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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una nueva puerta a la financiación

La decisión de Telefónica de inaugurar bonos a tipo negativo en el mundo empresarial europeo supone un giro hacia una forma de financiación prácticamente desconocida en Europa y que ha surgido por la conjunción de dos variables: la elevada volatilidad de la Bolsa y el entorno de tipos de interés al cero en la eurozona. La compañía presidida por César Alierta colocó el pasado 2 de febrero 600 millones de euros en bonos ligados a sus acciones. El cupón de emisión fue del 0%, pero en la práctica los inversores tendrán una rentabilidad negativa del -0,25% anual, dado que se han emitido por encima del 100% de su valor nominal. La compañía española se convierte así en la primera compañía europea que logra colocar una deuda que vence en cinco años con un tipo de interés real bajo cero de partida. El gancho está en que Telefónica se compromete a entregar en efectivo la diferencia entre el precio de su acción una vez que los bonos hayan expirado y un determinado nivel que se establecerá un 20% por encima de la cotización media entre el 3 y el 16 de marzo, ambos incluidos. Si a los cinco años la acción está por debajo de ese umbral, los inversores recibirán su inversión inicial, una vez descontado el 0,25% anual.

La operación de Telefónica tiene un precedente en España en Iberdrola, que lanzó el pasado noviembre un bono similar por 500 millones, aunque con rentabilidad positiva. En cualquier caso, desde el mercado se apunta a que esta puede ser una nueva fórmula de financiación para aquellas compañías españolas que dispongan de capitalización elevada y un rating de al menos BBB, dos escalones por encima del denominado bono basura. Empresas europeas como la eléctrica National Grid, Vodafone, Louis Vuitton y Technip han apostado ya por ese tipo de bono, pero al 0% o pagando.

Tras la larga crisis económica que ha vivido Europa y los problemas de crédito que ha sufrido el tejido empresarial, el diseño de productos financieros que faciliten a las empresas poder financiar nuevos proyectos abre una puerta que, a buen seguro, será cruzada por numerosas compañías. Se trata de una solución que permite a los inversores participar en la subida de la Bolsa a futuro sin apenas riesgo y posibilita a las empresas sacar partido de un contexto de tipos de interés bajos y una Bolsa con una elevada volatilidad. Todo ello redundará en un mayor impulso a la inversión empresarial, lo que constituye una de las condiciones necesarias para seguir avanzando en la recuperación económica. Europa necesita un sector privado que apueste por nuevos proyectos capaces de generar empleo y de crear oportunidades de negocio. Iniciativas como la de Telefónica son un ejemplo a seguir para lograr ambos objetivos.

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