La dimisión del secretario general reaviva la crisis interna de la CNMC
El presidente del organismo defendió ayer el modelo unificado, que el Supremo cuestiona.
Lejos de aplacarse, la crisis interna de la CNMC continúa. En los últimos días, varios hechos la han puesto en evidencia: por un lado, la dimisión del secretario general, José Manuel Bernabé, y, por otro, la aprobación de dos informes paralelos que desacreditan a los elaborados por la Sala de Regulación o Supervisión, a instancias del director de Promoción de la Competencia, Antonio Maudes, aseguran fuentes próximas a la Comisión. El pasado diciembre, este ya publicó en la intranet del organismo sendos contrainformes a los relativos de las órdenes ministeriales de peajes de la electricidad y el gas aprobados por la Sala de Regulación. Y, aunque el presidente de la CNMC, José María Marín, ha reforzado los poderes de Competencia (o, al menos, ha dejado claro que este departamento es el encargado de coordinar los dictámenes sobre normas), el conflicto continúa sobre los trabajos ya iniciados.
Sobre la dimisión del secretario general, un cargo de libre designación del presidente, que Bernabé ha desempeñado apenas un año, fuentes de la CNMC atribuyen su salida “a razones personales” y a que ha pasado a ocupar un puesto mejor: el de director del Centro Español de Metrología, dependiente del Ministerio de Industria, según el nombramiento que publicaba ayer el BOE. La Secretaría General forma parte, junto con el área de Control Interno, Promoción de la Competencia y Asesoría Económica, de las cuatro divisiones que dependen directamente de la presidencia.
Respecto a los citados contrainformes, y según las mismas fuentes, la semana pasada fue al pleno del organismo uno paralelo al elaborado por la Sala de Supervisión (concretamente, la unidad de Hidrocarburos) sobre CLH (concretamente, sobre la posible posición de monopolio en ciertas zonas del gestor de la red de oleoductos, lo que podría llevar a Industria a fijar sus tarifas en dichas zonas). Asimismo, el jueves se remitió a la Sala de Competencia un informe paralelo sobre la subasta de potencia renovable (700 MW eólicos y de biomasa) celebrada a mediados de enero y que validó la CNMC, algo que se hizo coincidiendo con el que en paralelo analizaba la Sala de Supervisión. Una fuente oficial de la Comisión asegura que se trata de informes cruzados, que hacen una y otra parte y que, finalmente, “se trufan” en el pleno, del que sale un único informe. Algo que ocurre con todas las divisiones sectoriales (energía, transporte y telecos) y la de Competencia.
Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran que los informes sobre CLH y la subasta verde no se encuadran dentro de los denominados cruzados. La situación responde, en su opinión, al enfrentamiento de Promoción de la Competencias contra cualquier decisión importante de Regulación, especialmente, de la Dirección de Energía, que encabeza Fernando Hernández.
Marín: “No necesitamos que el Gobierno nos acompañe, solo que no nos estorbe”
La Sala de Competencia de la CNMC dictó el año pasado 14 resoluciones contra más de 250 empresas de distintos sectores por participar en cárteles (acuerdos ilícitos para fijar precios o repartirse el mercado), lo que se tradujo en sanciones por 506 millones, el 90% del total. Estos datos figuran en el balance presentado ayer por el presidente de la CNMC, José María Martín y el director de Competencia del organismo, Eduardo Prieto, en un encuentro organizado por la Asociación de Periodistas Económicos (APIE). Entre los sectores, destacan el automóvil, lácteo, gestión de residuos, papel o gasolineras.
Se trata de cifras récord, ya que hasta 2007 se desmontaron 10 cárteles y entre ese año y 2015, otros 40. Sobre esta cuestión, Marín subrayó que hay dos fallos, uno de los mercados y otro de los gobiernos, que la CNMC debe corregir, “lo que justifica la existencia de la CNMC”. Su presidente defendió el actual modelo de regulador, en el que se integran los supervisores sectoriales y la autoridad de la Competencia, que ha sido puesto en cuestión por la propia Unión Europea y el Tribunal Supremo. Marín defendió las ventajas del actual sistema, “cuyas ventajas” han sido subrayadas “por todo el mundo”. En su opinión, “el modelo está dejando de cuestionarse”, y añadió que “dos años y bastantes meses después, está bastante consolidado”.
Preguntado si se ha sentido acompañado por el Gobierno, Marín aseguró que “no necesitamos que el Gobierno nos acompañe a ningún sitio, con que no nos estorbe, este, otro o el que país, me conformo”. Marín recordó que el organismo no depende del Gobierno, sino del Estado, obviando que a los miembros de los reguladores desaparecidos (cuya fusión dio lugar a la CNMC) se les canceló su mandato antes de tiempo, algo que fue recurrido al Supremo y que éste ha pedido una opinión prejudicial al Tribunal de la UE, que está en trámite.
Sobre el duopolio de Atresmedia y Mediaset, dijo, a título personal, que preferiría que “no existiera”. En este sentio, afirmó que los duopolios le resultan muy inquietantes”, aunque en este caso “tiene su origen en años atrás” y está relacionado “con el actual modelo público de RTVE, un asunto complejo y entrelazado”.