La ofensiva digital de China
Los carritos de la compra online están transformando la fisonomía de la economía de China, cambiando las cadenas de suministro y colocando el poder de fijación de precios en las manos de sus 1,37 millones de consumidores.
Los responsables políticos chinos han promovido la política de Internet-Plus para encabezar la reforma económica y fomentar el desarrollo de una economía basada en el consumo frente al crecimiento impulsado en el pasado por las exportaciones.
Los compradores del país están utilizando nuevas pasarelas de compras y pago a través de WeChat, Alibaba y Taobao. Esto está allanando el terreno a los proveedores, que ahora se encuentran con los compradores de manera online en un mercado de comercio electrónico que crece rápidamente.
Durante décadas, la expansión económica de China continental ha estado impulsada por la fabricación de productos de bajo valor añadido - exportados al resto del mundo. La atención se centra ahora en convertir la gigantesca economía del país en más productiva, innovadora y orientada al mercado.
Los consumidores chinos han asumido el mundo digital con la velocidad del rayo.
Hace solo una década, había menos de 100 millones de usuarios de internet en China continental, y la tasa de penetración era del 7%. Ahora, la tasa de penetración ha alcanzado casi el 50%, con 667 millones de usuarios en junio de 2015. Estos consumidores están altamente conectados, tienen gran movilidad, destreza digital y mentalidad global.
El país es actualmente el mayor mercado de comercio electrónico del mundo: las ventas minoristas online en China continental fueron de 589.610 millones de dólares en 2015, un 33,3% más respecto al año anterior, según datos oficiales.
El tránsito a una economía digital también está cambiando el uso que hacen los clientes de herramientas financieras como monederos electrónicos, sistemas de pago digitales y por huella digital. Esto mejora el ecosistema digital y facilita que llegue a las masas de consumidores.
Muchas empresas del sector privado también han abrazado la era digital con entusiasmo.
Compañías como Alibaba, Tencent, Baidu, JD.comy los sitios web de viajes Ctrip y Qunar han dado lugar al auge de las redes sociales y transformado el modo en que la población china compra entradas de cine, reserva hoteles, intercambia recomendaciones de compras y compara precios. También han permitido a los compradores consumir, al poner productos de todo el mundo a su alcance, a tan solo un click o deslizando el teléfono móvil.
Significativamente, esta acogida tan entusiasta de internet ha supuesto una mayor inyección de fuerzas al mercado, más transparencia y competencia en la economía, lo que garantiza que la calidad, el precio, la eficiencia y el servicio sean ahora más valorados y recompensados que nunca.
En otras palabras, está contribuyendo a que la economía china se vuelva más digital.
El impacto real se producirá si estas fuerzas del mercado se arraigan a lo largo de toda la economía y, en particular, en el gigantesco sector público.
Las aproximadamente 150.000 empresas propiedad del Estado de China continental emplean a más de 30 millones de personas, y contribuyen en casi un tercio al PIB chino. Sus acciones tienen un gran impacto en la velocidad y dirección del reequilibrio económico y modernización que Beijing se ha propuesto llevar a cabo.
No todas las empresas estatales se han apresurado a aprovechar el poder de internet. Sin embargo, las que lo hacen pueden obtener beneficios sustanciales. Las herramientas digitales pueden ayudarles a mejorar sus sistemas de suministro, logística y ventas; simplificar sus operaciones interactuar con los clientes a través de las redes sociales; identificar y realizar un seguimiento de las tendencias del mercado; y aumentar sus capacidades de marketing, investigación e innovación.
Se espera que las ventas de comercio electrónico en China alcancen los 1,5 billones de dólares en 2018, cuando se estima que el 30% de todas las ventas al por menor en el país se efectuarán de manera online, según eMarketer. Llegar a estos compradores, y conseguir su click en comprar ahora, será cada vez más importante para el sector privado y para las empresas estatales.
Las autoridades chinas ya han visto los éxitos en el sector privado y ahora están también alentando activamente el cambio en el sector de propiedad estatal.
En marzo de 2015, el primer ministro Li Keqiang anunció la iniciativa Internet Plus. Ésta tiene por objetivo alentar a los fabricantes chinos a desplegar el internet móvil, cloud computing, análisis de Big Data y otras herramientas; y promover también el desarrollo de la banca por internet, el espíritu empresarial a nivel masivo y la innovación. También tiene como objetivo apoyar la alta tecnología en agricultura, energía, finanzas, servicios públicos, logística, comercio electrónico, tráfico, biología e inteligencia artificial.
China invirtió 430 mil millones de yuanes en 2015 para reforzar el sistema de internet en todo el país y 700 mil millones se destinarán a este esfuerzo en 2016 y 2017, y una cantidad adicional de 140 mil millones de yuanes se invertirá en la mejora de la conectividad en el ámbito rural hasta 2020.
La implementación de estas políticas podría ayudar a dar a China el impulso necesario en estos próximos años. Internet y sus tecnologías cambiará la naturaleza del crecimiento, en particular a medida que vayan aumentando los costes de mano de obra y el envejecimiento de la población del país. Se crearán nuevos mercados para productos y servicios innovadores que generarán nuevos puestos de trabajo.
A largo plazo, la economía digital apoyará las ambiciones internacionales de China. Algunas de sus empresas de tecnología se encuentran actualmente entre las más grandes del mundo. Estas pueden aprovechar su experiencia en el dinámico mercado interior y exportar sus éxitos tecnológicos al resto del mundo.
La alta inversión de capital y la expansión de la fuerza laboral que promovió el ascenso de China en las últimas tres décadas no pueden mantenerse indefinidamente. La acogida de internet por parte de la economía puede apoyar en última instancia el objetivo de China de crear una economía digital más sostenible. Los políticos chinos y los consumidores del país están contribuyendo a efectuar el cambio.
Helen Wong es Chief Executive, Greater China, HSBC