ArcelorMittal paraliza la fábrica de Sestao por la saturación del acero de China
ArcelorMittal anunció ayer el cierre indefinido de la Acería Compacta de Bizkaia (ACB), con una capacidad de producción anual de 1,4 millones de toneladas de bobinas. La planta, ubicada en Sestao (Vizcaya), da trabajo a 335 personas. El planteamiento inicial de la mayor siderúrgica del mundo es el de llevar a cabo un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para el 100% de la plantilla, con una duración que se extenderá durante la totalidad del presente ejercicio.
Detrás de la decisión de la multinacional de la familia Mittal está la presión que ejerce el acero de China en el mercado siderúrgico internacional. El sector de la construcción del país comunista ha frenado su espectacular crecimiento de la última década. Antes crecían barrios y calles con nuevos edificios en unas pocas semanas, el mejor escenario para el acero común.
La ralentización de la economía de China, que en 2015 sólo creció un 6,9%, el menor ritmo de subida en los últimos veinticinco años, ha provocado un enorme stock en diversos sectores, entre ellos el siderúrgico. Las bobinas de acero, entre otros productos derivados de este negocio, se apilan en los almacenes de China, listos para su exportación a cualquier rincón del mundo. El más interesante es el de Europa, para espanto de las siderúrgicas del ámbito de la UE. Las empresas del sector de la órbita comunitaria alertan que más de dos millones de empleos están en peligro.
Diversos expertos calculan que China puede exportar ahora hasta más de 100 millones de toneladas al año, en base a la sobre capacidad citada. Un volumen cuyo impacto en el resto del mundo se entiende mejor al explicitar que las siderúrgicas europeas suman una producción de 160 millones de toneladas en su mejor ejercicio, en base al escenario más positivo de la demanda de acero.
Entre los mayores consumidores de la UE de los productos de las siderúrgicas de China, Italia aparece en el primer lugar, seguido de Bélgica y de España, en la tercera posición.
Desde la industria nacional del acero argumentan que diversos factores juegan a favor de sus competidores chinos. Entre ellos, el alto coste de la factura eléctrica. Como los fabricantes del país asiático tienen los almacenes llenos de bobinas, desde la UE alertan que ofrecen unos precios hasta un 30% por debajo de los niveles de rentabilidad en el mercado comunitario. ACB es la heredera de Altos Hornos de Vizcaya (AHV), que producía lo mismo pero con 11.000 trabajadores.