La recuperación no es irreversible
El resultado electoral de diciembre en España, y la incapacidad de los políticos para interpretarlo y ejecutar el mensaje de los ciudadanos está empezando a incomodar a los agentes que tienen interés real en la buena marcha de la economía. Mientras desde Bruselas llegan mensajes que urgen la conformación de un Gobierno estable y respetuoso con los compromisos europeos, la secretaría de Estado de Comercio recuerda que ya hay proyectos de inversión extranjera paralizados a la espera de qué Gobierno se forme y con qué programa. Aunque es cierto que la capacidad de maniobra es limitada por el corsé que impone el euro, no es lo mismo un Ejecutivo que otro, pues hay fuerzas políticas que cuestionan el modelo de integración comunitaria y el respeto a los compromisos financieros contraídos por el país. Lo cierto es que consumido un mes largo desde los comicios ni hay Ejecutivo ni pistas de que pueda haberlo, y los inversores que mueven grandes cantidades de dinero empiezan a poner en cuarentena sus propias decisiones sobre España; a empujar al alza la prima de riesgo; y a abrir un diferencial negativo con el resto de las Bolsas. Se precisa un Gobierno estable, con amplio respaldo parlamentario, europeísta y con nuevo ímpetu reformista. Es la única garantía de que la recuperación seguirá en marcha.