Noticias de China
En Pekín, salgo a la calle protegido con una mascarilla antipolución que, en alguno de estos días de abril, es muy aconsejable y se hace absolutamente necesaria si quieres hacer una vida normal al aire libre. Naturalmente, con o sin contaminación, la vida fluye en la superpoblada y cada vez más occidental capital de China que, aunque nunca se paraliza, siempre se levanta muy temprano para que sus sufridos habitantes lleguen a su trabajo, llenen sus calles, soporten un tráfico feroz y creciente, ocupen sus puestos de trabajo en empresas, negocios y chiringuitos de toda clase y condición, y consuman, consuman, consuman, que de eso se trata.
En el ámbito económico/laboral de este país gigante sigue teniendo singular presencia el subempleo, los bajos salarios y la siempre incontrolada economía sumergida, que seguramente representa más del 30% del PIB. Pero el Gobierno se ha empeñado en impulsar la economía como sea y, además de incentivar el consumo, anuncia una reforma fiscal que, según el premier Li, pretende aumentar la vitalidad de la economía real y garantizar que la reducción impositiva se ponga en marcha inmediatamente para beneficiar a numerosas empresas. A juicio de Li, la rebaja del IVA a determinados sectores productivos, por ejemplo, asegura una política fiscal proactiva y, si se hace bien, la economía real tendrá más fuerza. Las prisas, digo yo, serán porque aquí estamos en el año del mono y, según el horóscopo chino, eso significa que se debe ser eficaz y práctico a la hora de poner en marcha los grandes proyectos.
A lo mejor tiene razón Li, vaya usted a saber. La verdad es que en fines de semana y en las frecuentes fiestas de guardar que contempla el calendario laboral chino, los paseos, las avenidas, los parques, los lugares de ocio y los numerosos centros comerciales de las muchas y grandes ciudades (otra cosa es lo que ocurre en el interior del país) se llenan/colapsan de gente de todas las edades que gasta yuanes, compra productos de firmas multinacionales y sigue vistiendo con aire y ropas occidentales –horteras, eso sí, dicen los envidiosos europeos con los que trato– y, en algunos casos, conducen autos de renombradas marcas que aparcan en los lugares más inverosímiles buscando ser vistos y, naturalmente, presumir descaradamente.
La corrupción, como el árbol de hoja perenne, sigue instalada en el país y la desigualdad es altísima
El espíritu humano, dijo Erasmo, está moldeado de tal manera que las apariencias engatusan mucho más que las verdades. También en China.
La corrupción, como el árbol de hoja perenne, sigue instalada en el país y la desigualdad lacerante alcanza un nivel altísimo. Dos lacras que se padecen por los ciudadanos pero de las que no se habla en los medios oficiales, entre otras razones porque –creo yo– el Gobierno chino pretende recuperar la iniciativa, mostrar al mundo que su liderazgo no es pasajero, seguir atrayendo al capital y a las empresas extranjeras (Vietnam y Camboya están muy cerca) y, al tiempo, sacar adelante medidas populistas que les procuren la simpatía y el reconocimiento de sus nacionales, olvidando algunas graves evidencias que solo se conocen por los medios de comunicación extranjeros y se ignoran por los medios oficiales.
El Gobierno chino pretende recuperar la iniciativa y mostrar al mundo que su liderazgo no es pasajero
Por ejemplo, según datos de Amnistía Internacional, China sigue siendo el país que en 2015 encabezó (mas de mil penas capitales, aunque no se conocen las cifras reales) el deshonroso ranking mundial de las ejecuciones por pena de muerte, seguido de Irán, Pakistán, Arabia Saudí y, ¡toma castaña!, Estados Unidos. Un ejemplo más: según informa el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, en 2015 China aumentó sus gastos militares un 7,4%, hasta los 225.000 millones de dólares, un 15% del gasto militar mundial que alcanzó el año pasado la deshonrosa cifra de 1,5 billones de euros...
Y, claro, entre tanto animamos al personal con medidas de distracción: China Daily, periódico que se edita en inglés, recogía el día 5 de abril una curiosa noticia que muchos occidentales todavía no se creen: para reforzar el sentido de pertenencia y los valores tradicionales del país, y así se justifica la cuestión, el Gobierno prepara una nueva regulación que prohibirá dar nombres exóticos a lugares, edificios y complejos con la finalidad de proteger y preservar la cultura tradicional, considerando que en los últimos años de desarrollo inmobiliario, con el visto bueno de Gobiernos locales, han proliferado los nombres extranjeros y se han cometido excesos eligiendo denominaciones de ultramar para lugares o edificios, como Manhattan o Venecia. La prohibición podría entrar en vigor en junio del próximo año.
De España se cuenta poco o nada en los medios, aunque se destaca alguna noticia relacionada con el fútbol
De España se cuenta poco o nada en los medios de comunicación, aunque se destaca alguna noticia relacionada con nuestra Liga de Fútbol Profesional y, en concreto, con el RCD Espanyol que, según se dice, recibe cash de su principal accionista, el grupo de entretenimiento Rastar, que invirtió 80 millones de dólares por el 54% del club de fútbol catalán, y sigue la moda china de invertir en el fútbol europeo como antes hizo el potente grupo Wanda, también en España.
El profesor universitario Simon Cladwick advierte de que la inversión en clubs de fútbol no asegura el retorno financiero, pero con ella se obtiene poder global, influencia y aceptación social. En fin, lo que ya sabíamos...
Internet nos acerca a Pekín la noticia de que el paro sigue siendo el principal problema para una gran mayoría de españoles, seguido por la corrupción y el fraude y, en tercer lugar, según la encuesta del CIS de marzo, “los/as políticos/as en general, los partidos y la política”.
Además crece la preocupación por la falta de Gobierno, algo que, visto lo visto, parece inquietar poco a nuestros líderes, a los que hemos elegido, y cobran, por solucionar nuestros problemas y no por seguir creándolos, pero no se enteran. Mientras, y a pesar de todo, me siento –en el verso del premio Cervantes Juan Gelman– “desnudo de ti”, es decir, lleno de ausencia de España. Será la astenia primaveral...
Juan José Almagro es Doctor en Ciencias del Trabajo y abogado