La batalla interna de la CNMC llegará a la Abogacía del Estado
Califican al director de Promoción de la Competencia de “obstáculo” para el organismo La chispa saltó con la publicación el informe sobre economía colaborativa, sin aprobar por el pleno
El pasado 11 de marzo, la vicepresidenta de la CNMC, María Fernández, y otros cinco consejeros del organismo, solicitaron por escrito al presidente, José María Marín, que en el orden del día del pleno que se celebra el día 30 se incluya el siguiente punto: “Pérdida de confianza del pleno en Don Antonio Maudes [actual director de Promoción de la Competencia y hombre de confianza de Marín], y medidas a adoptar”. Según el Reglamento Interno de la CNMC, el presidente debe incluir en el orden del día las peticiones firmadas y registradas por, al menos, seis vocales.
El nuevo episodio de la guerra sorda que se libra en el seno de la Comisión puede terminar en la Abogacía del Estado, como reconocen distintas fuentes, ya que, aunque los consejeros disidentes son mayoría (firman también Eduardo García Matilla, Diego Rodríguez, Clotilde de la Higuera, Fernando Torremocha y Benigno Valdés) estos no pueden proponer el cese de un directivo, algo que compete al presidente. Por tanto, si no logran convencer a Marín para que facilite la salida de Maudes, estos recurrirán al Abogado del Estado alegando “la total falta de independencia interna” de las Direcciones de Instrucción por la fiscalización a la que las somete Maudes, que pone permanentemente en cuestión la labor de los técnicos.
Aunque el presidente de la CNMC tiene la potestad de destituirle y no parece su intención, una negativa bloquearía el funcionamiento del organismo supervisor y de Competencia, pues el pleno, en manos de esa mayoría, no lograría aprobar ni un solo dictamen. Por tanto, o no se sacaría ninguno adelante o se publicarían sin aprobar.
Si bien el cisma viene de lejos, la chispa saltó, según el escrito al que ha tenido acceso CincoDías, cuando el responsable de Promoción de la Competencia decidió publicar el día 11, sin previo aviso, el polémico documento sobre los nuevos modelos de economía colaborativa, que sigue en debate en el pleno de la CNMC . Lo que, en opinión de los firmantes, “constituye una falta de lealtad y de respeto hacia el consejo, así como un manifiesto incumplimiento del deber de confidencialidad”. Algo que hizo, según el texto, “con la excusa de dar consulta pública a unos resultados preliminares”, que se habían debatido el 24 de febrero, pero no se aprobaron.
Antonio Maudes formó parte del equipo de la vicepresidenta de la CNMC, María Fernández, cuando esta era subdirectora en Economía. El conflicto se atribuye a personalismos.
Tras calificar a Maudes como “un obstáculo constante en la actividad diaria de esta institución”, los seis consejeros subrayan que este “no es un hecho aislado”, por lo que desean trasladar al pleno “las constantes quejas recibidas por parte de cargos directivos y trabajadores de esta casa por los modos de comportarse y relacionarse (..), con actuaciones muy poco leales hacia sus compañeros”. Algo que - recuerdan-, se ha hecho saber en muchas ocasiones al presidente.
La CNMC, heredera de los antiguos reguladores sectoriales de telecos (CMT) o Energía (CNE) y Competencia (CNC), cuenta con dos salas, la de Regulación, integrada por dichos supervisores, y que preside María Fernández, y Competencia, que encabeza el propio presidente. Ambas cuentan con sus respectivos consejos, de cinco miembros, que se reúnen periódicamente en el pleno. En el ámbito técnico, cada Sala tiene varias Direcciones de Instrucción, encargadas de elaborar, entre otros, dictámenes sobre normas legislativas.
La guerra del organismo se recrudeció cuando en enero, Antonio Maudes, decidió publicar sendos informes paralelos a los elaborados por Energía sobre los peajes del gas y la luz y aprobados por la Sala de Regulación. El presidente zanjó la cuestión otorgando a Maudes el poder de elaborar y elevar al pleno los informes, previa consulta o coordinación con las direcciones sectoriales. Una interpretación con la que no están de acuerdo los críticos, quienes recuerdan que el departamento de Promoción de la Competencia no es una dirección de instrucción, sino “una figura de coordinación”. La Abogacía del Estado deberá decidir sobre este extremo.
Antonio Maudes formó parte del equipo de la vicepresidenta de la CNMC, María Fernández, cuando esta era subdirectora de Competencia del Ministerio de Economía. Técnico Comercial del Estado. También coincidieron en el antiguo Tribunal de Defensa de la Competencia. El conflicto se atribuye a personalismos.
Un duro pulso para Marín
José María Marín se enfrenta a una dura semana. Aunque la potestad de proponer al pleno el cese de Antonio Maudes está en sus manos, políticamente le resultará difícil mantener el pulso con el ala de la vicepresidenta, María Fernández o el director de Energía, Fernando Hernández, ligados a Moncloa e Industria. Siendo mayoría los disidentes, la actividad del consejo quedaría bloqueada y la imagen del organismo más dañada aún.
Propuesto por el Gobierno de Mariano Rajoy, curiosamente, el presidente de la CNMCse ha quedado sin el respaldo de casi todos los consejeros del PP, salvo María Ortiz, y solo le apoyan Idoia Zenarruzabeitia (PNV) y Josep María Guinart. El consejo del organismo no tiene representantes del PSOE, tras el malestar que causó entre los socialistas la decisión de este Gobierno de dinamitar los antiguos reguladores, fusionarlos con Competencia y echar a todos los consejeros a la calle, incumpliendo su mandato.
Según fuentes del sector, los acercamientos de Marín al PSOE y sus palabras nada amables hacia el Gobierno, responden a su deseo de que el partido de Pedro Sánchez entre en el consejo. De esta manera, neutralizaría sus conflictos internos, y proporcionaría una imagen de independencia a un supervisor cuestionado por la UE. En septiembre, caducó el mandato de tres consejeros del PP (todos ellos se encuentran entre los disidentes), que seguirán en funciones hasta que haya un nuevo Gobierno.