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Infraestructuras en mal estado

No se calle, el bache causó el accidente

La falta de mantenimiento de las vías públicas aumenta las demandas.

Un socavón en una carretera. Los socavones son responsables de muchos pinchazos y reventones.
Un socavón en una carretera. Los socavones son responsables de muchos pinchazos y reventones.

A cada uno, lo suyo. Los conductores españoles no son precisamente Fitipaldis, aunque han mejorado mucho en los últimos años, pero las carreteras españolas tampoco ayudan mucho. Dicen en el Real Automóvil Club de España (RACE) que las carreteras, junto con el tiempo, son responsables del 12% de los accidentes de tráfico que se producen en España.

El deterioro producido por la escasa inversión en mantenimiento de los últimos años ha dejado un mapa de carreteras con socavones, gravilla, señales de tráfico tapadas por la vegetación… que no solo no ayudan a reducir los siniestros, sino que también han incrementado las reclamaciones por deterioros y averías en los vehículos.

De hecho, el pasado año aumentó el número de reventones y pinchazos de neumáticos un 11%, entre otras cosas, por el estado de las vías públicas, aseguran en el RACE. “Son un clásico los reventones por la suciedad de las carreteras”, subrayan.

También son causa de muchos siniestros las curvas mal peraltadas, la falta de agarre en el pavimento y las carreteras mal diseñadas. “En España hay demasiados puntos negros”, dicen en Automovilistas Europeos Asociados.

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Pero ojo, ser víctima de un desperfecto en el coche o un daño personal por la mala conservación da derecho a reclamar una indemnización por la responsabilidad patrimonial de la Administración pública, que está obligada a mantener las calles, aceras, carril bici, etc.

Lo importante es demostrar la relación de causalidad entre el mal estado de la vía y el accidente, el deterioro del coche o el daño personal, explica Vicente Saiz, socio de la plataforma Marconia Legal (Servicios Médicos Legales) y el bufete Valero y Saiz. Y ese es el punto más espinoso, porque “la carga de la prueba recae en el particular afectado”.

Llamar a la Guardia Civil, levantar atestado, tomar fotos o reclutar testigos para demostrarlo es imprescindible para ganar la reclamación. El plazo también es crucial, un año, dice Saiz, y siempre hay que consultar a la aseguradora por si la cobertura jurídica lo cubre.

Algunas de las reclamaciones más habituales son por la altura de las alcantarillas, que suelen estar más bajas o más altas del nivel de la calle. En caso de accidente, si esta anomalía no estaba debidamente señalizada, se puede reclamar en función del daño personal (si un peatón se rompe un tobillo) o en el coche. Las alcantarillas son responsables en España de una gran cantidad de accidentes de motoristas, al igual que las carreteras convencionales. En 2015 hubo 220 motoristas fallecidos.

Los deslizamientos en la carretera debido a las manchas de aceite, la gravilla, placas de hielo o bolsas de agua (aquaplaning) también son motivo de demanda. Evidentemente, si acaba de nevar, los quitanieves no pueden estar en todas las carreteras a la vez, pero “existe un tiempo prudencial para que la Administración que tenga la titularidad (municipio, Estado, etc.) solvente el problema”, explica Saiz.

Señales de tráfico tapadas por los árboles;socavones sin señalizar; quitamiedos en mal estado, muy peligrosos en caso de accidente, son también causantes de reclamaciones, al igual que las obras mal señalizadas (aunque las efectúe una contrata),la irrupción de animales en la vía (zorros, ciervos), la caída de árboles en la calzada o en el coche, o la excesiva altura de los badenes.

Thinkstock

No es necesario abogado ni procurador para presentar la reclamación

Lo más importante a la hora de reclamar, además de tener claro que los daños personales o materiales sean lo suficientemente importantes para que merezca la pena iniciar el proceso (rotura de amortiguación, caja de cambios del coche, fractura de un tobillo o brazo), es “dirigir la reclamación al responsable de la carretera que ha causado los daños”, que puede ser la red de carreteras del Estado, la comunidad autónoma, diputación o ayuntamiento, señala Saiz.

Siempre hay que agotar la vía administrativa, que contempla el plazo de un año para presentar la reclamación desde que se ha producido el suceso, cuando son desperfectos materiales. Pero en el caso de daño físico o psíquico, el plazo, también de un año, empieza a contar desde la curación o la definitiva estabilización de las secuelas.

La Administración tiene un plazo de seis meses para contestar, pero normalmente la desestima o recurre al silencio administrativo, que implica la misma respuesta, según Saiz.

Una de las ventajas para los ciudadanos es que la reclamación no tiene por qué ir firmada por un abogado y un procurador. No obstante, sí es conveniente que vaya firmada por un abogado para cuantificar la indemnización, dice Saiz.

Para ello es necesario que el perjudicado cuente con las facturas de los arreglos del vehículo y los partes médicos del hospital donde se ha tratado el ciudadano. A partir de ahí, si la Administración no contesta, ya hay que recurrir a un proceso contecioso-administrativo, por la vía judicial.

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