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Los analistas ven sobrerreacción en las caídas

¿Es momento de entrar en los bancos tras la corrección?

Logotipo de Banco Popular.
Logotipo de Banco Popular.Reuters

La banca europea se ha situado en el vórtice de un huracán de volatilidad que ha sacudido los mercados europeos y se ha llevado por delante buena parte del valor en Bolsa de alguna de las entidades más consolidadas. Ayer, el sector fue el que más bajó en el Stoxx 600, con un retroceso del 6,3%. Se deja ya más de un 28% en lo que va de ejercicio, lo que le confiere el honor de ser el sector que más cae en toda Europa. Las caídas fueron sonoras en todos los parqués: el griego Eurobank se dejó el 12,2%; el italiano UBI Banca, un 12,1%; Société Générale, un 12,6%. En España, Santander, BBVA,CaixaBank, Popular y Bankia perdieron el 6,87%, el 7,14%, el 6,74%, el 5,85% y el 7,64%, respectivamente. ¿Hay fundamentales para esta huida por parte de los inversores del sector financiero o es solo la industria que más sufre la volatilidad reinante?

“El mercado está sobrerreaccionando y se está situando en el peor escenario posible”, cree la analista de Renta 4 Nuria Álvarez. “La reacción de los mercados en general y del sector bancario en particular es excesiva”, completa. “Los miedos irracionales pueden estar ganando terreno, pero con el tiempo y una sólida evidencia en contra se debería calmar la situación”, confirma por su parte el comité de inversión de banca privada de Lombard Odier, que recomienda “paciencia en el corto plazo”.

Nuria Álvarez, al igual que Victoria Torre, de SelfBank, identifica que la banca es un sector sensible que sufre en sus balances casi todos los problemas que se están cebando con el entorno económico actual. A saber: la ralentización de China, el miedo a una recesión internacional, la interminable crisis griega, la extrema ciclotimia de los mercados financieros, el volátil y decreciente precio del petróleo (muchos proyectos están financiados por la banca). Pero también se ve afectado por sus propias incógnitas.

En primer lugar, que el entorno actual no es precisamente el más propicio, con unos tipos de interés rozando el negativo en la zona euro, en Reino Unido y en EE UU. La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, confirmó que las esperadas subidas de tipos irán acompasadas al ritmo económico.

El vía crucis más reciente, no obstante, comenzó en Italia. La enorme cartera de créditos morosos de sus entidades se ha convertido en un dolor de cabeza no solo para los inversores, sino para las autoridades italianas y europeas. El agujero puede alcanzar los 200.000 millones según Fitch. La situación llevó a que en enero el Gobierno de Matteo Renzi y Bruselas acordaran un rescate blando para el sector financiero.

Como parte de ese programa, el Gobierno italiano aprobó el martes el primer paquete de medidas, que incluye la creación del banco malo o la reforma de la banca de crédito cooperativo (BCC).

En este entorno, los resultados de una entidad mediana, UBI Banca, provocaron ayer otra sacudida y hasta cuatro entidades llegaron a ser suspendidas de cotización por las fuertes pérdidas. UBI Banca, que anunció pérdidas mayores de lo previsto en el cuarto trimestre, indicó asimismo que la ratio de core capital Tier 1 fully loaded bajó hasta el 11,6% al final de 2015 desde el 12,6% tres meses antes.

Mientras se pone en marcha el saneamiento, las entidades italianas son, junto a las griegas, las más penalizadas del sector bancario del Stoxx 600 en lo que va de año. Monte dei Paschi Siena retrocede un 60,68% desde enero, Popolare cae un 50% y Unicredit, un 44%.

Con el terreno ya abonado para la desconfianza bancaria, el siguiente mazazo provino de un país lejos de la periferia: los rumores alrededor de la falta de solvencia del mayor banco de la locomotora europea saltaron a los titulares de la prensa y de los informes de analistas. Deutsche Bank sufrió pérdidas extraordinarias de 6.700 millones el año pasado y el mercado teme que deba ampliar capital o dejar de pagar los cupones de la deuda de menos calidad, los llamados cocos (contingent convertibles). La razón esta es deuda que puede suspender pagos o convertirse en capital bajo ciertas circunstancias. Tanto el banco como el ministro de Finanzas alemán, el cuasi todopoderoso Wolfgang Schäuble, han recalcado su solvencia. De poco ha servido por ahora: Deutsche se deja un 39,25% de su capitalización en el año.

Por si las preocupaciones acerca de Deutsche no fueran suficientes, Société Générale se unió ayer a la fiesta. El banco registró un beneficio neto en el cuarto trimestre de 656 millones, por debajo de los 663 millones estimados por los analistas. La entidad, además, lanzó un profit warning que ha terminado de espantar a los inversores (SG cayó ayer el 12,6% en la Bolsa francesa).

El sector español, también bajo presión

Las entidades financieras españolas no se escapan de las tensiones en un entorno de tipos bajos que dificulta su negocio. Fabio Mostacci, analista de Mirabaud Securities España, asegura en un informe emitido ayer que el “entorno operativo para la banca se ha deteriorado” debido al escenario de tipos y que, de hecho, este es “peor de lo que se esperaba”. Por ello la entidad ha revisado a la baja sus estimaciones de beneficio en un 15% para 2016 y un 17% para 2017.

También hay visiones positivas. Nuria Álvarez, de Renta 4, asegura que “no hay nada concreto en lo que respecta a la banca española que haga pensar que su perspectiva se ha deteriorado respecto a finales del pasado año”.

Morgan Stanley asegura que la recuperación de la calidad de los activos de las entidades patrias “están en el camino adecuado”, con la morosidad reduciéndose en 55 puntos básicos, hasta el 8,75%, “una de las mayores reducciones en los dos últimos años”. La entidad, incluso, ha retirado a Banco Popular de su lista de valores menos preferidos. La propia Mirabaud asegura que “sin embargo, empieza a ver valor en el ­sector”.

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