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Erik Lommerde, director general de Novo Nordisk

“Nuestra responsabilidad es ahorrar costes a la sanidad”

La multinacional danesa ha necesitado dos años y medio de negociaciones con Sanidad para obtener el reembolso público de su insulina El paciente requerirá un visado previo de la inspección

Erik Lommerde, director general de Novo Nordisk
Erik Lommerde, director general de Novo NordiskManuel Casamayón
Alfonso Simón Ruiz

La multinacional danesa Novo Nordisk presentó ayer el lanzamiento en España del fármaco Tresiba, una insulina a la que desde la empresa se denomina “de nueva generación”. El biólogo holandés Erik Lommerde, director general de la filial española, explica las dificultades que se ha encontrado en llevar al mercado este medicamento para uso de los diabéticos, tras una larga negociación con Sanidad.

Pregunta. ¿Qué supone este lanzamiento para la compañía?

respuesta. Tresiba es el punto de partida para las innovaciones futuras. Es la mejor insulina si se compara con las que hay actualmente en el mercado. El segmento de insulinas basales es el que aumenta más rápido cada año. El futuro de este tratamiento provendrá gracias a las combinaciones con este fármaco.

“Contrataremos a 280 personas para la red de ventas”

Novo Nordisk presentó ayer resultados de 2014, en los que tuvo un incremento de beneficio neto del 32% respecto 2014, hasta alcanzar los 4.671 millones de euros. En facturación, llegó a los 14.465 millones, lo que supone un alza del 22%. Esta farmacéutica, creada en 1923 por el Nobel de Medicina danés August Krogh y su esposa, la investigadora Marie Krogh, ha estado especializada desde el principio en insulinas para diabéticos.

En España, 5,3 millones de personas padecen diabetes. La nueva generación de insulinas de Novo Nordisk promete reducir el riesgo de sufrir hipoglucemias entre quien se inyecta esta hormona, además de dar una mayor flexibilidad horaria en la administración.

La empresa factura alrededor de 200 millones en España, con un incremento esperado del 8% para 2016. En los años de crisis, tuvieron que reducir el equipo comercial, “porque la situación financiera en España hacía peligrar el futuro de la compañía”, asegura Erik Lommerde.

“Esperamos contratar 280 personas en los próximos dos años, dependiendo de las aprobaciones de nuevos medicamentos”. Además, asegura que aunque no es una prioridad, le encantaría abrir una planta de producción en España. “Ya lo he trasladado a mis jefes. Estoy deseando hacerlo, aunque también es una cuestión de confianza entre Novo Nordisk y el Gobierno, porque producir insulina es complicado y necesitaríamos un compromiso de 20 años por lo menos”, asegura.

P. ¿Cuánto puede representar en ventas para la empresa en España?

r. Honestamente, no lo sabemos. En España tenemos un visado por el que los pacientes que lo usen necesitarán esa autorización (del inspector médico). Hemos visto que en todos los países en los que se ha lanzado, en el primer año obtiene un 10% de cuota de mercado.

P. ¿A cuántos pacientes llegará aquí?

r. En España hay alrededor de 700.000 pacientes que usan una insulina basal. Esperamos que en cuatro o cinco años llegue a 300.000 personas, incluso más si no hubiese visado.

P. ¿Por qué se impone ese visado?

r. Es un acuerdo con el Gobierno y con la comisión de precios. La razón principal es por nuestra actitud de responsabilidad social. Decimos sí a la autorización, aunque quizá no sea justa porque no todos los pacientes se van a poder beneficiar. Lo que hace Sanidad es controlar el gasto farmacéutico, que al final es lo que necesita el Gobierno. Pero estoy seguro de que nuestra insulina produce ahorros al sistema, porque el paciente necesita una menor cantidad y tiene mejores resultados.

P. ¿Qué precio tiene el nuevo fármaco?

r. Hemos llegado a un acuerdo por el que sobre el precio oficial tenemos una política de descuentos con las autoridades sanitarias. El pacto es algo confidencial, pero ese precio está en línea similar al de otras insulinas basales que ya están en el mercado. Nuestra responsabilidad es ahorrar costes al sistema sanitario. Pero para los pacientes es reembolsable al 100%.

P. ¿Cuál es el precio habitual de una terapia normal con insulina?

r. Alrededor de 500 euros al año.

P. ¿Esta nueva generación de insulinas hará más costoso al sistema pagar los futuros tratamientos contra la diabetes?

r. Como compañía no nos fijamos en el precio, sino en el valor que estamos aportando a la sociedad. Estamos seguros de que reducimos las hipoglucemias y otras complicaciones a largo plazo, como amputaciones, renopatías o nefropatías. Una amputación por pie diabético cuesta alrededor de 25.000 euros y en España hay alrededor de 10.000 de estos casos por el mal control de la diabetes.

P. ¿Con qué otras compañías compiten?

r. El principal competidor ahora mismo es Sanofi, que tiene una insulina basal en el mercado. Pero no hay ninguna otra insulina que se pueda comparar ni se prevé que la haya. Ahora mismo prácticamente no se investiga en el mundo sobre estas hormonas.

P. ¿Qué cuota de mercado tiene Novo Nordisk en insulinas?

r. Alrededor del 40%, y esperamos crecer gracias al nuevo medicamento.

P. ¿En cuántos países han lanzado ya Tresiba?

r. En 36 mercados.

P. Entiendo entonces que en España se ha tardado más.

r. Sí, hemos tenido un retraso porque hemos estado en negociaciones con Sanidad en los dos últimos años y medio.

P. ¿Cuáles son los planes para el mercado español?

r. Negociamos con las autoridades nuevos fármacos. Tenemos un compromiso con los pacientes para introducir nuevos medicamentos. Ahora mismo estamos hablando sobre un producto y en los dos próximos años esperamos lanzar otros dos.

Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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