lo que filmaban. Simplemente le decían lo que se debía filmar a continuación y esperaban que lo hiciera. Uno de los pocos sobrevivientes de la película recordaba lo absurdo de algunas situaciones como la escena (ordenada por las SS a Gerron) con judíos riéndose en una función de teatro. Los judíos, comprensiblemente, no tenían ganas de reírse.
Para colmo, la película incluía escenas de cabaret del propio Gerron y su última función de en el papel de Moritantensänger (cantante callejero) de la ópera con la que ilustramos el inicio de esta entrada. Se mostraba a un público escuchando un concierto de la orquesta del campo, viendo un partido de futbol y a los internos haciendo labores agrícolas, como si de una comuna agrícola se tratara.
Tras finalizar el rodaje, Gerron fue deportado junto con su familia al Campo de concentración de Auschwitz. La escena no pido ser más patética. El ex-preso Vlasta Schön nos la recuerda: “en la rampa, el tren estaba listo para salir. Gerron se arrodilló y pidió permiso para quedarse. Dijo: ‘¡Yo filmé esta película para ustedes!’. Las botas de un oficial de las SS lo patearon y lo empujaron hacia el interior del vagón”. Kurt Gerron fue asesinado el 15 de noviembre de 1944[2].
La visita de la Cruz Roja
Por esas fecha se produjo la visita-inspección de la Cruz Roja internacional (CICR) al campo de concentración de Terezin y todo acabó con una respaldó a la idea de que aquello no era lo que, finalmente, supimos que era.
Para todo ello, fue necesario «adecentar» el campo. Para no dar la impresión de hacinamiento (había más de 60.000 internos cuando la capacidad de las instalaciones era tan solo para 6.000), antes de la visita se trasladó un numeroso contingente de internos a Auschwitz-Birkenau, donde se les mantuvo, interinamente, en una zona especial (el «campo familiar») para poder presentarlos en caso de que la Cruz Roja reclamara verlos[3]. Se obligó a fingir a los prisioneros seleccionados por su mejor aspecto que llevaban una vida tranquila y feliz, con buena comida e incluso presentaron viandas a los visitantes producto de una «panadería». Además, los prisioneros simulaban pasear por las calles como si fuesen libres, en compañía de niños y de supuestas esposas. Cuando se les interrogaba manifestaban frases aprendidas de antemano de elogio a sus carceleros.
Los organismo internacionales o autoridades nacionales (supuestamente técnicas y nada manipulables) a veces no son todo lo válidos que cabría esperar de ellos para certificar realidades.
Cada vez soy más incrédulo con los datos, informes, etc.,… que se hacen público sobre la situación económica. Por eso nos toca mirar la realidad económica a través de otros datos “transversales” que nos acercan más a lo que realmente está sucediendo. Por eso llamo la atención sobre datos económico no de “primera fila” que muestran algo preocupante en la situación económica y en especial con el debate Sanders-Clinton y Trump-Partido Republicano.
La reunión del FOMC de esta semana, que ante los rumores de recesión, solo se le ocurre decir que haya una cierta desaceleración de la economía pero que el mercado laboral va bien (como si ambas cosas no tuvieran relación alguna) muestran hasta qué punto pretenden mostrar una falsa realidad.
Gerron fue de los que creyeron. Y acabaron, para poder sobrevivir, teniendo que ayudar a sus verdugos y sostener la fantasía que ellos mostraban al mundo. Los favorecidos por su trabajo, NO tuvieron ni siquiera compasión de él ya que murió como cualquier judío más en los campos de concentración: gaseado e incinerado.
La falsa prudencia es a veces la peor de las imprudencias. Cuidado con el peligro que creamos al aceptar el engaño.
NOTAS:
- Dicho destino era popular entre muchos refugiados alemanes, no sólo por las semejanzas lingüísticas y culturales, sino también por su política relativamente generosa frente a los inmigrantes alemanes y austríacos. En particular, estos refugiados de Hitler pusieron manos a la obra y fortalecieron la industria del cine holandés. Se filmó una cantidad récord de películas en Holanda entre 1934 y 1940; muchas bajo la dirección de Gerron.
- No sin cierta inquina ya que se cuenta que el Heinrich Himmler dio la orden de que el horno donde se le incineró estuviera encendido hasta el día siguiente
- Después de la visita, esas personas fueron asesinadas