La carrera de Pau Gasol, ejemplo para la alta dirección
Una carrera de éxito internacional y de altura de miras. Pau Gasol, barcelonés de 35 años y 2,13 metros de estatura, cuenta con una trayectoria profesional que le ha elevado a la cumbre. Hasta el momento, es el segundo jugador de baloncesto español, después de Fernando Martín (fallecido en 1989 en accidente de tráfico) en las filas de la NBA, pero el primero en otros muchos logros: en jugar un All-Star Game (Houston, 2006), en clasificarse para los playoffs en 2003-04 con el Memphis Grizzlies, y en conseguir el campeonato de la NBA en dos ocasiones, con Los Angeles Lakers. Son algunos ejemplos de una carrera manejada con acierto, y que cuenta con una fecha como punto de inflexión: el 1 de julio de 2014. Después de 13 años de militancia en la NBA, Gasol fue declarado agente libre. Tenía la oportunidad de elegir su próximo equipo. Y no le faltaron candidatos: Los Angeles Lakers quería renovarle y otros grandes conjuntos de la liga de baloncesto más importante del mundo deseaban enrolarlo en sus filas.
El momento de la verdad
A la vez que juega, Pau Gasol va alimentando su vida y su carrera con otras inquietudes: su compromiso social le llevó a colaborar con Unicef y más tarde a crear la Fundación Gasol, además de su interés por la cultura y la música [mantiene una gran amistad, por ejemplo, con Plácido Domingo]. “Se vuelca en todo lo que hace, y siempre está en disposición de aprendizaje”, explica el profesor del IESE Santiago Álvarez de Mon.
Hace dos años tuvo que tomar otra decisión decisiva: cambiar de equipo. Tras la retirada del entrenador de los Lakers, Phil Jackson, en 2011, Gasol empezó una nueva etapa marcada por los cambios, las lesiones y, finalmente, las derrotas. “Es paciente y los momentos de zozobra los vive con tranquilidad”, recuerda el docente.
En julio de 2014 vencía su contrato con los Lakers y era libre para escoger la que podría ser la última etapa de su carrera. Su colega LeBron James apostaba por llevarle a los poderosos Miami Heat. También mostró interés Oklahoma City Thunder, otro aspirante al título. San Antonio Spurs le propuso hacer tándem con Tony Parker. Se lo rifaban. Además, la oferta de Chicago Bulls suponía un importante paso atrás económicamente, ya que el jugador pasaba de cobrar 19,29 millones de euros por temporada en Los Ángeles Lakers, a recibir en el actual equipo cerca de siete millones de euros por curso deportivo.
Sin embargo, destaca Álvarez de Mon, el proyecto deportivo era mucho más interesante, “y es lo que le mueve”. Se trata de una mente centrada en el proceso, prosigue este experto en comportamiento organizacional, “eso le hace ser ganador, ya que cuando te obsesionas con el resultado siempre se tienen más probabilidades de perder”.
Muchos directivos pueden encontrarse en la misma disyuntiva en algún momento de su carrera, cuando tienen que elegir cuál es la mejor alternativa: qué debe primar, la parte económica o el proyecto profesional.
En el caso de Gasol ganó su “mentalidad global, cosmopolita, universal, aunque siempre manteniendo sus raíces locales”. Porque si algo ha conseguido el jugador es ser respetado en su tierra natal, de la que es embajador. “Ha sabido vivir y aprovechar la experiencia internacional”, concluye el profesor.
¿Cuál era la mejor opción? Este dilema es el punto de partida de un caso de estudio [método de formación que se emplea en las escuelas de negocios], escrito por el profesor del IESE Santiago Álvarez de Mon, y su asistente de investigación, Juan Enrique Flores, en el que se analiza la carrera internacional, a partir de entrevistas con el jugador y otras personas que han desempeñado un papel clave en su desarrollo profesional, desde su familia hasta sus entrenadores. Álvarez de Mon conoció al jugador a través del preparador físico y fisioterapeuta Joaquín Juan. Una vez realizadas las presentaciones iniciales, Gasol se interesó por un libro del profesor, Desde la adversidad, y ahí comenzó, tras los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, una relación que ha acabado en amistad.
“Me pidió recomendaciones de otros libros, es un gran lector, lo que demuestra la curiosidad y las ganas que tiene por aprender”. La siguiente sugerencia que le hizo el jugador al docente, que ya había estudiado anteriormente a Rafa Nadal, fue ofrecerse para que su caso fuera estudiado en la escuela de negocios. Álvarez de Mon aceptó de inmediato y se puso a trabajar. Sabía de antemano que el análisis que hizo del tenista, “una persona intuitiva”, iba a ser muy diferente del de Gasol, “reflexivo e inquieto”. Una de las múltiples virtudes que valoraban los diferentes equipos que deseaban hacerse con los servicios del baloncestista español era la “inteligencia emocional”, una característica que ya destacaba durante la infancia, según le confesó a Álvarez de Mon la madre del jugador, Marisa Sáez, junto con “su facilidad para el baloncesto”.
De Europa a la NBA
Pau Gasol debutó en el primer equipo del FC Barcelona en enero de 1999, con tan solo 18 años. Dos temporadas después conseguía el título de jugador más valioso de la liga española y llevaba al Barcelona a ganar la Liga ACB y la Copa del Rey. El entrenador del club, Aíto García Reneses, destacaba del joven una “movilidad poco habitual para su estatura, inteligencia en la cancha, fortaleza mental y capacidad de trabajo”. Ese mismo verano, Gasol era elegido número tres del Draft de la NBA, [el procedimiento por el cual, a finales del mes de junio de cada año, las franquicias de la liga de baloncesto estadounidense incorporan a sus equipos a jugadores menores de 23 años, procedentes de las universidades de EE UU o de las ligas de otros países].
Esto le permitió firmar un contrato inicial de tres millones de dólares anuales (2,6 millones de euros, al cambio actual), pagar su cláusula de rescisión al FC Barcelona e incorporarse a los Grizzlies de Memphis, un equipo modesto de la liga estadounidense. La familia le acompañó, incluido su hermano Marc (hoy jugador del equipo en el que debutó Pau en Estados Unidos). Allí jugó desde 2001 hasta 2003, y se convirtió rápidamente en la estrella del conjunto y en el máximo anotador y reboteador en Memphis.
El choque cultural resultó difícil. La integración “con los jóvenes fue fácil, pero los veteranos no tratan igual a los primerizos”, recordaba el jugador, a lo que añadió la dificultad para entenderse en inglés, lo que complicó los inicios. Pero “cuando toma una decisión nunca mira para atrás, actúa y la convierte en la mejor decisión”, explica Álvarez de Mon.
El hecho de que toda la familia se mudara con él a Estados Unidos permitió al jugador centrarse en el día a día, algo que de otra manera hubiera sido mucho más duro. “Que todos estuvieran juntos fue un apoyo importante, que le permitió volcarse en sus prioridades, aprender bien inglés y jugar”, señala el docente. Aunque en su temporada de debut en la NBA, el catalán se convirtió en el primer jugador no estadounidense en ser nombrado rookie (novato) del año, los resultados colectivos de los Grizzlies no fueron buenos. Acostumbrado a jugar en un equipo ganador, como el Barcelona, Gasol reconoce que “el último año y medio en Memphis no fue fácil, porque perdí parte de mi motivación y pasión por el baloncesto por la frustración de perder continuamente”.
Además, un cambio de entrenador le relegó al banquillo más minutos de los esperados en esta última etapa en los Grizzlies. Sin embargo, ante las dificultades es “ponderado, tanto en la victoria, porque cuando gana no se instala en la euforia, como cuando pierde, porque tampoco se derrumba fácilmente”, señala el profesor del IESE, que también destaca otra dificultad añadida, el estrés que genera el alto ritmo de competición y la exigencia de la NBA. “Tuvo que amoldar su cuerpo a los duros entrenamientos de esta competición, a la vez que seguir formándose”. En febrero de 2008, fue traspasado a los Lakers, un equipo con posibilidades reales de ganar el anillo de la NBA. En California se encontró con un ambiente aún más competitivo que en Tennessee. Pero esta vez la experiencia acumulada y una excelente relación con el entrenador, Phil Jackson, y con la estrella del equipo, Kobe Bryant, ayudaron a que se integrara desde el primer día.
El seleccionador destacaba del español su “sentido de equipo, solidario, que comparte el balón y no siempre piensa en él mismo. Entiende que el conjunto es más que su juego”. Gasol se convirtió en el segundo máximo anotador y en el mejor taponador. En 2009 y 2010 consiguieron el título de la NBA.